«Si puedo, sí que pienso volver a un concurso»

–¿Qué sabor de boca le ha quedado tras concursar de nuevo en 'Pasapalabra'?

–Un sabor de boca bueno. Es mejor ganar, pero mi contrincante tenía más posibilidades porque tenía más experiencia y más estudio. Estoy contento porque no acabó porque yo perdiera, sino porque él era una persona más capacitada.

–¿Qué estrategia utilizó durante los 76 'roscos' que participó contra Pablo Díaz?

–La estrategia que siempre intentaba, aunque no siempre podía, era, durante la primera ronda, contestar el mayor número de palabras y, después, dejarle solo a él. En esa primera vuelta Pablo dudaba más.

–A día de hoy, ¿mantienen relación?

–No, solamente por las redes sociales.

–El rosco de Pablo, por las normas del concurso, supuso su eliminación. A muchos les pareció injusto.

–A mí me pareció justo. Nos avisaron desde un principio y tiene su razón, porque, si no, volvería a empezar con un bote más pequeño y no contestaría. De esta manera, los dos concursantes empiezan en igualdad de condiciones.

–Fue uno de los grandes concursantes de 'Saber y ganar' y en varias ediciones especiales de 'Pasapalabra'. ¿Tiene pensado volver a participar en más concursos?

–Sí, aunque de momento no. Hay que descansar, pero, si puedo, sí. Se me dan bastante bien y hay que intentar aprovecharlo y, además, es que me gustan.

–¿Tiene algún amuleto que le de suerte en los concursos?

–Sí, llevo muchas cosas que me regalan. A veces parece que voy cargado con ellas a todas partes. Un niño de cinco años me dio dos piedras pintadas por él. Las encuentra por el mar y después las pinta con un gato o un dado. También llevo unas pulseras que me dio una amiga y unos niños. Tengo una estrella como muñeco que me dio una de las madres de acogida que se ofrecen en los programas en los que trabajo. La verdad es que tengo muchos.

–¿Cómo se prepara para los concursos?

–En 'Pasapalabra' está muy claro. Buscas palabras por cada letra, las estudias, las repasas y lo vas intentando en cada programa. 'Saber y ganar' es un poco más difícil de preparar, es muy amplio y no sabes por dónde puede salir.

–¿Se pasa todo el día estudiando? ¿Incluso en verano?

–No, y ahora que estoy de vacaciones, menos. Ahora que no estoy en ningún concurso prefiero descansar.

–Es profesor asociado de Derecho Civil en la Universidad de Cantabria y trabaja como abogado para el Gobierno de Cantabria, ¿cómo lo compatibiliza con los concursos?

–Gracias a mis compañeros, que son muy amables. Además de coger los permisos que tengo, mucha gente que me apoya me ha ayudado. Por mis cualidades y simpatía me han ayudado siempre en todo lo que he podido. También concentro mucho trabajo durante los días que trabajo y durante las semanas que no se graba el programa.

–Es de Salamanca, pero lleva viviendo en Cantabria 24 años. ¿Qué es lo que más le gusta de aquí?

–Lo que más me gusta de Cantabria es lo completa que es, aquí hay de todo. Es una comunidad muy cómoda, tienes cerca un aeropuerto, muchas playas, industria, montañas, una estación de esquí, muchísimos sitios magníficos para comer, mucho verde, cantidad de parques para los niños.

–Entre las dos ciudades, ¿qué destacaría de cada una de ellas?

–Yo he tenido mucha suerte porque en Salamanca viví de joven y en Cantabria ya con hijos. Salamanca tiene un ambiente estudiantil muy bueno y lo he podido vivir, aparte del arte que hay. Santander es una ciudad comodísima para los niños, porque un día puedes ir a la playa, donde he estado mucho tiempo y, al otro, ir a la montaña. Es una ciudad en la que se pueden hacer muchos planes y visitar cantidad de sitios sin preocuparte en cómo organizarte. Creo que soy un privilegiado en ese sentido.