Cómo protegerte de los ciberdelincuentes

La 'vida' digital es igual a la vida real. Si en tu vida real nadie te da un piso por un euro, en la vida digital tampoco. Desconfía siempre de los regalos y promociones, y sobre todo de las cosas que te piden de forma urgente sin motivo aparente.

Utiliza credenciales de acceso (usuario y contraseñas) diferentes en cada página/aplicación/sistema. No utilices la misma contraseña para las redes sociales y para el banco ya que un incidente en una de las redes sociales puede revelar tus credenciales bancarias o de otros sistemas críticos. También puedes utilizar gestores de contraseñas que te permitan generar y guardar tus credenciales de acceso a las páginas/aplicaciones/sistemas de forma segura.

Cuando crees nuevas contraseñas procura que sean robustas, con una longitud adecuada y compuestas por mayúsculas, minúsculas, números y caracteres especiales, y no incluyas datos que puedan ser fácilmente adivinables como fechas de nacimiento. Esto dificultará que sean descubiertas y comprometidas.

No compartas fotos de tu DNI o pasaporte. Si es imprescindible, hazlo en blanco y negro o incluye una marca de agua para impedir que sean utilizadas para otros fines como, por ejemplo, contratar servicios a tu nombre.

Utiliza siempre software original. La utilización de software 'pirata' es una fuente de problemas ya que suelen tener agujeros de seguridad generados intencionadamente por los piratas, y supone un riesgo para la confidencialidad de tu información personal.

Mantén siempre actualizado el software y sistemas operativos que utilices en todos tus dispositivos (ordenadores, dispositivos móviles, tabletas…). No hacerlo puede suponer muchos problemas de seguridad, ya que suelen incluirse vulnerabilidades que pueden ser aprovechadas por los atacantes.

Instala en todos tus dispositivos un software de protección, antivirus o EDR, que te proteja frente al malware, virus y aplicaciones potencialmente peligrosas, y manténlo siempre actualizado.

El 80% de los ataques se originan en o desde el correo electrónico. Desconfía de los correos que te llegan y verifica si pueden ser o no reales antes de abrirlos. Completa la protección con un módulo para proteger el correo electrónico en tu antivirus o similar.

No utilices redes wifi de acceso público como las de estaciones, aeropuertos, hoteles..., ya que las comunicaciones realizadas dentro de estas redes pueden ser interceptadas fácilmente por otros usuarios.

Haz una copia de seguridad de tu información de forma periódica y guárdala en un sitio seguro. Si pierdes tu móvil o portátil, realmente lo agradecerás.

Usa un gestor de contraseñas. Esto va a permitir que cumplas todos los requisitos que piden siempre, contraseñas robustas y no repetir nunca la misma en varios sitios. Hay muchas opciones en el mercado, gratuitas, de pago, online, offline, etc.

Como decía Ángel Pablo Avilés (Angelucho), nuestro mejor antivirus somos nosotros mismos. No hay que descargar ni instalar nada que no hayamos solicitado o que no estemos esperando recibir, igual que haríamos en la vida física.

Antes de acceder a un enlace, responder a un email o descargar una aplicación, debemos verificar siempre que la otra parte es legítima y no una suplantación (nunca se sabe dónde puede estar la «trampa»). Y ante cualquier duda, preguntar a alguien de tu entorno antes de realizar ninguna acción.

El hábito de «aceptar todo por defecto» o «darle a continuar todo el rato» ya no vale. Debemos ver qué estamos aceptando o qué estamos haciendo en cada paso. De hecho, era y sigue siendo una forma habitual de instalar programas y apps con publicidad masiva, cuyo único fin es hacerse con tus datos o con tu dinero. No olvidemos que hoy en día los datos son más valiosos que el dinero.

Google no es la verdad absoluta, existen campañas de desinformación que buscan posicionar en los primeros resultados de búsqueda una noticia falsa o manipulada, una oferta fraudulenta, etc. Debemos dudar, una vez más, de lo primero que encontramos en internet.

Asumir que lo que subes a redes sociales deja de ser tuyo. Hay mucha gente que cree que su cuenta de Instagram, Facebook o TikTok es privada y le pertenece, y no es así. Cuando abres una cuenta en una red social, estás aceptando que el contenido que subas será propiedad de la entidad.

Piensa antes de publicar tu vida personal en internet, cualquiera puede hacerte un perfil personal con la información que has subido, o deducir ciertos patrones de comportamiento diarios. O quizá a tu hijo/a dentro de 20 años, no le guste que hayas publicado sus fotos de cuando era un bebé.

Haz copia de seguridad, y copia de la copia. Antes o después te hará falta. Con utilizar un par de pendrives o dos discos duros es suficiente.

No hay que ser paranoico, pero sí consciente de que los aparatos escuchan constantemente. Tanto Alexa como Google Home, o incluso el Roomba podría estar haciendo un escáner de tu casa. Si vas a usar este tipo de dispositivos, debes asumir esto.

Usar doble autenticación, aunque cueste, es una medida fácil y eficaz de evitar que alguien entre en tu cuenta sin tu permiso aún conociendo la contraseña. Incluso WhatsApp tiene esta característica.