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Aver si de una vez y cuanto antes dejamos de pelearnos entre nosotros para preparar las elecciones frente a los que son nuestros auténticos adversarios'. Entre dirigentes y militantes del PSOE de Cantabria una reflexión constructiva y bienintencionada trata de abrirse paso en medio del ... paisaje turbulento de un partido fracturado en la batalla por el liderazgo que Pablo Zuloaga ganó a Eva Díaz Tezanos el verano pasado. Pero queda por resolver al menos el complejo trámite de las primarias electorales que aún no tienen fechas ni procedimientos. Mejor antes que después del verano, si se trata de ganar tiempo en el difícil propósito de cerrar las heridas para afrontar el desafío de las urnas en mayo de 2019.
La convocatoria de la elección interna del candidato autonómico dependerá de la propuesta que haga la dirección del PSOE cántabro y de que la apruebe la ejecutiva federal, aunque en Ferraz quieren ser flexibles con los calendarios electorales y la coyuntura del partido en cada territorio. Hay tiempo de sobra para acometerla antes del verano. De ser así, la Conferencia Política prevista para esta primavera con objeto de perfilar el programa electoral del partido, se celebraría después. También se completaría posteriormente el proceso de primarias que en teoría afecta a los municipios de más de 20.000 habitantes: Santander, Torrelavega, Castro Urdiales, Camargo y Piélagos, aunque es muy poco probable que haya competencia en todos ellos.
El reglamento que el Comité Federal del PSOE aprobó en febrero contempla que, salvo la elección del candidato a presidente del Gobierno de España, abierta la ciudadanía, las demás primarias circunscriben la participación a la militancia como norma general, a no ser que en determinados casos las direcciones autonómica o federal opten por el procedimiento abierto.
Precisamente, los críticos del PSOE de Cantabria, afines a Eva Díaz Tezanos, reclaman que las primarias sean abiertas a los ciudadanos, de acuerdo a la filosofía emanada del 39 Congreso Federal e incluso a las promesas formuladas en su momento por Pablo Zuloaga. Así que están pendientes de la fórmula que el secretario general proponga a Ferraz.
No es un debate nuevo. En la etapa anterior, por ejemplo, el aparato alertaba del riesgo de abrir las elecciones internas a través de un censo de simpatizantes porque ese sistema alentaba hipotéticas operaciones destinadas a contaminar la vida del partido desde fuera.
La plasmación de las candidaturas electorales es un proceso complejo. En una primera fase sólo se elegirán en primarias los jefes de fila. Posteriormente las asambleas de militantes propondrán y votarán a quienes deben completar las listas, pero los candidatos tendrán amplio margen de maniobra para armar equipos afines y cohesionados. En definitiva, difícilmente podrán ignorar a militantes incómodos que reciban el apoyo de sus compañeros, pero sí apearlos de los puestos nobles. El nuevo reglamento mejora la participación porque ahora los nombres propuestos serán sometidos a la votación de los militantes, pero en todo caso el sistema preserva el control jerárquico.
Los nuevos dirigentes del PSOE de Cantabria confían en que las primarias electorales consoliden definitivamente su poder interno, ya reforzado en la renovación de las asambleas y del Comité Regional. Con Pablo Zuloaga como el candidato autonómico natural, y no el consejero Francisco Fernández Mañanes, entre resignado y harto de desmentir los rumores que le sitúan en la salida de la carrera. Con Pedro Casares al frente del cartel electoral y del partido en Santander.
En Torrelavega ni siquiera son obligatorias las primarias porque ya tiene alcalde socialista, José Manuel Cruz Viadero, pero con toda probabilidad las habrá. De hecho, el propio Cruz Viadero derrotó en su día a quien era la regidora, Lidia Ruiz Salmón, y ahora está dispuesto a defender su continuidad como candidato frente al aspirante que emerja de la facción disidente que ya cayó derrotada en noviembre pasado. Aquella pugna consagró la bicefalia socialista: Viadero se quedó en la alcaldía y Bernardo Bustillo –ambos son zuloaguistas– ganó la secretaría general a José Otto Oyarbide. Los militantes debatirán esta semana si instan a la dirección del partido un procedimiento cerrado a la militancia o abierto a los ciudadanos.
En el sector crítico, conscientes de su posición debilitada, aguardan a la convocatoria de las primarias autonómicas para tomar decisiones. Para presentar la batalla definitiva o quizá para dar un paso atrás y dejar que el oficialismo se estrelle solo en las elecciones de 2019. Tal es su negro augurio.
Los dirigentes manejan un pronóstico más optimista, pero desde luego la desconexión que se refleja en el Gobierno entre la vicepresidenta Díaz Tezanos y los demás consejeros socialistas, o la distancia entre la ejecutiva y la quincena de alcaldes díscolos de municipios grandes y pequeños, que forman parte esencial del esqueleto electoral del partido, no dibujan un escenario propicio para pelear en las urnas dentro de trece meses. Los planteamientos apaciguadores que apelan a la disciplina de los vencidos y a la generosidad de los vencedores en la batalla desatada el año pasado para recuperar la cohesión son, al menos de momento, voces que claman en el desierto.
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