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María del Carmen Gómez e Iñaki Santa Eufemia sostienen los carteles del cuarto premio que han repartido. EFE/Román G. Aguilera
Santander se queda con 286.000 euros

Santander se queda con 286.000 euros

El sorteo se hace notar en la capital cántabra con dos Cuartos y un Quinto vendidos en varias oficinas de la ciudad | 'La bruja de Puertochico' vende una serie del 77768 y reparte 200.000 euros. «Esto hace mucha ilusión»

Mada Martínez

Santander

Domingo, 22 de diciembre 2024, 10:45

Entre cuartos y quintos premios y al margen de las pedreas, Santander se ha embolsado en esta ocasión 286.000 euros del Sorteo Extraordinario de Navidad. El Gordo ha vuelto a pasar de largo en la ciudad –donde, entre 1848 y 2017, ha caído en nueve ediciones–, pero los números 77768, 48020 y 74778 han dejado un rastro dichoso en la capital, que ha amanecido ventosa, con el cielo encapotado y llena de papanoeles a la carrera (popular).

El mayor golpe de suerte lo ha tenido la Administración número 16 de Santander, en la calle Casimiro Sainz. Sobre las once de la mañana, algunos vecinos y curiosos se acercaban a preguntar tímidamente al lotero Iñaki Santa Eufemia por ese cuarto premio repartido gracias al número 77768 , cuya serie completa ha vendido «íntegramente en ventanilla», repartiendo así 200.000 euros, veinte mil al décimo. No recordaban Santa Eufemia ni María del Carmen Gómez, que trabaja desde hace tres años en esta céntrica oficina, si los agraciados eran turistas o clientes habituales a los que poder felicitar directamente por el nombre, pero los loteros de 'La bruja de Puertochico' confiaban en que el dinero se quedase cerca del establecimiento. «Esto hace mucha ilusión, mucha ilusión, sobre todo si se ha quedado por aquí, si es para alguien del barrio... Yo estaba en casa y me he puesto supercontenta», contaba Gómez a media mañana.

¿Y cómo se entera uno de que ha dado uno los premios grandes de este sorteo estelar? A María del Carmen le llamó su jefe para contárselo, pero es que él ya empezó a percatarse de que quizá habían repartido varios miles de euros en casa, escuchando la radio mientras se arreglaba para salir. El 77768 recién cantado por los niños de San Ildefonso le resultó familiar y la felicitación telefónica de un compañero ya le acabó de confirmar que había repartido un buen pellizco del sorteo, revelaba este lotero, que antes fue hostelero y vendedor de café, y que ayer se declaraba «agotado» pero feliz. Al frente de la oficina desde el año 2016, Santa Eufemia esperaba que el dinero se repartiese entre los vecinos que, como Maripi –que entró para saludar brevemente a Iñaki y María del Carmen y que, al final, se quedó un rato charlando con los loteros y los periodistas– les compran de forma habitual.

Montse Cobo posa junto a su marino en la oficina que regenta en Santander. juanjo santamaría

La suerte también hizo parada en la Administración número 4 de Santander, justo en el pasaje de Peña. Allí, Montse Cobo celebró que su buena racha sigue intacta. En febrero de este año vendió parte del primer premio de la Lotería Nacional y ahora le ha tocado repartir los 20.000 euros de un décimo (de máquina) del 77768, agraciado con ese cuarto premio en el Sorteo Extraordinario de Navidad tan repartido en Santander. «Estoy muy contenta», contaba Cobo, que posó en su oficina acompañada por su marido, Pablo Cobo, y exhibiendo con orgullo el cartel que la acredita como vendedora de este pellizco de dinero.

Subiendo la persiana

A los hermanos Borja y Mercedes Fernández la noticia de que habían vendido un cuarto premio les pilló, prácticamente, levantando la persiana de su oficina de lotería, situada en la calle Jerónimo Sainz de la Maza, y que también puso en circulación el número 77768. «Es una gran ilusión», contaba Borja, muy muy contento y aún maniobrando para apagar la alarma del local. Además, al haberlo vendido por máquina, el lotero creía que el premio podía haberle caído a algún vecino de la zona y «eso siempre es bueno».

El lotero Borja Fernández, frente a su oficina en la calle Jerónimo Sainz de la Maza. Juanjo Santamaría

Como le ocurre a otros compañeros, en esta administración tienen ya experiencia repartiendo premios. En 2017, vendieron un segundo premio en este sorteo navideño, y hace dos años repartieron más de un millón de euros con la Primitiva. «Estamos muy contentos, esto es algo muy bonito», insistía ayer Fernández.

En la oficina de la calle Fernando de los Ríos y en el estanco del barrio de Corbán se repitieron los brindis y el goteo de felicitaciones. «¿Ha tocado aquí? ¿En nuestro estanco? ¡No me lo puedo creer!», le espetaba, incrédula, una vecina de San Román al lotero Luis Bada, que, entre contento y nervioso, descorchaba una botella de cava para celebrar la suerte y, sobre todo, para invocarla para el siguiente sorteo, el del Niño.

Luis Bada y Esther Navares brindan con cava por la doble venta de un Cuarto y un quinto en su establecimiento de Corbán Juanjo Santamaría

Carambola en San Román: un Cuarto y un Quinto en solo dos décimos

. En Corbán todos buscaban ayer a su lotero de confianza, a Luis Bada, cuyo establecimiento repartió 26.000 euros gracias a dos billetes de un Cuarto y un Quinto del Sorteo Extraordinario de Navidad (concretamente, el 48020 y el 74778). Bada, que abrió las puertas de su estanco a media mañana, no dudó en descorchar una botella de cava y brindar por los agraciados:«Por la suerte que le hemos dado a Corbán», celebró levantando su copa ante las cámaras y confiando en extender la racha hasta el sorteo del Niño, en enero.

Entre «nervioso» y feliz a causa de esta carambola, Bada confiaba en haber dejado un pellizquito de dinero entre sus vecinos. Algunos seguían a distancia la situación, otros se acercaban a felicitarle, también a Esther Navares, que trabaja en esta oficina de lotería, y que tampoco podía intuir quién o quiénes eran los afortunados ya que la campaña ha sido muy buena y, ya desde verano, en este local se ha vendido «mucho».

Primer gran premio

Después de dos años de andadura, este es el primer premio 'gordo' que reparten Bada y Navares, así que alegría en este establecimiento era total. «Me alegro. Estoy muy contento. Esto hay que celebrarlo, a ver si se va acercando la gente. Dar dinero al barrio nunca viene mal», contaba Bada a las puertas de su local, muy reconocible al pie de la carretera porque la fachada está pintada enteramente de rojo.

A su lado, Navares tampoco escondía su alegría. Ayer no era día de apertura, pero la suerte manda.

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