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La Policía Local de Castro Urdiales se ha visto obligada a poner las primeras sanciones a aquellos bañistas que no respetan las restricciones en las playas del municipio como consecuencia del exceso de aforo, después de que el pasado fin de semana se vieran ... obligados a desalojar varias zonas de baño y cerrar una de las playas al superarse el cien por cien de la ocupación permitida. Parece que este verano los encargados de velar por la seguridad de los arenales urbanos de Castro (Brazomar y Ostende), así como de las zonas de baño, Solárium y el muelle Don Luis y San Guillén -aunque en teoría en estos dos últimos espacios no se permite esta práctica- van a tener dificultades día sí y día también para controlar que todo el mundo cumpla con las indicaciones fijadas.
La gran afluencia de turistas a Castro, que pasa de 32.000 habitantes a casi el triple en verano, sumado a que las dos playas urbanas son limitadas en cuanto a espacio, provocan que los aforos lleguen al límite permitido en cuestión de horas. Y a eso se ha sumado esta semana, según comenta el jefe de la Policía Local de Castro, Domingo García, que la pleamar ha coincidido con la hora en la que más gente acude a disfrutar de estos entornos. Por eso, desde el pasado sábado se han visto obligados a cerrar (restringir el acceso de bañistas), en varias ocasiones, la playa de Brazomar (400 metros de largo por 40 de ancho), que es más pequeña que la de Ostende (900 metros de largo por 50 de ancho). Esto ha provocado ciertos problemas con algunos bañistas, que no entienden las normas y que han descargado su malestar con los encargados de que se cumplan las normas de seguridad.
«Finalizamos el servicio de playas. Más de lo mismo, insultos, malas contestaciones. No comprende la gente ni lo que significa cerrada la playa, sin mascarillas. En resumen, no habéis aprendido nada de la pandemia, sin más». Este fue el mensaje que Protección Civil de Castro Urdiales hizo público el pasado martes y que provocó la reacción de cientos de personas respaldando la labor altruista de este colectivo. Pese a esto, el responsable de este colectivo de voluntarios, Íñigo Ruiz, prefirió ayer «no echar más leña al fuego». «Son situaciones desagradables que ya tenemos asumidas», afirmó con resignación.
Por su parte, el jefe de la Policía Local de Castro, Domingo García, considera que están haciendo todo lo que está en su mano para que los bañistas cumplan con las indicaciones del denominado Plan de Contingencia. «Cuando se decide que no puede entrar nadie más y se pone la señalización correspondiente, que es muy visible, la gente insiste en seguir entrando. El problema es que no entienden las cosas y lo que hacen es acceder al arenal por las zonas de salida. Cada uno tiene su criterio, dicen que han visto huecos por ahí, que cómo se van a bajar para casa... Y lo que hacen es provocar concentraciones al ocupar todo el paseo de la playa».
Ante esto la Policía Local castreña está empezando a denunciar a aquellos que no hacen caso y se cuelan al arenal por zonas que no están permitidas. Desde el pasado lunes han impuesto al menos cuatro sanciones. «Es que ya no podemos hacer más. Es cosa de que la gente se conciencie de que cuando no se puede entrar».
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