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Manuel Agüeros, profesor asociado del departamento de Economía de la Universidad de Cantabria (UC), es el nexo común en varios de los casos que han salpicado en las últimas semanas a la institución académica que dirige Ángel Pazos. Fue la persona que el 10 ... de diciembre presentó una denuncia en una comisaría de Santander señalando que en 2012 su firma se había falsificado en al menos tres actas de contratación de personal investigador de la UC. Actas en las que aparecían como firmantes, además del propio Agüeros, Pablo Coto, decano de la Facultad de Económicas y Empresariales, y Pedro Casares, profesor de Economía, secretario general del PSOE en Santander y candidato a la Alcaldía en las próximas elecciones municipales, integrantes los tres de la comisión de selección del personal.
Manuel Agüeros Manuel Agüeros imparte, como profesor asociado, clases de Matemáticas Financieras y Matématicas para Economistas en el Grado en Administración y Dirección de Empresas.
Pedro Casares Pedro Casares es profesor contratado doctor del departamento de Economía y dirige el máster de Comercio, Transportes y Comunicaciones. Candidato del PSOE a la Alcaldía de Santander.
Pablo Coto Pablo Coto es el decano de la Facultad de Económicas y Empresariales. Catedrático de Fundamentos del Análisis Económico, fue en 2016 el rival de Pazos en la pugna por el Rectorado.
Agüeros interpuso la denuncia sólo unas horas antes de que OKDiario publicara que esa supuesta falsificación de firmas había presuntamente beneficiado a un allegado de Casares en tres contratos distintos vinculados a proyectos de investigación. El profesor aparece en las grabaciones que han trascendido sobre el asunto, en las que conversa con Coto. Y también es de nuevo protagonista en los audios que salieron a la luz este pasado lunes sobre una reunión del equipo de Gobierno de la UC con miembros del comité de empresa en junio de 2016. Durante el transcurso de la misma, Agüeros, representante del sindicato CSIF, recrimina al rector de la UC que las plazas de profesor se estén adjudicando «ilegalmente», «a dedo», en vez de ser ofertadas por el método correcto, respetando la igualdad de oportunidades de todos los candidatos, algo que, según los audios, Pazos parece que llega a reconocer.
El rector respondió que las grabaciones «están editadas, manipuladas y convenientemente cortadas» y que lo que él manifiesta en las mismas «es, precisamente, el malestar por las presiones que a veces pueden suceder en ciertas dotaciones de plazas» y su decisión de «no tolerarlo e incluso de meterle mano como se produzca».
Pazos hizo estas declaraciones tras revelar que sufre desde diciembre un «proceso de chantaje» explicitado a través de una carta anónima que recibió por vía postal, en la que se vertían amenazas contra él y otras personas «que se creen inviolables» si no investigaban esa supuesta falsificación de firmas. La misiva, de la que se remitieron copias a distintos destinatarios, arremete contra Casares, a quien acusa de «falsificar en reiteradas ocasiones las firmas de varias autoridades académicas», y señala a Coto como «cómplice» por ocultar el presunto hecho delictivo. Sin embargo, el autor del escrito anónimo, que parece manejar mucha información al respecto, no cita en ningún momento a Agüeros, pese a ser el tercer integrante de esos tribunales de contratación. Esta sucesión de hechos hace que el profesor esté en el centro de la mirada de la investigación policial.
Pero, ¿quién es Manuel Agüeros? El perfil de este profesor era, hasta ahora, poco conocido. Nacido en 1986 en Santander, natural de Lamasón y amante de «todo lo rural y tradicional, del café y de la justicia», es uno de los profesores asociados del departamento de Economía de la UC, donde imparte clases de Matemáticas Financieras y Matemáticas para Economistas en el Grado en Administración y Dirección de Empresas. Persona muy cercana a Casares y Coto, ha formado parte de su grupo de trabajo. Incluso el decano dirigió su tesis, que publicó en 2015. Al ser profesor asociado, tiene unas horas limitadas de clase, al igual que una retribución inferior a los titulares o los contratados doctores. Complementa su actividad docente trabajando en un pub. Personalmente, es hermano del alcalde de Lamasón, Luis Ángel Agüeros (PP), aunque Manuel niega tener algún tipo de vinculación con este partido.
Otra pregunta que late en el ambiente es por qué Agüeros denuncia ante la Policía la falsificación de su firma seis años después de suceder los supuestos hechos delictivos. ¿Por qué no lo hizo entonces? ¿Qué motivación le ha llevado a hacerlo ahora? El propio profesor ha argumentado que busca «la limpieza» de la UC. El rector duda de tal propósito. Así lo expresó el lunes cuando fue cuestionado por ese supuesto amaño en la adjudicación de plazas de profesores. «Me sorprende que, si a alguien le preocupa la pureza del mecanismo, saque en enero de 2019 un audio de junio de 2016. Es un poco difícil creer en esa voluntad de denuncia».
Coto va más allá y apunta dos detonantes en las acciones de Agüeros. Uno, de carácter político: «la oportunidad de sacar algún tipo de beneficio en retribución de los favores prestados», manifiesta el decano en referencia a que el principal perjudicado es Casares, con una polémica que ha estallado a escasos meses de las elecciones. Y otro, «el miedo de quedarse sin trabajo en la Universidad» después de años de vinculación.
Y es que en ese proceso de «endurecimiento» de los procesos de adjudicación de plazas del personal docente e investigador que ha establecido Pazos desde su llegada al Rectorado, el Consejo de Gobierno de la UC aprobó el pasado mes de marzo que, para ser profesor asociado, los docentes deben desarrollar su actividad profesional fuera del ámbito universitario, ya sea en el ámbito requerido en función del perfil y las características de la plaza, o en aquellos para los que le faculta su situación académica. Esta actividad profesional «deberá haberse ejercido al menos en los tres últimos años y deberá mantenerse en la fecha de formalización del contrato y durante la vigencia del mismo». Requisitos que no cumple Agüeros. Los contratos de los asociados se renuevan anualmente y él, en cuanto finalice el actual, el 30 de septiembre, no podría continuar en la UC después de años de trabajo, de fidelidad a Coto y Casares... y de búsqueda de mejoras laborales que no ha logrado.
El decano confirmó ayer a este medio que, tal y como adelantó eldiario.es, Agüeros intentó «chantajearle» en 2015 para conseguir un aumento del número de clases remuneradas o la dirección de un máster, entre otras exigencias. Y le amenazó que, en caso de no hacerlo, provocaría «un escándalo mediático» que salpicaría a diversos cargos de la institución académica. Un 'modus operandi' que es el mismo que utiliza el autor del anónimo. Coto incluso acusa al profesor de que, en las actas de 2012, realizó una firma diferente a la suya habitual para «intentar construir una narrativa» con la que poder «extorsionar» en el futuro para su beneficio personal.
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