Los más de 90 productos típicos cántabros del premio El Cuevanucu viajan a Arija

Los afortunados han sido José Antonio y María Teresa, el matrimonio de Arija -aunque residente en Santander- que en Navidad compró por dos euros una de las 25.000 papeletas para concurrir al sorteo. «Están muy contentos y ya están pensando cómo lo van a repartir», explica Madrazo. Sobre todo es importante asegurar que se pueden hacer cargo de las gallinas pedresas, pues se entregan vivas y la función es que sirvan para mantener la especie autóctona cántabra.

«Nos hemos ido actualizando con los tiempos», aclara Madrazo. «Al principio se regalaba un ternero vivo; pero claro, no era muy práctico para la mayor parte de los afortunados». En el premio de este año se añadieron productos cántabros nuevos, como el whisky de Liébana o el pacharán de Polaciones.

«Han venido los hijos y los nietos de este matrimonio, pues ambos tienen unos 70 años, para celebrarlo». Como en Santander era imposible almacenarlo, la furgoneta que carga con todo este material viajó ayer a Arija, que está a 95 kilómetros de la capital, en la provincia de Burgos, donde la familia tiene una casa con una finca.

El Cuevanucu, busca, un año más, poner en valor toda la cultura y gastronomía de la región con un premio que gana popularidad cada año. «Ya vendemos papeletas por Internet a todos los cántabros que están fuera de la región. Y tiene mucho éxito», celebra el gerente de ADIC.