El PSOE intenta por segunda vez forzar a la Consejería a crear una tasa turística
El PRC tiene dudas y PP y Vox ya lo rechazaron hace un año. Los alcaldes no pueden aplicarla si el Gobierno regional no diseña un marco general
Aunque todavía no ha entrado en vigor la norma, el Principado de Asturias tiene intención de implantar este mismo verano la tasa turística, que ya ... funciona en otros territorios como Cataluña y Baleares, además de en las principales capitales europeas. El modelo que ha elegido la comunidad vecina es el de cobrar en función de la presión turística de cada destino –más en las zonas del litoral y en los parques naturales– y el dinero irá destinado a los ayuntamientos para ayudar a sufragar los servicios más afectados por la llegada de visitantes, desde la limpieza, hasta la seguridad o el abastecimiento de agua. Oviedo y Gijón ya han dicho que no la aplicarán. Y están en su derecho, porque la tasa turística asturiana será voluntaria. Una libertad de decisión que el Gobierno de Cantabria no quiere dar a los municipios de la comunidad autónoma. Aunque Comillas, Suances, Santander, Noja Laredo o Castro Urdiales quisieran cobrar entre 3 o 4 euros por persona y noche –de media, es lo que cuesta en las localidades españolas en las que ya existe–, la Consejería de Turismo no se lo permite. A día de hoy, se niega a crear el marco legal para que cada ayuntamiento actúe en función de sus intereses. Porque está en contra de esta fórmula y también porque considera que no hay una demanda real de los municipios.
Tampoco en el Parlamento de Cantabria hay, a día de hoy, una mayoría favorable. Se vio el pasado mes de octubre, cuando el PSOE llevó una proposición no de ley en este sentido. Los socialistas, que quieren seguir los pasos de Asturias y también del País Vasco, no se resignan y llevarán de nuevo la propuesta al último pleno antes de las vacaciones.
En concreto, al estado de orientación política que cierra el calendario parlamentario la próxima semana. Como explicó su portavoz, Mario Iglesias, promoverán, a través de las propuestas de resolución que se votan al final de ese debate, «una modificación legal para gravar las estancias de los viajeros que se hospedan en los establecimientos turísticos de Cantabria».
Iglesias señala que los fondos que recauden las arcas locales deberían destinarse «al impulso de la competitividad y sostenibilidad del sector turístico y del atractivo de Cantabria como destino sostenible, así como a la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía cántabra». Para no asustar demasiado a los hosteleros, el PSOE entiende que esa tasa debe ser «fruto del diálogo y del consenso social en el destino de implantación».
Sus argumentos son similares a los que ya expusieron en octubre. Y, previsiblemente, los del resto de partidos tampoco cambiarán mucho, por lo sería una sorpresa que salga adelante la medida. El PP considera que Cantabria no se enfrenta a un problema de «sobresaturación turística» y que los socialistas lo único que quieren hacer es «buscar problemas donde no los hay, hacer diagnósticos equivocados y proponer soluciones que son, a todas luces, erróneas». En la misma línea, Vox considera que se trata de una medida puramente recaudatoria. Con esas dos posturas, el voto del PRC no sirve para decantar la balanza al lado del PSOE. Pero es que los regionalistas tampoco lo tienen claro. En el partido hay posturas de todo tipo. Han preferido no enfrentarse todavía a ese debate y no tienen una posición marcada. De ahí que, la última vez que hubo que votar, se abstuvieran.
En Santander
Además de al Parlamento, el PSOE llevará el asunto al pleno del Ayuntamiento de Santander. En la capital han presentado una moción para implantar una tasa «simbólica» de entre 1 y 2 euros por noche. Para alojamientos hoteleros, pero también para los pisos de uso turístico.
«Con una tasa mínima de 2 euros por noche, podríamos recaudar alrededor de 2 millones de euros al año. Es lo que cuesta un café, a cambio de mantener una ciudad limpia, segura, cuidada y accesible para quienes la disfrutan», defiende el portavoz socialista, Daniel Fernández. Detalla que la propuesta parte de una realidad incuestionable, que es que Santander recibió en 2023 más de 900.000 pernoctaciones en establecimientos reglados, a las que hay que sumar la actividad creciente de las viviendas turísticas, muchas de ellas concentradas en zonas de alta presión como el centro, el entorno de las playas o Puertochico.
Para Fernández, este debate «no debe abordarse con prejuicios, sino con responsabilidad». «La presión turística implica un mayor volumen de residuos, más uso del transporte público, mayor necesidad de limpieza, presencia policial y mantenimiento urbano», concluye.
Santander y Suances, primeros municipios en plantear el debate
Hasta que el Gobierno de Cantabria no cambie de postura, los municipios no pueden hacer otra cosa que expresar su opinión haciendo más o menos ruido. Pueden pedirlo a la Consejería de Turismo, pero no activarlo de manera autónoma. Por ahora, más allá de Santander, solo el Ayuntamiento de Suances ha tratado el asunto en su pleno. Lo hizo a iniciativa del portavoz regionalista, Sergio Casanova, que al contrario que su partido, sí tiene muy claras las bondades de una hipotética tasa turística.
Paradójicamente, su moción no salió adelante porque el PSOE, que tiene mayoría absoluta, se abstuvo. Así, los votos del PP se impusieron. «Quizás en un futuro...», apuntaba entonces el alcalde socialista, Andrés Ruiz Moya, que entendía que Suances necesita más tiempo para analizar sus consecuencias y un debate profundo con vecinos, comerciantes y hosteleros. Y sobre todo, Ruiz Moya defendía que el primero que debe dar un paso adelante es el Gobierno de Cantabria.
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