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Los técnicos de la Consejería de Medio Rural sabían que era una lucha de años. Quizás de décadas. Pero en algún momento había que comenzarla. ... Fue en 2017 cuando se pusieron en marcha los trabajos para acabar con una de las plagas animales más evidentes y dañinas de cuantas afectan a Cantabria: la del visón americano. Esta especie no sólo ha eliminado de la región casi en su totalidad a la variedad autóctona, el visón europeo, sino que causa grandes trastornos en los ecosistemas de ribera que coloniza. En estos dos años, un periodo muy pequeño para este tipo de programas, ya se han ganado las primeras batallas y se está comprobando cómo se invierte la tendencia de crecimiento de este invasor. En lo que va de temporada se han capturado y eutanasiado cuarenta ejemplares, que se suman a los 45 que se apresaron el ejercicio anterior, unos datos que permiten al Gobierno de Cantabria ser optimista y pensar que, a medio plazo, se puede lograr el objetivo de que el visón europeo recupere terreno en la comunidad autónoma.
La clave del éxito es el sistema utilizado, tan simple como efectivo. Se trata de una plataforma flotante que se coloca en el río y que funciona en dos fases. En la primera, sobre esa 'barca' de madera se instala una cesta con arcilla que permite confirmar la presencia de visón americano. «Son unos animales muy curiosos y juguetones y estas plataformas les atraen mucho. No hace falta ni poner un cebo. Allí dejan una huella y por el tipo de marca se sabe si es o no de la variedad invasora, incluso su edad», apunta Juan Zumel, uno de los agentes del medio natural que vigila el río Híjar, en Campoo. De forma periódica, una o dos veces por semana, recorre las plataformas. Y si ve indicios del invasor cambia la bandeja de arcilla por una trampa. En ese momento, ya sí, se revisa de forma diaria para que el animal que va a ser sacrificado no sufra el estrés del cautiverio.
«El sistema no sólo es bueno, también es muy específico, porque sólo entran los visones americanos. A veces hemos visto que se suben nutrias, pero ni siquiera llegaron a la arcilla y sólo una vez hemos localizado una huella de gineta. Son situaciones anecdóticas teniendo en cuenta que estamos hablando de unas cincuenta trampas en dos años», insiste Jesús Varas, técnico de conservación de la naturaleza del Gobierno de Cantabria, quien explica que la parte negativa del alto número de capturas es que corroboran su gran presencia en la zona sur de la región.
Jesús Varas | Técnico de Medio Rural
Su origen se encuentra en las grandes granjas destinadas a la industria de la peletería que en la década de los 90 se popularizaron en Cantabria. Algunos animales escapaban de forma accidental, otras por actos vandálicos, y la inmensa mayoría quedaron libres cuando el negocio fracasó y dejó de ser rentable. A partir de ahí, el visón americano comenzó a expandirse y a arrasar con todo lo que se ponía por delante.
A pesar de las grandes similitudes físicas con la variedad ibérica, son de mayor tamaño y más corpulentos. Como eran competencia directa, el que ganó la partida fue el 'extranjero', que también era mucho más voraz a la hora de acabar con los huevos de aves que anidan en los ríos. Es decir, que además de a sus 'primos' cántabros, actualmente en situación crítica, también afectaba a otras especies.
Los expertos afirman que la única forma de fortalecer al visón autóctono es eliminar al alóctono, cuya presencia es especialmente evidente en la comarca campurriana. Más concretamente en las cuencas del Ebro -incluyen el Híjar y el Izarilla- y del Camesa, que está vinculada al Duero, donde se concentran las mayores poblaciones. El pasado año también se trabajó en el río Agüera, ya que uno de los grandes grupos de visón europeo que soporta la presión de su rival está en Vizcaya, pero allí el trampeo ha demostrado que el problema es mucho menor.
Juan Zumel | Agente del Medio Natural
Varas destaca que existe un acuerdo entre Cantabria y las comunidades limítrofes para llevar a cabo campañas similares, porque «hacerlo de forma aislada no serviría de nada». La comunicación es especialmente fluida con Castilla y León, donde también utilizan este método de las plataformas flotantes que se ideó en Escocia y que en cualquier territorio funciona con el mismo alto grado de efectividad. Además, los agentes del medio natural subrayan que es una herramienta muy económica, porque cuesta unos 50 euros y su mantenimiento es mínimo.
La primera campaña supuso una inversión de 140.000 euros y, esta segunda, de 2018-2019, de 89.000 euros, de los que 54.000 euros son aportados por el Ministerio de Transición Ecológica. La reducción en la inversión viene motivada por no intervenir en el Agüera y porque ya se cuenta con gran parte de material necesario. Y de forma paralela, organizaciones como la Red Cambera se han sumado con la fabricación y colocación de trampas en el bajo Nansa, el bajo Saja y el Pas, aunque la presencia de visón americano aquí es sensiblemente menor.
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