Fernando Grande-Marlaska

Ministro del Interior

«Se pueden unificar servicios, pero no se van a cerrar cuarteles en Cantabria»

-El ministro que ha impulsado la mayor reforma de la historia de El Dueso comenzó su carrera en Santoña. ¿Ha tenido una implicación personal?

-Hay esa implicación personal y un compromiso como ministro de afrontar lo que entendíamos necesario. Era imprescindible afrontar una reforma para ponerle a El Dueso al nivel de los centros penitenciarios en España, que son un referente a nivel internacional. En materia de centros penitenciarios ha habido una renovación de muchos de ellos y, sobre todo, de aquellos que lo necesitaban. El Dueso se identifica con Santoña en toda España y también porque tiene una convivencia entre los funcionarios, la población reclusa y la población de Santoña realmente extraordinaria. Lo sé porque Santoña fue mi primer destino. Para un funcionario los primeros destinos marcan. Me marcó y siempre digo que llevo ese carácter montañés.

-Se ha solventado uno de los problemas de El Dueso. ¿Cuándo las reivindicaciones laborales?

-Hemos abordado las ofertas de empleo público con una tasa de reposición de más del 115%. Esto ha representado que en los últimos seis años hemos incrementado el número de funcionarios en prisiones en más de 5.000 plazas netas. Hemos incrementado las retribuciones, hemos reducido las diferencias salariales entre centros, hemos apostado por la formación...

-En el ámbito de la Policía Nacional y la Guardia Civil, es cierto que los datos demuestran que crecen las plantillas, pero la sensación es que cada vez se ven menos agentes en las calles, especialmente en los pueblos.

-Se han incrementado. Y en Cantabria se han incrementado en más de un 9% en estos siete años. Estamos en plantillas récord. La sensación subjetiva de seguridad también es muy importante y hay que abordarla. La criminalidad, después de la pandemia, en España y en otros países, se vio levemente incrementada, pero lo que está claro es que tenemos más efectivos, mejor preparados y también mejor retribuidos. En el ámbito rural, la Guardia Civil hace un esfuerzo importantísimo con el fin de ser todavía mucho más efectiva, unificando servicios y prestándolos de una forma más eficaz y más eficiente.

-¿Eso puede significar que haya cierres de cuarteles rurales en Cantabria?

-No va a haber cierre de cuarteles rurales en Cantabria. Lo que hay es un estudio técnico para que, con más medios como tenemos, prestar el servicio mucho más eficazmente. Las medidas que se adoptan van en ese sentido. Hay servicios que sí pueden estar unificados para que diez puestos presten funciones de patrullaje conjuntamente.

-¿Tiene previsto el Ministerio alguna inversión relevante en Cantabria en el ámbito de la Policía Nacional y la Guardia Civil?

-El primer Plan de Infraestructuras sumó 1.000 millones en toda España y en Cantabria se tradujo en obras en los cuarteles de Reinosa, Cabezón de la Sal y Potes. Habrá un segundo plan que ya estamos preparando. Entre otras obras en Cantabria, ya está definida la del cuartel de Laredo, con una inversión de 10 millones.

-Los datos de criminalidad de Cantabria muestran picos de robos en viviendas y crecimientos relevantes en los delitos digitales. ¿Qué plantea el Ministerio?

-En el caso de los robos en viviendas puede haber picos, pero ha bajado. Los delitos contra el patrimonio representan más del 40% de la criminalidad total, pero han descendido más del 5% a nivel nacional en el último año. Y Cantabria no es algo extraordinario o excepcional en ese sentido, sino que también se han reducido. La cibercriminalidad sí ha tenido un incremento importante en los últimos años. En 2016 representaba un 7% del total de la criminalidad y hoy representa un 20%, pero ya estamos viendo bajadas en el último trimestre. Hace dos años hicimos un Plan de Cibercriminalidad para luchar contra la misma y, sobre todo, en materia de prevención. Es muy importante: tú cuando sales de casa no dejas dinero encima de una mesa y la puerta abierta. Bueno, pues muchas veces en el mundo virtual actuamos de ese manera.

-Cantabria, como la mayoría de autonomías del PP -y alguna del PSOE-, se opone a los criterios para el reparto obligatorio de menores extranjeros.

-El Gobierno de España siempre ha tenido una voluntad de acuerdo y también de dotar a todas las administraciones de los recursos necesarios. En modo alguno esconde sus responsabilidades. Buena prueba de ello es aquella proposición de ley que fue vetada por PP y Vox en el Parlamento en julio del año pasado. De ahí la necesidad de dictar este real decreto ley con el compromiso absoluto del Gobierno de seguir cooperando, coordinando y de dar los medios necesarios y precisos. Lo que pasa es que estamos ante una insumisión al cumplimiento de la ley por parte del PP, que está totalmente alineado con las tesis absolutamente racistas y xenófobas de Vox. Lo importante es que hay una necesidad urgente y el interés superior del menor ante circunstancias coyunturales, extraordinarias y excepcionales como ha sido la llegada de menores a Canarias. Articular el principio de solidaridad territorial exigía y necesitaba la reubicación por interés superior de los menores en otros territorios.

-Acabamos de vivir en Cantabria un trágico accidente de tráfico con cuatro muertos. Es verdad que ha tenido lugar en circunstancias muy concretas, pero parece que la curva descendente de muertes ha dado la vuelta. ¿Tomarán nuevas acciones?

-El de Lunada ha sido un siniestro que nos ha conmocionado a todos. En 2024, en Cantabria se redujo el número de fallecidos respecto al año anterior. Este comienzo de año no ha sido bueno y seguiremos trabajando sin descanso con el objetivo de cero víctimas. Siempre digo que una sola vida humana perdida en un siniestro vial es demasiado coste para una sociedad moderna y avanzada. Seguimos impulsando mejoras para reducir los siniestros y la última propuesta es rebajar la tasa máxima de alcohol permitida de 0,25 a 0,1 miligramos, una medida que ya se ha concretado en una proposición de ley que ha obtenido el apoyo mayoritario de los grupos parlamentarios.