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Una empleada de Amica trabaja en una de las 350 batas hidrófugas que se elaboran diariamente en el taller Vídeo: Pablo Bermudez / Fotos. Roberto Ruiz

Puntadas contra el coronavirus

La asociación Amica enfoca su producción en sacar adelante 350 batas hidrófugas diarias diseñadas para aislar el cuerpo de los sanitarios del Covid-19

Ángela Casado

Santander

Viernes, 27 de marzo 2020, 07:10

El sonido de las máquinas de coser no cesa en la planta de confección de Amica, en Torrelavega. Puntada tras puntada, sus trabajadores sacan adelante cada vez más batas de protección para hacer frente al coronavirus. Una, otra y otra más. Saben que ellos son una pieza más del engranaje y que su labor es fundamental para que el personal sanitario de Cantabria pueda estar cada día en primera línea, luchando contra el Covid-19. También elaboran mascarillas y los uniformes habituales del Servicio Cántabro de Salud (SCS), pero desde que se decretó el estado de alarma y las cifras de contagiados comenzaron a subir, su producción se ha enfocado en estas prendas aislantes, más seguras para los sanitarios.

Estas batas hidrófugas son de una tela robusta y resistente, procedente de Textil Santanderina, y sus mangas terminan en una goma ancha que se ajusta a las muñecas para aislar y evitar contagios. Se colocan por encima de los guantes y todo el cuerpo de los sanitarios queda protegido. Además, se cierran por detrás para que la parte frontal quede cubierta. El taller de confección, formado por unas 25 personas, está volcado exclusivamente en la fabricación de estas prendas y elaboran en torno a 350 al día. Las mascarillas cubren sus sonrisas, pero sus ojos reflejan el entusiasmo que les provoca ser conscientes que su trabajo es esencial para la lucha contra el virus. Sin estas batas, el personal sanitario no podría hacer frente a esta complicada situación con tanta eficiencia. Amica es una pieza más del puzle. «Trabajan con mucho cariño porque saben que hacen algo importante por los demás», afirma el gerente de la entidad, Tomás Castillo.

Es su forma de devolver el favor a la sociedad. «Muchos de estos trabajadores se formaron aquí y sienten que esta es su oportunidad de poner en práctica todo lo aprendido en los cursos, además de ayudar en una causa tan importante como esta». Enfocados en las batas, estos días han parado la producción de otros trajes y textiles que elaboran habitualmente para diferentes sectores, «como la hostelería o las residencias», explica el director técnico de Soemca Empleo -que agrupa las áreas de lavandería y confección industrial de Amica-, José Luis Murillo. Pero, aunque hayan tenido que paralizar sus actividades cotidianas para volcarse en las batas hidrófugas, asegura que están «encantados» de poder ayudar en esta lucha contra el coronavirus. «La prioridad ahora es que el personal sanitario de Urgencias tenga la protección necesaria para enfrentarse al 'bicho' con las máximas garantías».

La producción de mascarillas

Amica ha parado todas sus producciones para centrarse en las batas. Incluso han detenido la elaboración de mascarillas. Por suerte, como explica Murillo, esta asociación cuenta con una amplia red de voluntarios que, desde sus casas y con sus propias máquinas de coser, las elaboran desinteresadamente. «Seguimos buscando personas con ramayadoras -máquinas de coser profesionales y de mayor tamaño que las domésticas- para poder realizar esta tarea de la forma más rápida y ágil posible», expone.

En torno a 25 trabajadores se encargan de elaborar las batas hidrófugas, que envían al personal de Urgencias de los hospitales

En Amica no sólo confeccionan. También distribuyen, lavan y planchan diariamente la ropa y los uniformes para que los profesionales sanitarios puedan volver a disponer de ellos en el menor tiempo posible. Murillo explica que esta entidad es, por concurso, la adjudicataria del alquiler y lavado de toda la ropa del SCS y trabajan juntos desde hace años. En los últimos días, las rutas con todos los hospitales y ambulatorios se han incrementado para poder abastecer el aumento de la demanda. Aunque la lavandería de ropa de habitación «ha bajado ligeramente» en las últimas semanas porque la actividad en los quirófanos ha descendido, ha crecido mucho la necesidad de lavar más rápido la ropa de los trabajadores. «Tenemos en torno a 35.000 prendas en circulación por los hospitales cántabros». La gestión de los uniformes -dispensación y recogida- se está haciendo en menos de 24 horas. Los trajes llegan sucios a Maliaño -donde tienen la lavandería más amplia- a las diez de la mañana y, a las siete de la mañana del día siguiente, ya están limpios y listos para que se puedan volver a usar.

La seguridad es lo primero

En Amica se vuelcan cada día para garantizar la seguridad de los profesionales de la Sanidad, pero también la suya propia. Por eso, desde que comenzó la crisis del coronavirus, han adoptado todas las medidas necesarias para proteger a sus trabajadores. El responsable del servicio de prevención del grupo Amica, Rubén García, relata que esta entidad cuenta con diferentes actividades y que las medidas de seguridad se adaptan a cada una de ellas. «Nuestras preocupaciones son fundamentalmente dos, que nuestro personal no enferme y que la responsabilidad de prestar servicios esenciales a los centros sanitarios no se detenga». En el taller de confección y en las lavanderías, todo el personal trabaja con mascarillas, se les toma la temperatura cuando entran al centro y se les pregunta por el estado de salud. «A la mínima duda, se les manda para casa». También han separado las plantillas para que nunca estén en contacto todos y, en el caso de que una parte se contagie, la otra no. Esto asegura que se pueda seguir dando servicio al personal sanitario «y, por supuesto, nos permite cuidar al máximo la salud de todos los empleados de Amica».

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