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Picos Extreme
El turismo de escalada, un motor económico para los pueblos de montaña

El turismo de escalada, un motor económico para los pueblos de montaña

Municipios como Liérganes y Vega de Liébana siguen el camino abierto por La Hermida y su famosa vía ferrata

Paula de rufino

Viernes, 14 de septiembre 2018, 19:46

Escalar una pared vertical sin jugarse la vida. Llegar a lugares inaccesibles en unos minutos y sin mucho esfuerzo. Disfrutar de unas vistas imposibles para la mayoría. Así es una vía ferrata: la escalada al alcance de la mano. Una vía abierta a 'todos los públicos'. O casi. Porque no se recomienda a nadie que tenga vértigo. Los peldaños metálicos, la línea de vida que elimina cualquier posibilidad de caída o los pasamanos en los senderos más complicados permiten disfrutar de una experiencia única, pero la altura sigue siendo un enemigo difícil de domar incluso cuando se está atado a un cable de acero de tres dedos de grosor.

En Cantabria hay siete vías ferratas en funcionamiento, fruto de la colaboración entre un ayuntamiento y una empresa de aventura que se encarga de abrir la vía y de fijar todos los sistemas de seguridad. Estas instalaciones son públicas y, por tanto, cualquier aficionado con material y conocimientos puede usarla sin pagar, aunque siempre hay una empresa vinculada a la ferrata que se encarga de gestionar la instalación y ofrecer a los interesados todo el material de seguridad, la formación y un guía, en caso de necesidad. En todo caso, cualquier empresa de aventura puede organizar una ruta por cualquiera de estas instalaciones públicas.

Camaleño

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La primera vía ferrata que se abrió en el norte de España está en pleno desfiladero de La Hermida. Se creó en el año 2010 bajo el impulso del Ayuntamiento de Peñarrubia y fue abierta por los escaladores de Alpine Projects, la empresa que dirige la mayoría de las visitas, que el año pasado superaron las 12.000. Además de ser la pionera y la más popular, la ferrata de La Hermida (en realidad son dos, una a cada lado del río Deva) supuso un antes y un después para el negocio turístico de Peñarrubia, un bello municipio de montaña que siempre había sido de paso hacia Liébana, pero que poco a poco se ha ido convirtiendo en un destino por sí mismo.

«Las otras ferratas han intentando copiar nuestro modelo porque, aunque el producto estrella es el Balneario, lo que nos ha traído juventud es la ferrata», explica el alcalde, Secundino Caso. Para él, la clave del impulso económico que ha supuesto la vía ferrata es la integración de la instalación en el pueblo. «Aquí la montaña no la tenemos que explicar porque prácticamente la tocamos con las manos. El que viene a escalar y su familia toman algo en el bar y, mientras unos suben la ferrata, los otros se quedan tomando algo y luego comen en el restaurante todos juntos». Otras ferratas están aisladas en la montaña, lejos de núcleos de población y, por tanto, sólo dejan un rendimiento económico a las empresas de aventura.

El Cáliz

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La experiencia fue tan positiva en La Hermida que en 2014 se abrió una nueva vía en la otra orilla del Deva. Esta ferrata, conocida como 'Pozo del Milar', cuenta con un itinerario más corto que el de su hermana mayor, pero igualmente intenso.

No muy lejos de La Hermida, pasado Potes y poco antes de llegar a Fuente Dé, está la vía ferrata de Camaleño, en el pueblo de Los Llanos. Es la segunda que se abrió en Cantabria, en junio de 2012. También fue obra de Alpine Projects, aunque es una empresa de Espinama, Picos Extreme, la que está más presente en esta vía vertical, más corta que la de La Hermida, pero llena de emociones fuertes (el puente tibetano suspendido sobre el vacío es todo un reto, hasta el punto de que la vía permite una escapatoria a través de una pared vertical para quien no se atreva a caminar sobre el cable de acero).

Al otro extremo de Cantabria, en la cuenca del río Asón, convergen cuatro vías más: El Cáliz, en Ramales de la Victoria; El Risco, en Matienzo; La Concha, en San Roque de Riomiera; y Socueva, en Arredondo. Las cuatro comparten un alto grado de dificultad, aunque con algunos matices. Socueva está calificada oficialmente como 'extremadamente difícil'. En El Cáliz, siempre que opten por su salida a mano derecha, el itinerario es 'algo difícil'. Por todo ello, la edad mínima recomendada para hacer uso de las cuatro ferratas del Asón es de 14 años y siempre acompañado de un adulto.

El alcalde de Ramales, César García, explica que las vías ferratas del Asón reciben mucho turismo de fuera de Cantabria, sobre todo del País Vasco.

La Hermida

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¿Y qué opina la montaña?

Los aficionados a la escalada alpina utilizan empotradores de 'quita y pon' para dejar la mínima huella de su paso por la montaña. Lógicamente, el extremo contrario es una vía ferrata, con sus escalones metálicos y sus cables de acero. Pero en el mundo de la montaña hay defensores de las dos vertientes, la purista y la de la popularización del montañismo. Así lo explica el presidente de la Federación Cántabra de Deportes de Montaña y Escalada, Francisco Javier Tezanos: «A la mayor parte de los montañeros les encantan las ferratas. Los escaladores de toda la vida se quejan y dicen que no debería estar permitido, pero la Federación no está en absoluto en contra de las ferratas».

Tezanos sí señala un par de cuestiones que, a su juicio, se deberían revisar: la creación de una normativa que unifique los criterios de apertura de vías ferratas y la creación de vías de evacuación para los rescates. «La mayor parte de estas instalaciones no están diseñadas para cuando hay que realizar un rescate».

La Concha

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Cada año se producen accidentes puntuales en las vías ferratas. La seguridad es total y nunca son situaciones de vida o muerte, pero nadie está exento de romperse un tobillo cuando está en la montaña. La mayoría de los rescates en este entorno de difícil acceso los realiza el Servicio de Emergencias del 112, aunque también el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil, con sede en Potes, puede intervenir cuando es necesario. El rescatador del helicóptero del 112 Javier Gómez reconoce que un rescate en ferrata es siempre complicado «porque te llevan por lugares a los que no se puede llegar andando, así que es complicado crear vías de evacuación en un sitio así».

Pozo del Milar

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«El rescate en ferrata forma parte de los rescates en montaña, y como tal es uno de los más técnicos», afirma el rescatador. Lo más lógico y sencillo es utilizar el helicóptero, hacer una operación de grúa para llegar hasta la víctima y que el rescatador se asegure a la línea de vida cuando toca tierra, pero hay zonas en las ferratas a las que el helicóptero no puede acercarse, lo que obliga a mover a la persona herida hasta donde sea accesible. «Por eso llevamos dos años formando a los bomberos del 112 en técnicas de rescate vertical, para poder contar con ellos cuando la situación lo requiere y el helicóptero no es una opción por la meteorología o porque el rescate es muy técnico».

El Risco

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Todos los meses, el equipo del helicóptero del 112 (pilotos, rescatadores, médicos y gruistas) entrena en alguna de las vías ferratas de la región. «Es complicado, sí, pero mucho más técnico y complejo es el rescate de un escalador en montaña», reconoce Gómez.

Más ferratas

Las provechosas experiencias en La Hermida, Camaleño y el Asón han empezado a extenderse por el resto de Cantabria. En Vega de Liébana está a punto de estrenarse una nueva vía, la ferrata de Peña Socastillo, ya construida pero pendiente de inaugurarse. El recorrido de esta ferrata comienza en el mirador de Santallana, en la carretera de Villaverde a Ledantes. La vía cuenta en su primer tramo con un puente colgante que pasa por encima del arroyo de la Viña. El final retorna por el mismo puente, terminando en una pared vertical de 90 metros que nos llevará de nuevo hasta el aparcamiento.

Socueva

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También se ha proyectado otra ferrata en Liérganes, en el escarpe de caliza del monte Cueto Calgar, más conocido como Pico Levante. De este modo se busca promover la primera vía ferrata de iniciación del valle del Miera. Se contempla que la instalación sea de grado fácil, con alguna opción de pasar al grado medio-fácil, e incluso la posibilidad de un paso alternativo de grado superior. Estará orientada a personas que realizan turismo activo y al aprendizaje de técnicas de progresión en vía ferrata para el colectivo de deportistas federados y practicantes habituales de deportes de montaña.

Socastillo

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Mientras el turismo de escalada comienza una etapa de expansión, en La Hermida, origen de todo, están dispuestos a seguir innovando para no perder la delantera en este negocio: «Ahora tenemos la autorización para hacer una nueva vía que cubra dos cosas que no tenemos -explica el alcalde de Peñarrubia, Secundino Caso-, una zona que puedan hacer familias con niños y otra que sea la zona más difícil del mundo».

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