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Según el propietario de la sala Séptimo Cielo, que el pasado fin de semana acogió el controvertido Galerna Fest, «todo se ha sacado de contexto». «Tengo un amigo que me pidió la sala para celebrar su cumpleaños con su chica y unos amigos. Yo lo único que he hecho ha sido alquilarlo para un cumpleaños, y a partir de ahí estoy eximido de toda responsabilidad». Fernando, propietario del espacio ubicado en la calle Alcázar de Toledo de Santander, es claro cuando afirma que «lo que ocurre aquí es que se está produciendo una persecución a todo lo que se hace en esta sala».
La controversia del Galerna Fest, evento calificado de «abiertamente fascista» por el PSOE de Santander, es solo el último episodio de las polémicas surgidas en un espacio que, según los vecinos de la zona, trae de cabeza a los residentes y a la Policía Local, que acude con frecuencia por denuncias de toda índole. Esta pasada semana, tanto el viernes como el sábado, los agentes municipales formalizaron diferentes denuncias «por tener una actuación en vivo sin presentar autorización» y por «música en tono elevado» y «molestias al vecindario», además de por no tener autorización para celebrar este festival. Pero nada de ello tiene fundamento para el responsable del local.
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«Aquí da lo mismo lo que sea, que siempre van a estar detrás. Es cierto que no lo hubiera alquilado si llego a saber que se iba a montar este revuelo, pero es que aquí parece que yo soy el que tiene que responder, y el responsable es la persona que lo ha alquilado», insiste Fernando, que en los últimos días ha recibido toda clase de insultos.
«Me pueden llamar fascista y fíjate qué idea tienen de todo que este local es latino. Fíjate lo fascista que seré yo, que además mi mujer, y la madre de mi hija, es colombiana», detalla. «Lo que no podemos hacer es trabajar así, con esta persecución continua, porque no es justo», protesta. «Las peleas son algo habitual cada fin de semana en el ocio nocturno, ¿qué pasa, suceden todas en el Séptimo Cielo? Pues ya te puedo asegurar que no», cuenta el propietario de esta sala, al que se le acusa de haber organizado un evento sin permiso municipal.
La polémica fue alimentándose desde inicios del pasado mes, cuando se promocionó el Galerna Fest sin concretar la ubicación donde se iba a celebrar. Se barajaron varias posibilidades y diferentes asociaciones exigieron al Ayuntamiento de Santander que prohibiera la cita. «No podemos prohibir nada si es legal», advirtió la alcaldesa; pero los organizadores del evento no habían presentado solicitud.
Después llegaron las manifestaciones el sábado por las calles de la ciudad. De un lado, la organizada por la Asociación Cultural Alfonso I (promotora también del Galerna Fest), que partió de Cuatro Caminos para llegar al Ayuntamiento y corear consignas como «¡Salvemos Europa!» y «¡Estado liberal, mafia internacional!». Diversos colectivos contraprogramaron por su parte manifestaciones en contra del festival, que incluso ocultó hasta última hora su lugar de celebración.
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Ana del Castillo
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