El programa Valientes llega a las aulas cántabras para mejorar con datos la convivencia escolar

El punto de partida es claro: «La convivencia escolar es un elemento esencial en el desarrollo integral del alumnado y en la calidad educativa de los centros escolares», reza el texto que firma el consejero, Sergio Silva. Teniendo esto en cuenta, la iniciativa que promueve Valientes, con un proyecto homónimo, encaja en la búsqueda de una «herramienta de análisis y evaluación de la convivencia escolar».

¿En qué consiste? Parte de «una visión holística», precisa Enrique Hierro, cofundador de Valientes. A grandes rasgos, su herramienta se apoya en los datos obtenidos a través de un test de más de cien preguntas creado por Valientes en alianza con la UNED y «validado científicamente». Los alumnos responden esas preguntas, que engloban muchos aspectos de su vida: su entorno físico y digital, su vida en el aula, la relación con los compañeros... «El enfoque considera todos los aspectos del alumnado: personal, familiar, social y cultural», destaca Hierro, que subraya que este número de aspectos de análisis asegura que la foto resultante sea amplia, «detallada» y permita «describir todas y cada una de la situaciones» de convivencia que dan en un entorno educativo.

A partir de ahí, los datos del test se procesan y se traducen en un informe que se pone a disposición de la dirección y del servicio de orientación del centro. Y el compromiso, avanza Hierro, es que, de detectarse situaciones de riesgo en 'bullying' o 'ciberbullying', el instituto «busque y desarrolle soluciones».

Los datos recabados, por tanto, ayudan «a tomar decisiones» y son siempre «anónimos», incide el cofundador de esta entidad con sede en Cantabria, ligada en origen al Centro Internacional de Santander Emprendimiento y compuesta en la actualidad por cinco profesionales, entre ellos, una psicóloga y un ingeniero informático.

El programa en sí ya se probó el curso pasado en tres centros: dos en Santander –IES Torres Quevedo y Esclavas– y uno en Torrelavega, el IES Miguel Herrero.

El retorno fue bueno, por lo que Sergio Silva indica que el programa funcionará como «una herramienta más de lucha contra el acoso escolar desde la perspectiva preventiva, porque nos va a aportar datos desde el sociograma», es decir, desde las relaciones y desde la «organización informal del aula», y, lo que es importante, desde la experiencia, siempre anónima, del alumnado. La herramienta, en definitiva, «nos da mucha información» sobre las relaciones «reales» que se dan en el aula, subraya el consejero.

Eso procurará a los centros «un mapa» más real de la convivencia escolar en los centros que se apunten y permitirá «adelantarnos a posibles casos de acoso escolar» o a situaciones «incipientes» en este sentido, indica Silva.