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Imagen de archivo de unas monedas de propina en la vuelta del pago junto a la factura en un restaurante. Roberto ruiz
La propina superviviente

La propina superviviente

Aunque muy afectada por la generalización del uso de las tarjetas, la costumbre se resiste a desaparecer, sobre todo en los restaurantes

Álvaro Machín

Santander

Domingo, 2 de octubre 2022, 18:17

En agosto de 1986, Ramón López se sacó en propinas 35.000 pesetas. «De aquellas». Fue su primer trabajo como camarero, «como aprendiz». Con 16 ... años y en el Hotel Real. «Era el lugar de referencia para los veraneos de un mes de entonces». Le gustó cómo se trabajaba allí y también el dinero 'extra'. «Yo quiero ser camarero», se dijo. Luego fue el Rhin. «Más duro». Pero las propinas seguían siendo «impresionantes». En verano, se tiraba de ese dinero para los gastos (la ropa, las «fiestas») y el sueldo se daba en casa o se guardaba para pagar los estudios o, sencillamente, ahorrar. López, ahora uno de los propietarios de las Tabernas del Herrero (con tres locales en Santander), dice que todo eso ha pasado a la historia. Que la propina entró en decadencia hace años y que quedó como costumbre. Sin embargo, la pandemia –y la tarjeta de crédito, porque se ha multiplicado su uso–, pese a lo que pueda parecer, no ha terminado de matar del todo el bote en los restaurantes. Hay cambios en las formas, sí. También sectores más afectados que otros (en el taxi, cuentan los profesionales, está ya en peligro de extinción). Pero en la restauración, mal que bien, aún existe.

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