«La prostitución no ha desaparecido, ha mutado: hay 300 pisos y 8 clubes abiertos»

En Nueva vida conocen de cerca el problema. Trabajan con mujeres prostituidas. Además, están realizando un completo informe que radiografíe el estado actual, especialmente en Santander ya que, al ser la capital, es uno de los principales focos: «Algunos de ellos -afirman- en calles muy céntricas, y otros no tanto».

El Ayuntamiento, además de financiar el año pasado con 8.400 euros la campaña de información y sensibilización en el día internacional contra la trata y la explotación sexual, concedió a Nueva Vida otros 38.400 euros para el citado estudio, que abarca el año pasado y este, y que pretende «aportar luz» sobre el número de mujeres que ejercen la prostitución en Cantabria y en qué condiciones se encuentran.

Los resultados se publicarán antes de acabar 2022, aunque desde la organización dan alguna pincelada. «Como dato, es relevante que hayamos conseguido que 150 mujeres hayan accedido a contestar a la amplia encuesta que les hemos pasado», desvela García Justamante. «Es muy relevante, ya que nos permite afirmar, sin miedo a equivocarnos, que son muchísimas más. Si en Cantabria tenemos localizados 300 pisos y hay más de una en cada uno, las cuentas se disparan», recalca.

La mutación de la que habla Nueva Vida se traduce en dos hechos concretos: «Las mujeres que antes ejercían en la calle, al menos aquí, ya no lo hacen. En cambio, ha aumentado el fenómeno online», explica el gerente de la delegación cántabra. «También hay mujeres que ejercen por voluntad propia. Son las escorts, que son un porcentaje ínfimo, ya que la mayoría lo hacen de manera obligada», explica.

Desde la ONG celebran que «por primera vez en 40 años» aflore en el debate político el tema de la prostitución. «Nos gusta que la ley sea abolicionista y no prohibicionista, ya que esto último recae sólo sobre las mujeres prostituidas». La futura norma que debe debatirse en el Congreso de los Diputados prevé, además del encarcelamiento de proxenetas y dueños de burdeles y la clausura de sus locales, fuertes multas para los consumidores de sexo de pago, incluso ordena su entrada en prisión -de uno a tres años- si la mujer es menor de edad o está «en situación de vulnerabilidad». Las multas a los clientes serán de 12 a 24 meses y del doble si hay menores o personas vulnerables.

«Nos hubiera encantado que las penas fueran mayores», afirma García Justamante. «Está muy bien que se fije el ojo en los clientes, pero el plan se queda cojo ya que, en nuestra opinión, la ley debería ir respaldada de un plan de sensibilización a la sociedad». Y pone el ejemplo de Suecia, país que transitó recientemente el mismo camino que ahora inicia España. «Cuando consumes prostitución, estás vulnerando los derechos humanos de la otra persona. Los grupos políticos que en el Congreso se amparan en la libertad sexual están haciendo populismo: no puedes entender la prostitución desde el punto de vista ideológico, sino como algo que forma parte de la realidad», explica.

En Nueva Vida, además, creen que la norma futura debería tocar la Ley de Extranjería para ayudar a las mujeres que lo ejercen -la mayoría, extranjeras-. «Si la ley sale adelante, ayudará a dar el primer paso, sin duda, en la abolición de esta práctica, pero estamos seguros de que no acabará por completo con el problema de la prostitución».