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A falta de un mes y medio para que comience la primavera, los suelos de los pinares de Cantabria ya comienzan a llenarse de procesionaria. Esta oruga, muy perjudicial para los perros, debería de estar aún bajando de los árboles. Sin embargo, centros veterinarios ... ubicados cerca de pinares llevan semanas presenciando casos clínicos de perros que han estado en contacto con la procesionaria. El adelanto de la primavera hace que el ciclo de la oruga también lo haga y, tal y como alertan los veterinarios, «hay que estar prevenidos».
«Su presencia cada vez es más continua y menos estacional», acredita el veterinario Luis Boo, de Liencres. «Aquí hay mucha procesionaria en la zona de los pinares y alrededor del sanatorio. Llevamos atendiendo casos desde diciembre, pero estas dos últimas semanas se están acentuando». En las clínicas veterinarias de Cabezón de la Sal también aseguran haber tratado ya a perros que han estado en contacto con la procesionaria. «Sobre todo nos llegan casos del Monte Corona», dice la veterinaria Carmen Calzada.
La procesionaria
Es un insecto lepidóptero que
abunda en los bosques de pinos
Tamaño real
Los ‘pelos’ funcionan
como dardos
urticantes
que la oruga lanza
cuando se siente amenazada
3 -4 centímetros
En la boca tiene un
aparato masticador muy potente
Su hábitat
En invierno pasan el día en los nidos
y por la tarde salen a alimentarse
Nidos
Desarrollan toda su vida
en un mismo árbol hasta
que lo agotan
Las orugas bajan y suben
del árbol para reproducirse
La ‘procesión’
La primera
es siempre
una hembra
En contacto
Se les llama procesionaria
por su modo de
desplazarse
en largas filas para
asustar a sus enemigos
Su ciclo vital
En el árbol
En el suelo
En el aire
Ene.
Nidos en
árboles
Bajan de
los árboles
Feb.
Se entierran
y se vuelven
crisálidas
Mar.
Abr.
May.
Eclosionan y
son mariposas
Jun.
Ponen huevos
en los árboles
Jul.
Ago.
Eclosionan
y crecen
los huevos
Sep.
Oct.
Nidos en
árboles
Nov.
Dic.
Gráfico: L.R.
Fuente: Elaboración propia
La procesionaria
Es un insecto lepidóptero que
abunda en los bosques de pinos
Tamaño real
Los ‘pelos’ funcionan
como dardos
urticantes
que la oruga lanza
cuando se siente amenazada
3 -4 centímetros
En la boca tiene un
aparato masticador muy potente
Su hábitat
En invierno pasan el día en los nidos
y por la tarde salen a alimentarse
Nidos
Desarrollan toda su vida
en un mismo árbol hasta
que lo agotan
Las orugas bajan y suben
del árbol para reproducirse
La ‘procesión’
La primera
es siempre
una hembra
En contacto
Se les llama procesionaria
por su modo de
desplazarse
en largas filas para
asustar a sus enemigos
Su ciclo vital
En el árbol
En el suelo
En el aire
Ene.
Nidos en
árboles
Bajan de
los árboles
Feb.
Se entierran
y se vuelven
crisálidas
Mar.
Abr.
May.
Eclosionan y
son mariposas
Jun.
Ponen huevos
en los árboles
Jul.
Ago.
Eclosionan
y crecen
los huevos
Sep.
Oct.
Nidos en
árboles
Nov.
Dic.
Gráfico: L.R.
Fuente: Elaboración propia
La procesionaria
Es un insecto lepidóptero que abunda en los bosques de pinos
Tamaño real
Los ‘pelos’ funcionan como dardos urticantes
que la oruga lanza cuando se siente amenazada
3 -4 centímetros
En la boca tiene un
aparato masticador muy potente
Su hábitat
En invierno pasan el día en los nidos y por
la tarde salen a alimentarse
Nidos
Desarrollan toda su
vida en un mismo
árbol hasta que lo agotan
Las orugas bajan y suben
del árbol para reproducirse
La ‘procesión’
Su ciclo vital
En el árbol
En el suelo
En el aire
La primera
es siempre
una hembra
Ene.
Nidos en
árboles
Bajan de
los árboles
Feb.
En contacto
Se entierran
y se vuelven
crisálidas
Mar.
Se les llama
procesionaria
por su modo de
desplazarse
en largas filas
para asustar a
sus enemigos
Abr.
May.
Eclosionan y
son mariposas
Jun.
Ponen huevos
en los árboles
Jul.
Ago.
Eclosionan
y crecen
los huevos
Sep.
Oct.
Nidos en
árboles
Nov.
Gráfico: L.R.
Fuente: Elaboración propia
Dic.
Hay más episodios. «Hemos tenido a un cachorro que vino con síntomas hace no mucho», exponen desde el Hospital Veterinario Cantabria. En lo que respecta a la clínica veterinaria Somo dieron la voz de alarma a finales del pasado mes de diciembre cuando tuvieron que atender a un perro: «Cada año lo vemos antes. La temporada anterior reportamos el primer caso el día de Año Nuevo y esta vez se ha adelantado a diciembre». Además, advierten de que la zona «está plagada de hileras». En la clínica veterinaria Galizano también han atendido un caso la semana pasada. Cuentan que la propia clienta les enseñó fotos en donde se pueden ver muchas orugas, ya en el suelo, en diferentes localizaciones de Somo.
Mario Gutiérrez, veterinario de la clínica ASIS de Suances, explica que las hileras que forman las procesionarias en el suelo son muy llamativas para los perros e instintivamente tienden a jugar con ellas. Ahí radica el problema. El contacto del can con la oruga provoca una reacción «muy fuerte» en sus tejidos que, en la mayor de las incidencias, acaba en necrosis. «Lo normal es que cojan a la procesionaria con la boca y se le claven sus púas urticantes. Al soltar la toxina se produce una inflamación muy grande en la lengua». El veterinario insiste en que, dado el caso, es necesario acudir «urgentemente» a una clínica. «Aunque es muy difícil que podemos evitar la necrosis. Aquí tenemos a muchos perros que les falta la mitad de la lengua», confiesa. Además, Gutiérrez aconseja limpiar la boca del perro con agua en el momento del contacto «para reducir riesgos». «A veces la lengua se hincha tanto que no les cabe en la boca y puede terminar en asfixia», avisa.
Sira, la perra podenca de Lucía Vega, estuvo el año pasado en contacto con una procesionaria por la zona de Potes. «A los tres días se le cayó un trocito de lengua», recuerda. También hubo consecuencias para ella: «Me salió urticaria por todo el cuerpo y tuve fiebre una semana». Y es que, para los humanos, la procesionaria también produce daños dermatológicos.
Jaime Rodríguez, de la empresa de servicios de jardinería Damalia, lleva años colocando trampas en los pinos. «Ponemos un aro alrededor del tronco que va unido a una bolsa llena de tierra. Cuando baja la oruga se cuela dentro y se piensa que ya ha llegado al suelo». Rodríguez reconoce que cada año se adelanta más el ciclo vital de la oruga y advierte de que en la naturaleza todo puede pasar: «Cuánto más llevo en este trabajo, menos sé».
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