Las primeras señales de la obra del tercer carril, visibles en los dos márgenes de la autovía

La primera piedra se puso en abril. Ahí, en un acto con todas las autoridades, ya se dijo que «el objetivo de este año es intentar despejar la obra de factores externos sin afectar al tráfico», como recordaban este lunes en Delegación. «Realizar la efectiva ocupación de los terrenos disponibles, balizar y replantear la obra, desbrozar los terrenos...», enumeraban a preguntas de este periódico. Un equipo de este periódico lo comprobó sobre el terreno en el avance de la semana. Un vete y ven por la autovía y por las salidas para acceder a varios de los puentes que permiten cruzar sobre la vía.

De Santander a Torrelavega, el cartel que anuncia el proyecto está justo antes de la salida de Mompía y en esa zona ya se ven los primeros terrenos sobre los que se ha trabajado. Zonas desbrozadas, algún tocón visible de árbol recién cortado, huellas de vehículos pesados en pistas que acaban de abrirse, una pila con troncos... Tras la salida de Miengo, más de lo mismo, con alguna explanada ya limpia.

Pasada la gasolinera de Gornazo, los conductores se topaban este lunes a su derecha con uno de los puntos de actividad (durante este día había, a la vista, tres zonas de concentración de la tarea). Por allí se movían varias palas excavadoras, camiones que transportaban material y alguna compactadora.

«Una vez despejado el terreno, se comprueba nuevamente la topografía de la zona. Se están ejecutando todos los caminos de acceso a las zonas de obra, que no eran accesibles, y son un elemento imprescindible. Además, fundamental y vital en los inicios son los desvíos de servicios que se están realizando de las canalizaciones de electricidad, agua y gas. Cabe señalar el encauzamiento en el área de servicio de Gornazo», insisten en la respuesta desde la Delegación –por la tarde había personal trabajando en algunas de las torres de electricidad–.

El final de una zona de obra, a la altura de Polanco y en dirección Torrelavega, coincide con el punto en el que aún se trabaja en otra. La del nudo y el nuevo ramal de continuidad.

Media vuelta. Segundo cartel colocado por el Ministerio. En sentido opuesto al anterior, está justo antes de la salida 187 (la de Polanco). Entre uno y otro, los trece kilómetros en los que se está actuando. Poco después, a 750 metros del desvío a Gornazo (salida 191) desde el coche del periódico a media mañana y entre las gotas de lluvia en las lunas (más de un obrero se quejaba por el tiempo) se ve la siguiente zona en la que hay tarea en ese momento. En la que hay máquinas y operarios. La tercera, no mucho más allá, está a la altura del famoso radar para detectar a los que se pasan de velocidad. Es el tramo –las inmediaciones de la estación de servicio en sentido Torrelavega-Santander– en el que más huellas de actividad han quedado en el terreno. Con caminos abiertos en paralelo a la autovía, palas trabajando y movimiento de tierras. Justo al lado de la gasolinera hay, precisamente, una enorme porción de terreno que ha quedado despejada a lo largo de las últimas jornadas.

«Todas estas actuaciones –remarcan– se han realizado sin afección al tráfico, tal y como estaba previsto este año». Todo lo que se hace es fuera de la vía por ahora. Desde la Delegación del Gobierno confirman lo que se comentaba a pie de tajo. El siguiente paso. «En las próximas semanas comenzará la cimentación de diversos muros utilizando máquinas de pilotes, lo que hará más visible, más percibible al exterior el movimiento en la obra». También en los márgenes.

Son todo tareas previas antes de que la obra en sí coja ritmo en 2025. El año que viene empezarán a levantarse las 18 estructuras que incluye el proyecto repartidas a lo largo de los trece kilómetros de actuación. Llama la atención: habrá que intervenir en siete pasos inferiores, ocho superiores, dos pasarelas peatonales y un viaducto. Unas veces con mejoras puntuales y otras, con demolición y reposición íntegra. Para hacerse una idea de la envergadura de esta parte del proyecto –como ya concretó El Diario en mayo–, de los 172,9 millones del presupuesto total, hasta 30 están destinados al firme, 25 al movimiento de tierras y la construcción de terraplenes y 55 millones a la creación de estructuras, además de los 11 que se reservaron para la expropiación de 505 fincas en Polanco, Miengo, Piélagos, Bezana y Camargo.

Y, según explicaban en la Demarcación de Carreteras, sin cortes totales ni parciales. «La intención es mantener dos carriles por sentido de circulación en todo momento para intentar afectar lo menos posible».

Hay, claro, cierto tira y afloja político. Fuentes de la Delegación del Gobierno insisten en un mensaje. Que es «una de las obras de carreteras más cuantiosas licitadas por el Ministerio de Transporte y Movilidad Sostenible en el año 2023» y «otra muestra más –apuntan– del compromiso del Gobierno de España con las infraestructuras de la región». «La obra se va resolviendo según estaba planteada su planificación global», resumían ayer sobre los avances sobre el terreno.

En el Gobierno de Cantabria, por su parte, no ponen peros al proyecto, pero los más de cinco años del plazo de ejecución les parecen algo «inasumible». En el dosier que Buruaga le llevó a Sánchez recientemente a La Moncloa estaba, precisamente, acortar los 61 meses previstos.