La primavera que no tiene sol

Aunque es verdad que la primavera que da sus últimos coletazos es una estación inestable y húmeda, la actual se está llevando la palma. En la región -donde se pueden contar con los dedos de la mano las veces que ha visto el sol dos jornadas consecutiva en los últimos tres meses, como ocurrió el fin de semana del 19 y 20 de mayo, en el que muchos se tiraron a la playa y desde entonces no han podido volver a estirar la toalla sobre la arena-, pero también en el resto del país. Basta un ejemplo. El pasado mes de mayo se registró en España el récord de rayos (más de 162.000 impactos) de la serie histórica que arrancó con el actual milenio. La causa de este mal tiempo es relativamente sencilla: las borrascas que a estas alturas del año suelen entrar por latitudes próximas a las islas británicas se han desplazado hasta la península ibérica. Y parece que le han cogido cariño, porque por lo menos hasta dentro de dos semanas seguirán entrando frentes con lluvias intensas y frío.

Técnicamente, el fenómeno se denomina Depresión Aislada en Niveles Altos y es más conocido por sus siglas, DANA. Jonathan Gómez, meteorólogo de la web eltiempo.es, lo define como «borrascas aisladas situadas en las capas altas de la atmósfera que al llegar a la península chocan con un aire más cálido» y provocan las tormentas y las lluvias torrenciales que se han visto en muchos puntos de la cordillera Cantábrica para abajo. Y aunque a la comunidad autónoma esta sucesión de DAMA no le ha tocado de lleno, también ha notado sus consecuencias, tanto en los termómetros como en los pluviómetros.

Lluvias muy continuas en el litoral y el centro de Cantabria y más torrenciales en el sur. Sin llegar a los niveles de la gota fría de zonas como la Comunidad Valenciana, Aragón, Castilla y León o Castilla-La Mancha, en Campoo y Valderredible sí que ha habido episodios de precipitaciones muy intensas, aunque puntuales en el tiempo y el espacio.

En el entorno de la estación de esquí de Alto Campoo se recogieron el pasado sábado 41,9 litros por metro cuadrado concentrados en las últimas ocho horas del día. La jornada anterior se registraron unos poco habituales 20,1 litros en Polientes (Valderredible) y el pasado miércoles, otros 17,6 en otra localidad de este mismo municipio, en Cubillo de Ebro. Desde entonces, ha llovido en mayor o menor medida todos los días. Y la presencial del sol, testimonial y discreto. Así que no es raro que el tiempo sea el tema más recurrente en todas las conversaciones.

Y este martes no fue una excepción, aunque al contrario de lo que había avanzado la previsión, las temperaturas fueron algo más elevadas. Sin grandes alegrías. La máxima fueron los 20º que se alcanzaron en el aeropuerto Seve Ballesteros, un registro muy similar al de otras localidades como Ramales de la Victoria, Treto o Torrelavega. Las mayores precipitaciones volvieron a quedarse en el sur. Además de puntos de Campoo (la estación de esquí y la capital comarcal, por ejemplo), otra estación medidora de la Agencia Estatal de Meteorología superó los 15 litros por metro cuadrado hasta las 20.00 horas, la de Santander.

A finales de semana llegará una segunda borrasca y mientras tanto la que ya está sobre la península seguirá dando guerra y frenando el verano. Para hoy se esperan en Cantabria cielos nubosos con chubascos dispersos desde primeras horas, que podrían ser puntualmente fuertes y en forma de tormenta. Las temperaturas no experimentarán cambios o tendrán un ligero descenso.