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Las sesiones del Parlamento de Cantabria se reanudaron este lunes como acabaron antes de las vacaciones de verano: con un repaso casi monográfico a la gestión sanitaria de la crisis del coronavirus, el PRC esforzado en mostrarse como la principal fuerza para impulsar ... dinero desde Madrid hacia Santander, el PSOE como firme defensor de los beneficios de las políticas de Pedro Sánchez para la región y el PP con guiños constantes a Miguel Ángel Revilla para que abandone a sus socios en pos de «salvar la economía y reconstruir la región». A grandes rasgos, lo mismo que hace dos meses, pero con algunos matices.
El presidente regional enumeró la misma lista de compromisos por cumplir que en otras ocasiones, pero lo hizo con un tono algo más conciliador con La Moncloa. Sin alzar la voz, pero claro en el mensaje, volvió a lanzar un anuncio a navegantes. «El PSOE y Pedro Sánchez saben que la gobernabilidad de Cantabria depende de que se cumplan los compromisos. A ver qué pasa con el Presupuesto...», remarcó Revilla.
«Vamos a esperar. Falta poco para que, en teoría, haya Presupuestos. Esa es la prueba del algodón si es que alguien les apoya. Será el momento de ver si esas acciones tienen un reflejo», respondió el presidente a la líder de la oposición, María José Sáenz de Buruaga, que le había preguntado qué está haciendo el Gobierno para traer a Cantabria las inversiones prometidas. «¿Que qué hacemos? Todo», siguió Revilla, que puso como ejemplo las reclamaciones judiciales por el dinero de Valdecilla o el IVA.
Si la presidenta del PP volvió a tender su mano ante la evidencia –para Buruaga– de que «tiene el enemigo sentado en el Consejo de Gobierno», en referencia al ala socialista del bipartito, hoy el regionalista se dejó querer por los populares un poco menos. Y remarcó que aunque ahora la responsabilidad es de Sánchez, fue el PP quien no pagó los 22 millones de Valdecilla en su momento, lo mismo que ocurrió con los 45,5 millones del IVA de 2017. Es más, Revilla le soltó que si está en la obligación de negociar con Sánchez es porque tiene el convencimiento de que Casado «no va a tocar poder en tres años».
Buruaga siguió golpeando en el mismo costado. «Que nuestra región salga de esta depende sobre todo de su capacidad de reivindicar. De la capacidad de influencia sobre Sánchez. Y lo suyo con Sánchez está fracasando. Si es por él, ya sabemos que a Cantabria no llega nada». Dos ejemplos: «la bofetada que fue la caída del 22% en la inversión de los Presupuesto de 2019 que por suerte no salieron adelante» o el hecho de que «las únicas máquinas que hay en Cantabria trabajando las trajo un ministro del PP. Esas no pudieron pararlas». Lo dijo en referencia a Íñigo de la Serna y al ramal de continuidad de Torrelavega y el nuevo acceso al puerto.
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Acostumbrados los diputados a ver los desencuentros públicos entre PRC y PSOE, Revilla esta vez se cuidó de no molestar demasiado a su socio de Gobierno. Tampoco cuando el portavoz de Vox, Cristóbal Palacio, le pidió explicaciones sobre la falta de coordinación del Ejecutivo, sobre todo en materia sanitaria, y sobre la no presencia del presidente en decisiones como los confinamientos de Santoña y Torrelavega.
«Para las reivindicaciones de Cantabria vamos de la mano. Y sobre le confinamiento, esas decisiones las toma Sanidad, ni siquiera el consejero. Tengo una total confianza en él y siempre he estado de acuerdo con sus decisiones», remarcó Revilla. Así zanjó las palabras de Palacio con las que sugirió su cese para ver si así «empiezan a salir las cosas bien».
Por otro lado, Vox no sólo no logró sacar adelante su propuesta de intensificar el control sobre los contratos menores, sino que logró poner de acuerdo a PRC, PP y PSOE contra una iniciativa, que a su juicio siembra una duda injustificada sobre estos procedimientos. Lo que pedía el portavoz de Vox, Cristóbal Palacio, era instar a la aprobación de medidas «antifraude» y contra la corrupción «de baja intensidad». Aumentar el control externo porque, a su juicio, las «menores garantías de estas actuaciones son caldo de cultivo para corruptelas». Para escándalo de los aludidos, apuntó que en los últimos años más de 400.000 euros en contratos han ido para personas afines al PRC y al PSOE, y «la mitad» al PP.
Sólo Cs apoyó a Vox a pesar de que también considera, como el resto de grupos, que Cantabria no puede iniciar este cambio legal porque es una competencia que corresponde al Estado o que supondría una mayor burocracia para procesos que requieren agilidad. De «demagógica» calificó la propuesta Isabel Urrutia (PP), una de las más beligerantes: «En la lucha contra la corrupción siempre tendrá al lado al PP, pero no insulte a esta Cámara. Si tiene conocimiento de un hecho delictivo, lárguese al juzgado a denunciarlo, como hizo el PP la legislatura pasada con las irregularidades del SCS».
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