PSOE: PRIMARIAS CON INCÓGNITAS
Oficialistas y críticos, pendientes de las normas que regirán la composición de las candidaturas electorales
Jesús Serrera
Santander
Domingo, 11 de febrero 2018, 09:09
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Jesús Serrera
Santander
Domingo, 11 de febrero 2018, 09:09
Andaba el oficialismo socialista disfrutando de la tranquilidad de la tregua cuando ha reaparecido con estrépito Rosa Inés García, ya sin las responsabilidades como alto ... cargo del Gobierno regional, para advertir, con sus duras críticas al secretario general, Pablo Zuloaga, que la mecha crítica sigue prendida. Un aviso a navegantes para los enemigos y una arenga para mantener alta la moral de los partidarios.
Unos y otros están pendientes del Comité Federal que el PSOE celebrará en Aranjuez el 17 de febrero para decidir las normas que regirán las primarias electorales. El cuándo, en julio o en septiembre, y sobre todo el cómo. El 39 Congreso, que bendijo la resurrección de Pedro Sánchez, había anticipado la adopción de un procedimiento de primarias abiertas a militantes y simpatizantes censados para que las candidaturas al completo al Congreso, el Senado, los parlamentos autonómicos o las corporaciones de ciudades importantes se confeccionasen con respeto estricto a los nombres más apoyados desde las bases.
A los críticos del PSOE cántabro les gustaba ese sistema ya que, teóricamente, haría más factible su presencia en las listas pues en las primarias y en el congreso regionales, a pesar de caer derrotados, habían contabilizado el 46% de los votos. Pero la cúpula federal del partido ya se ha apresurado a puntualizar que los órganos de dirección en cada territorio tendrán la facultad de modificar las candidaturas que propugne la militancia. O sea, el mismo procedimiento que regía hasta ahora, también en Cantabria. Las bases proponen y la cúpula dispone: quiénes ocupan los puestos nobles, quiénes los de relleno y quiénes se quedan fuera de juego. Cuando hay cohesión interna muchos nombres coinciden en las listas definitivas, pero ese no es el caso de Cantabria. Así pues, el riesgo de que en ese proceso surja un nuevo frente de conflicto entre la ejecutiva y el grupo disidente es grande.
A la espera de que el Comité Federal apruebe el reglamento de las primarias electorales, el sector crítico que apoyó a Eva Díaz Tezanos en las internas y en el 13 Congreso Regional de julio pasado evalúa sus fuerzas antes de decidir en algún momento si da la última batalla. Con la propia Díaz Tezanos, cada vez más aislada en el Gobierno por sus adversarios internos, o con un nuevo candidato. Y con los apoyos que conserven en el partido, entre ellos la mayoría de los alcaldes socialistas, aunque ya se sabe que los regidores son gente práctica que recela del ruido interno cuando se avecinan las elecciones. En todo caso, la empresa es difícil porque la ejecutiva de Pablo Zuloaga ha salido reforzada en el proceso de renovación de las agrupaciones y en la composición del Comité Regional, que ahora controla en sus dos tercios.
La dirección del PSOE cántabro prefiere no contribuir al ruido interno, aunque no faltan quienes reclaman mano dura y expedientes disciplinarios para los críticos más exacerbados. La prioridad del momento es preparar la Conferencia Política de esta primavera, con presencia de dirigentes nacionales e incluso de Pedro Sánchez, si le cuadra en su agenda. Grupos de trabajo desarrollan los borradores sobre economía y empleo, igualdad, asuntos sociales, municipalismo, etc.; en definitiva, la base del programa electoral que el PSOE ofertará en los comicios de 2019.
Es también la oportunidad de proyectar una imagen de cohesión y de estimular a militantes y simpatizantes ante la cita electoral. El oficialismo maneja buenas sensaciones sobre la evolución del partido y el crecimiento político de sus dirigentes, del secretario general, Pablo Zuloaga, y del líder en Santander, Pedro Casares, que capitanea la potente ofensiva de la oposición contra la alcaldesa popular, Gema Igual. Pero no se llaman a engaño: la recuperación del partido es un objetivo a plazo más largo que los 15 meses que faltan para las elecciones. El sector crítico, por su parte, detecta síntomas de desmovilización en el partido y en las actividades que organiza.
Es la misma diferencia de percepciones que se observa a nivel nacional a la hora de analizar las tendencias electorales. Donde los más fieles a Pedro Sánchez vislumbran avances esperanzadores, los más escépticos ven al partido estancado, sin variaciones perceptibles desde los tiempos del radical ‘no es no’ al PP, a la más reciente unidad constitucional frente al independentismo en Cataluña. Paradójicamente, sólo Susana Díaz, que perdió la pugna interna frente a Sánchez, florece ahora en las encuestas de Andalucía, como subrayan los socialistas cántabros que la apoyaron en las primarias.
El declive de Podemos no empuja al PSOE, que si algo capta por la izquierda ve neutralizada esa ganancia por el trasvase hacia el pujante Ciudadanos. Como diría José Mota, los votantes que entran por los que salen.
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