Mi primer verano de trabajo

Juan Zaballos es un joven santanderino de 19 años, estudiante de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, que comienza a trabajar este verano en El Corte Inglés como vendedor de zapatería casual. Ha decidido iniciarse en el mundo laboral en este sector con el propósito de contribuir económicamente con los gastos familiares y, de paso, juntar unos ahorros. También por su interés en el trato con las personas. «Lo que más me gusta es estar en contacto con la gente», explica. Acostumbrarse a un trabajo por primera vez requiere un esfuerzo. Los nervios en un nuevo ambiente, las dudas y los miedos de no hacerlo bien... Todo eso, sumado al ritmo que conlleva el inicio de las rebajas, puede suponer que, en un primerizo, ese lógico sentimiento de inquietud se acentúe.

Pero Juan –cuenta– ha sabido adaptarse a esta nueva etapa gracias al apoyo y las facilidades que le ofrecen sus compañeros. «A primera hora eran muchas cosas con las que estar atento, no paraba de venir gente. Pero los demás me ayudaron bastante a sentirme cómodo e integrado», afirma.

El joven reconoce que fue fundamental la confianza que depositaron en él el resto de trabajadores del departamento. Esto le ayudó a ganar seguridad y soltura en su puesto, algo esencial en aquellos empleos basados en el constante trato con el cliente.

Recién graduada en Integración social, Elena Torres es una joven de Piélagos de 21 años que da sus primeros pasos en el mundo laboral de la mano de la Fundación Cuin. Su trabajo consiste en orientar y apoyar a los menores del centro, ayudándoles a establecer metas y objetivos en su vida a largo plazo. Algo que les permitan favorecer su desarrollo personal, mejorar su calidad de vida y la de los que les rodean.

«Me decidí por este trabajo porque quería algo relacionado con mis estudios. Siempre me ha gustado ayudar a aquellos jóvenes que lo necesitan», añade. Es por ello que ha realizado diversos voluntariados en este ámbito, colaborando con organizaciones humanitarias sin ánimo de lucro como Cruz Roja o el Cuerpo Europeo de Solidaridad.

Agradece este primer trabajo. No solo por la experiencia práctica que le ha aportado, sino también por la independencia económica, algo que le ayudará en un futuro para costearse sus próximos planes. Objetivo a la vista: estudios en el extranjero.

Además, al realizar una función más sensible que se basa en el trato de las emociones externas de las personas con las que trabajan dentro de la fundación, es crucial que haya un buen ambiente colaborativo entre los compañeros. Reconoce que le ha ayudado a adaptarse desde el inicio en sus primeros días como integradora.

Con seguridad y confiado. Así se siente Javier Jiménez ante su semana de estreno en el trabajo. Es un estudiante santanderino de 20 años del grado de Derecho en la Universidad de Cantabria que busca diferenciarse de cara al futuro;«Quiero ganar experiencia –explica– para destacar en próximas oportunidades laborales».

Además de estos motivos, el joven no quería desaprovechar su tiempo libre durante el verano. «Es el momento del año en el que menos ocupado estoy y así estaba entretenido». Y si eso le sirve para ganar un dinero y conseguir su propia independencia económica, mucho mejor.

El santanderino se muestra contento por iniciarse en la multinacional Leroy Merlin. Ayer, sábado, fue su debut. Estuvo en varios puestos: cajas, almacén y otros departamentos. En todos «aprendiendo a manejarme, sobre todo con el público».

«Aquí llevan todo de manera óptima. Hay buenas instalaciones, buen equipo y buenas condiciones para los empleados», comenta. Así como lo común en estos casos son los traicioneros nervios de enfrentarse a la primera vez, Javier lo afronta con calma y energía. De hecho, repasando el proceso de selección, cuenta que le resultó «bastante sencillo». Se realizaron entrevistas presenciales, idóneas para demostrar su verdadero potencial de cara al trabajo.

Aicha Abbache, estudiante de un grado superior de Comercio Internacional, decidió iniciarse en el mundo laboral este verano para comenzar a ganar dinero por sí misma, sin tener que depender tanto de sus padres. «Quería empezar a ganar dinero, así que tiré el currículum a todos lados».

La joven torrelaveguense de 19 años, tras buscar oportunidades en diferentes establecimientos de la ciudad, firmó el contrato de verano en el estanco de su barrio. Cerca de casa. ¿Lo mejor? Que contaba con un buen horario para continuar disfrutando, en la medida de lo posible, de su verano a pesar de tener que trabajar. Toca, en todo caso, cambiar el 'chip' respecto a las vacaciones hasta ahora. Al ser su primer empleo le ha costado un poco adaptarse a las funciones dentro del establecimiento, poniéndose al día de todos los productos y ofertas y, por ejemplo, de los tipos de lotería que existen. Para aprender y estar preparada acudió unos días antes de empezar para empaparse de todos los detalles. La mejor forma para ganar soltura dentro del puesto.

Gracias a esos días de preparación y al tiempo que se tomaron sus compañeros para enseñarle, Aicha –explica– está disfrutando de la experiencia de su primer trabajo. «Estoy bastante cómoda gracias al buen trato que he recibido por parte de mis compañeras y mis jefas», declara.

Tras dos años de prácticas en el ámbito sanitario, Hugo Méndez, un joven santanderino de 21 años, acaba de firmar su primer contrato como enfermero en el Hospital Valdecilla, cubriendo las vacantes de verano en el equipo del hospital de día.

Decidió empezar este largo camino estudiando la carrera de Enfermería debido a su pasión por el cuidado de los demás.«Quería poder aportar algo a aquellas personas que lo necesitasen en momentos de enfermedad», señala.

A pesar de haber realizado prácticas durante sus estudios universitarios en diversos servicios dentro del hospital, en esta ocasión le ha tocado enfrentarse a uno diferente; «El área de oncohematología es nueva para mí».

Puesto que cada parte de la enfermería tiene sus peculiaridades concretas, el joven tardó en habituarse a su nueva especialidad. Tener que tratar con nuevos pacientes, tratamientos y medicamentos constantemente lleva su tiempo de adaptación.

«Sigo adaptándome y aprendiendo día a día, al final en eso se basa la enfermería, y estoy agradecido por esta oportunidad de seguir formándome durante el verano».

Como es habitual con los jóvenes y los trabajos de verano, Hugo Méndez busca tener su propia economía e ir creando un fondo de ahorro suficiente para poder independizarse en un futuro.

Tenía claro que no quería malgastar sus horas este verano. Así que Sara Maza, una joven de Puente Arce de 20 años, decidió dar el salto al mundo laboral y la puerta que se le abrió fue el supermercado Lupa. La joven buscaba generar ahorros para un futuro. «Se me presentó la oportunidad y decidí aprovechar el tiempo», dice.

Y, así, después de tantear diferentes opciones y de multitud de entrevistas, firmó su primer contrato. «He tenido mucha suerte con el equipo de trabajo. Te acogen y están abiertos a resolver cualquier duda», teniendo una fácil incorporación al empleo gracias a las explicaciones de sus compañeros desde el primer momento, según relata.

Dentro de la tienda se ocupa de preparar los encargos que se hacen a través de internet, aunque en momentos con menos demanda de pedidos también ayuda con otro tipo de tareas. En todo caso, para llegar al puesto tuvo que pasar por un proceso de selección, aprendiendo a preparar su primer currículum y enfrentándose a su primera entrevista 'on-line'. «Es un proceso que vives con nervios, pero recibí un buen trato y noté que se interesaban por mí, sin importar mi falta de práctica», admite la joven.

Finalmente, reconoce estar contenta y agradecida de vivir esta primera experiencia en sus primeros pasos en el mercado laboral.

• Temas
• Cruz Roja
• El Corte Ingles
• Hospital Universitario de Marqués de Valdecilla
• Supermercados Lupa
• Universidad de Cantabria
• Piélagos
• Erasmus