Secciones
Servicios
Destacamos
Hay multitud de grandes y pequeños contratos en el aire, así que los ayuntamientos se están tentando mucho la ropa antes de anunciar cancelaciones de sus fiestas patronales, un paso que no solo serán un jarro de agua fría para los amigos de conciertos, ... verbenas y quedadas gastronómicas. También supondrá un mazazo económico para los sectores directamente implicados y para el comercio y la hostelería, que mueven miles de empleos en Cantabria al hilo de las semanas grandes de Santander, Torrelavega y Castro Urdiales o las celebraciones de San Juan por toda la región. Por el momento, Camargo está a punto de claudicar con la celebración de Pedro Velarde por el 2 de mayo y también con las de San Antonio y San Juan (las citas de referencia en Maliaño, ambas en junio) en tanto que en Castro Urdiales dan por hecho que se esfuma su Semana Grande de junio y el Coso Grande, el primer fin de semana de julio.
En realidad, la mayoría de festejos irán cayendo como fichas de dominó. Lo reconocen aquí y allá, pero nadie lo dice en voz alta, salvo un concejal que pide que no se publique su nombre. «No vamos a poder aguantarlos: hay muchos intereses en juego y los ayuntamientos grandes van a esperar a las grandes decisiones estatales», explica. Este edil señala que el gran escollo, «lo que está generando enormes quebraderos de cabeza, es que en muchos sitios tienen ya firmados acuerdos con grupos musicales, con orquestas, o para determinados espectáculos o actividades. Esto impide que los alcaldes comuniquen ahora suspensiones que, después, les pueden suponer un problema en los juzgados. No van a hacer públicas las decisiones hasta que el Gobierno central aclare hasta dónde llegan las prohibiciones y el confinamiento. En ese momento, veremos una cascada de fiestas que se caen.. justificadas por causa de fuerza mayor,lo que dejará sin efectos los contratos ya hechos».
Esa catarata empezó con la gota de El Astillero, que fue el primer consistorio grande de la región que tuvo que impedir sus fiestas de San José a mediados de marzo. Aunque en un primer momento los responsables municipales hablaron de «aplazamiento», confiando en que el estado de alarma decretado por el coronavirus no fuera tan largo como está siendo. A estas alturas, sin embargo, ya va cobrando peso la idea de que el patrón no tenga festejo oficial este año, informa Sheila Izquierdo, por lo que la partida que se tenía presupuestada (en torno a 130.000 euros) se encuentra a la espera de analizar qué destino se le da.
Tras Astillero llegó Piélagos, más radical, adelantando que los 450.000 euros de su presupuesto anual para fiestas (a lo que hay que sumar otro pico en ferias y eventos deportivos) se destinarán a fines sociales. Piélagos ha ido de frente: no habrá ni un euro para celebrar San Antonio en Renedo de Piélagos en los primeros días de junio, ni la fiesta del Turista de agosto, ni la Virgen de Valencia en septiembre. No contemplan ni siquiera Halloween, en pleno otoño.
En Santa Cruz de Bezana también tiran la toalla. Saben que tendrán que suspender las citas más próximas del calendario, entre ellas, las de San Juan -de Interés Turístico Regional, que reúne en Soto de la Marina a miles de celebrantes- las de Fátima, en Sancibrián (8 y 9 de mayo) y las del Carmen, en Prezanes (julio). Para todos los actos festivos del año, el Ayuntamiento tenía consignada una partida de 140.000 euros que ya no podrá ser utilizada, al menos en su mayor parte, para ese fin. Por eso, el equipo de gobierno está barajando destinar la dotación no utilizada en la puesta en marcha de políticas sociales.
En otras grandes administraciones locales mantienen un silencio absoluto sobre los planes (caso de Castro y Laredo), informa Abel Verano, ya que sus dirigentes no hacen declaraciones oficiales al respecto. Y desde Santander y Torrelavega se miden al milímetro las palabras. En el consistorio de mayor peso de Cantabria se limitan a indicar que están «a la espera» de ver cómo evoluciona la situación y que no hay decisión sobre la suspensión o aplazamiento de las fiestas. Fuentes municipales afirman que se tiene muy en cuenta «el importante impacto económico de las fiestas para el empleo en sectores como el cultural, turístico, comercial y de organización de eventos» al tiempo que aseguran que «en todo lo que no está contratado aún, si finalmente puede llevarse a cabo, se primará la participación de empresas y artistas locales para apoyar a los creadores y el tejido productivo regional».
Lo cierto es que, con un estado de alarma que se da como prorrogado en España para todas las actividades no esenciales hasta bien entrado el mes de mayo (como ya ha hecho Francia, que lo ha extendido hasta el próximo día 11 ) y con unas autoridades sanitarias que no dejan de repetir que, cuando se acabe el confinamiento, seguirá la prohibición para eventos que conlleven aglomeraciones, varias personas consultadas creen que puede peligrar lo mismo el caseteo de Santiago en Santander a finales de julio, («lo veo muy negro», dice alguien que conoce el intríngulis) que la feria taurina.
En Torrelavega están «preparados» para todo, explica Patricia Portilla, concejala de Festejos. Tanto para suspender los actos que honran a la patrona por el 15 de agosto como para mantenerlos: si para entonces se permiten celebraciones, se preferiría apostar por el festejo porque el movimiento supone una inversión para la ciudad , «un balón de oxígeno» para la hostelería, el comercio o el turismo, que tendrían en ese momento «una oportunidad de recuperación económica», informa David Carrera. Portilla admite que los procedimientos de contratación relacionados con las fiestas están obligatoriamente «paralizados, si bien gran parte de las actividades diseñada se habían contratado o reservado antes del 13 de Marzo, por lo que continuamos trabajando desde el área a expensas de que se normalice la situación».
También se declara «pesimistas» respecto a su San Juan el alcalde de Los Corrales de Buelna, Luis Ignacio Argumosa, que ve «muy complicado» que vaya a salir adelante. Sin decir en ningún momento que las fiestas se vayan a suprimir, Argumosa cree que «todo apunta a que este verano será muy difícil que se celebren espectáculos de cualquier tipo», informa Nacho Cavia. En Los Corrales manejan un presupuesto aproximado de 130.000 euros para festejos.
Otros ayuntamientos que ya han suspendido San Felices de Buelna, que desiste de San Félix (previsto para la última semana de mayo) y Cartes, cuyo calendario marcaba dos fiestas en mayo (una de ellas La Ascensión) y las ha desactivado. En las próximas semanas seguirá el goteo hasta convertirse en un torrente.
Muchos ayuntamientos pequeños no tienen tomada la decisión sobre las fiestas de este año, estima Santiago Rego, alcalde de Liérganes. «Hasta que no haya unas pautas escritas seguro que la mayoría no decidiremos», apunta, al tiempo que añade que su equipo tenía orquestas «apalabradas pero no contratos firmados». No obstante, Rego augura que en muchos lugares «harán como Verónica Samperio en Piélagos porque, en general, no estaremos para fiestas y, mucho menos, para aglomeraciones cuando se produzca la desescalada del estado del alarma». Ahora bien, está seguro de que habrá anulaciones de citas festivas y actividades. «Mi opinión es que se suspenderán una gran parte, incluso en verano. Nosotros, en Liérganes, tenemos convocatorias que reúnen a 2.000 personas. Esto no va a ser posible, habrá que asumirlo».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.