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El pleno extraordinario de este jueves confirmó dos cosas que ya se daban por sabidas: que Cantabria tendrá Presupuestos el próximo año gracias a la alianza de PP y PRC, que echaron abajo las enmiendas a la totalidad de PSOE y Vox tras ratificar un ... pacto muy similar al que ya rubricaron hace un año, y también que la gestión del Gobierno de María José Sáenz de Buruaga es cuestionado por todos los partidos excepto por el suyo propio, con la política sanitaria como principal ariete. Incluso por los regionalistas, que ya avisaron cuando cerraron el pacto con los populares, hace casi un mes, que lo hacían no como aval a la gestión de la presidenta y sus consejeros, sino como un «acto de responsabilidad conseguido gracias al trabajo y la sensatez, logrado sin ruido y en tiempo récord». Que pese a que el PP no había cumplido el acuerdo presupuestario de las Cuentas que aún están en vigor, les daban un segundo voto –nunca mejor dicho– de confianza a cambio de una serie de inversiones y mejoras en la agenda social.
3.749 millones de euros
es la cifra total del borrador del Presupuesto de Cantabria para 2025, con equilibrio entre ingresos y gastos, por lo que el año que viene la región, según el consejero Agüeros, no incurrirá en «déficit». Crece un 5,8%respecto al que está en vigor.
Si el socio atizó –con contención– al Ejecutivo, mucho más PSOE y Vox, las dos formaciones que, cada una por su lado y con argumentos muy distintos, defendían las enmiendas a la totalidad presentadas con la intención de devolver las Cuentas al Gobierno. Sin éxito. El Presupuesto diseñado por el consejero de Economía, Luis Ángel Agüeros, pasó el primer trámite antes de comenzar el debate de las enmiendas parciales, que se incorporarán al borrador en un pleno definitivo que tendrá lugar antes de Navidad. Se pueden mover partidas, pero la cifra total de ingresos y gastos será de esos 3.749 millones de euros que Agüeros entiende que servirán para dar continuidad a la senda marcada por Buruaga desde su llegada a Peña Herbosa, para prestar unos servicios públicos «óptimos y de calidad» y para «atraer atracción y talento y hacer de Cantabria una tierra de oportunidades».
«Son los más sociales y solidarios con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la gente y que lleguen también a las zonas rurales», afirmó antes de celebrar que incorporan ya el 65% de las peticiones de sindicatos y patronal y que, con las enmiendas parciales, pueden añadirse más.
Sabedor de cuáles eran los asuntos candentes y de por dónde iban a ir los tiros, dedicó gran parte de su discurso –el que abrió la sesión– a defender el incremento de las partidas en Sanidad y la mejora de las nóminas de los empleados públicos. Agradeció el apoyo regionalista –aunque el PRC cronometró y lamentó que solo dedicara tres segundos a este apoyo, que es fundamental para evitar que el PP tenga que buscar los votos de Vox– y defendió que el de Buruaga es un «gobierno municipalista».
«Mejorarán la vida de los cántabros y llegarán también a las zonas rurales»
«Les vamos a poner el dinero, pero la gestión es suya. Y es verdad que tenemos dudas»
«No corrige el caos sanitario, el declive industrial y la grave crisis de la vivienda»
«El Presupuesto es un fraude. Incrementan el gasto sin mejorar los servicios»
«Si es municipalista, es por las medidas que hemos presentado nosotros», le rebatió el portavoz regionalista, Pedro Hernando, al que le tocó hacer un difícil equilibrio entre defender el Presupuesto y criticar al Gobierno. La fórmula fue la de subrayar la bondad teórica de estas Cuentas después de pasar por el filtro de Revilla, que cuantifica en cerca de 200 millones de euros –unos 50 en inversiones– y, a la vez, poner en duda que el Ejecutivo autonómico sea capaz de sacarle partido: «Nosotros les vamos a poner el dinero, pero la gestión tiene que ser suya. Y es verdad de que tenemos dudas de cómo se está gestionando».
Donde no hay dudas es en el PSOE. Su líder, Pablo Zuloaga, construyó todo su discurso alrededor de dos ideas básicas: el afán privatizador del PP –el que, en su opinión, se manifestó en su máximo esplendor en la legislatura de Ignacio Diego y ahora vuelve con episodios como el de la Corza Blanca o la 'sanidad business' de la que habló el consejero César Pascual– y la complicidad del PRC con su «cheque en blanco» para que el PP haga unas «políticas ideológicas» que están más cerca de Vox que de un partido conservador moderado. Por eso hizo sin éxito un llamamiento a la «reflexión» de los regionalistas, que no se cambiaron de bando.
En su primera intervención, Zuloaga subrayó las partidas en las que se congela o baja el dinero –habló de igualdad, cooperación al desarrollo, autónomos o cultura– y que el proyecto de Presupuestos no ofrecerá respuestas a los tres grandes problemas de Cantabria: el caos de la sanidad –otra vez la sanidad, con referencias a las listas de espera y a la dimisión de la gerente de Valdecilla–, el declive industrial y la crisis de la vivienda. La vivienda que, por cierto, fue uno de los pocos asuntos en los que el PRC sí aplaudió directamente la gestión popular, en este caso, del consejero Roberto Media. Su segundo turno lo aprovechó el socialista para castigar a los consejeros uno por uno, de nuevo con Pascual como el más aludido, aunque compartiendo protagonismo con los titulares de Educación y de Cultura y Turismo, Sergio Silva y Luis Martínez Abad, respectivamente.
Tras decaer las enmiendas a la totalidad de PSOE y Vox, ahora se debatirán las enmiendas parciales
El diputado no adscrito, Cristóbal Palacio, se abstuvo en todas las votaciones de la jornada
A la portavoz de Vox, Leticia Díaz, le dolió que el PSOE dijera que los Presupuestos del PP tenían mucho de su ideología. ¡Ojalá!, pensó. «Si hubiera ideología de Vox, habrían reducido el gasto político, tendrían reformas estructurales, no se financiaría con partidas más altas a sindicatos y patronal, no serían sumisos con la Agenda 2030...». Díaz siguió enumerando motivos por los que las Cuentas son incompatibles con su formación. El aumento de 8 a 10 millones para los «menas» o la insistencia en seguir manteniendo la Fundación Comillas, en la que solo se licencian «cinco estudiantes» al año. También tocó lo sanitario y uno de sus temas recurrentes, el sector primario, «donde se ponen tiritas en vez de atajar las heridas».
Y más que del gasto, habló de los ingresos. Vox, que reconoció que las transferencias del Estado a Cantabria crecen de forma relevante, puso el acento en que la previsión de Agüeros es que crezca un 15% lo recaudado por IRPF. Es decir, que quita dinero del bolsillo de los cántabros no porque se suban los impuestos, sino porque no se bajan. Porque no se deflacta para compensar el efecto de la inflación, como prometía el PP en la oposición.
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