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Más de 2.000 familias depositan cada año su «confianza» en la UC para empezar a formar a sus hijos e hijas. Es una de las cifras que Ángel Pazos (Ferrol, 1956) tiene grabada a fuego por la «enorme responsabilidad» que entraña. Cuidar su formación, reforzar la relación de la Universidad con el tejido productivo y social, y ampliar su internacionalización –el consorcio Eunice, con sus materias comunes o sus programas de prácticas en empresas europeas, es aquí clave– son las metas que se marca Pazos de aquí a que expire su último mandato, en dos años. «Tengo que acabar el noveno año dejando a la UC en el mejor sitio posible» y eso incluye «una buena relación con las instituciones, porque son las nuestras», dice con las miras puestas en las próximas elecciones municipales y autonómicas.
Al hilo de los comicios, o de asuntos como la denuncia de Vox sobre la asignación de plazas concretas, la postura del rector es doble y clara: pide por un lado que se deje a la UC «fuera de la legítima lucha entre partidos, y más en un momento prelectoral» y, por otro, asegura que «el procedimiento de las plazas está absolutamente reglado y es transparente».
Este año, además, la UC celebra su 50º aniversario. Pazos y su equipo se esmeran en diseñar un programa que repase lo logrado, y, sobre todo, que apele al futuro, dice el rector en su despacho, en una entrevista que transcurre ya sin los rigores de la pandemia. Porque el año del 50º aniversario es también el del regreso a las aulas con normalidad.
–¿Proyectos de internacionalización como Eunice definen el futuro de la UC?
–La UC tiene que moverse en dos ámbitos que la gente, a veces, cree que son contradictorios. Por un lado, trabajar cada vez más para Cantabria, que nada de lo que suceda en la comunidad nos sea ajeno y viceversa. Ese es el ámbito local al que nos debemos. Y junto con eso está el hecho de que las universidades tenemos la vocación de estar en el mundo, y cada vez más. El reto de la internacionalización es clave y ahí el paso de Eunice es fundamental.
La imagen en la apertura del curso de los otros nueve rectores de las universidades europeas, de Finlandia a Portugal, de Polonia a Italia, esa foto representa mucho y dice tres cosas: una, que Bruselas nos ha seleccionado en uno de estos consorcios de universidad europea; dos, que la contribución de la UC a este consorcio ha sido clave y por tanto somos relevantes en una iniciativa de la que Bruselas ha dicho que fuera de la cual hará mucho frío, y tres, que hacemos todo esto para que realmente el concepto de universidad a nivel europeo sea único. Para que cuando un alumno acabe aquí diga: soy de la UC, pero también de la Universidad de Catania, de la de Poznan y la de Vaasa. Esto era impensable hace 15 años y es fundamental: o vamos por ahí o caeríamos en la irrelevancia. Y eso está razonablemente cubierto con este paso de Eunice, con haber entrado en esta liga tan exigente.
–¿Qué otros proyectos o ideas son ahora básicos para la UC?
–Queremos hacer más, estar cada vez más enraizados en Cantabria, en su sociedad y con la empresa. Hemos dado muchos pasos y hay cierta tendencia a seguir diciendo que la universidad está separada del tejido productivo y tenemos camino que mejorar, pero hemos hecho mucho.
Queremos tener cada vez más colaboración con la empresa en investigación y en formación. Tenemos que formar a la gente para que sea más fácil que les empleen. Aquí se plantea una especie de divergencia: ¿las universidades tienen que ocuparse de que el ingeniero o la médico o el educador encuentren trabajo o ir a una visión más formadora de las personas, una formación en grandes valores? Yo digo que tenemos que hacer las dos cosas. No vamos a renunciar a la formación en valores –responsabilidad, sentido crítico, respeto a los valores sociales–, pero el alumno tiene que encontrar empleo. Ese matrimonio entre la formación integral y el espíritu universitario, y la garantía del mejor el empleo es algo inseparable y por ahí también tiene que ir nuestro futuro.
Y un tercer elemento es la modernización de nuestra estructura y organización, y ahí una palabra clave es digitalización. Para todo esto y en especial para esa modernización y adaptación al futuro de nuestra organización, hace falta financiación. Tenemos que seguir pensando, cuando llegue el momento, en un nuevo contrato-programa plurianual igual que el que tuvimos hasta 2020 para definir compromisos de las dos partes.
–Aprovecha las grandes citas de la UC para mencionar la necesidad de financiación. ¿Cómo afrontar el contrato-programa? ¿La futura Ley de la Ciencia será una buena vía de ingresos?
–La Ley de la Ciencia tiene un aspecto claramente positivo: hay una disposición adicional que establece un compromiso escrito de que va a haber un incremento de los gastos dedicados a investigación. Eso es importante porque la UC es el elemento clave, quizá junto con Valdecilla y los institutos, de la investigación cántabra. Esa ley tiene que servir para que podamos obtener una financiación adicional en investigación y transferencia. Y, aparte de eso, el contrato-programa, sobre el que debemos volver a hablar el año que viene.
Ahora estamos negociando el presupuesto de 2023 y estamos ilusionados porque el vicepresidente [Zuloaga] y el presidente [Revilla] han anunciado que el presupuesto de la UC va a crecer. Y es importante que este año crezca porque tenemos dos hándicap que pueden distorsionar cualquier crecimiento presupuestario. Por un lado, la subida salarial, lo que quiere decir que en un presupuesto como el de la UC, donde una parte importante –más del 90%– de la asignación del Gobierno en el contrato-programa son nóminas, una subida salarial significará una subida del presupuesto, pero realmente no sirve para hacer más cosas. Y por otro, la subida de los costes energéticos. Calculamos que darle cada día al botón de la calefacción va a ser casi el triple el año que viene. Eso va a necesitar recursos, pero no servirán para que hagamos cosas nuevas. Por eso sería importante que además de estos dos componentes, que son obligados, que haya un componente de subida para nuestras necesidades de obras e instalaciones, y pienso en las redes de telecomunicación que necesitan una modificación importante. Todo ese paquete tiene que ir en esa subida salarial que, como digo, a expensas de negociar los detalles, estamos esperanzados por lo expresado por el vicepresidente y el presidente.
–¿Forma esto parte de esos «tiempos difíciles» que mencionó en la apertura del curso?
–Básicamente es eso, y otra cosa que no podemos dimensionar: la enorme incertidumbre en la que todos vivimos a causa de la guerra de Ucrania, la crisis de materias primas... Ahora están pasando cosas que no han pasado nunca, como que a veces no llegas a tiempo a los plazos para realizar una obra simplemente porque no hay materiales, o no puedes cerrar una compra en el plazo legal porque el circuito de la materia prima está bloqueado. Me refiero a la subida de costes energéticos, que va a ser enorme, a la inflación y, por lo tanto, los salarios, y a esa incertidumbre. Es una situación difícil y a la UC le toca tirar para adelante, ser solidaria con la sociedad, seguir desarrollando sus funciones y aquí creo que, cuando más internacionalizados y más dentro de la red europea estemos, abordaremos todo eso mejor.
-¿La UC va a tener que aplicar medidas de recorte energético?
-Sí. Decía que vamos a necesitar más recursos -nuestras estimaciones hablan de varios millones de euros de subida de la factura de la energía-, pero a la vez nosotros vamos ser responsables y probablemente el mes que viene empezaremos a discutir, en consejo de gobierno, un plan de racionalización y ahorro, que pasará por varias medidas. Habrá que hacer ciertas limitaciones, quizá racionalizar horarios de edificios, de lo que se pueda... Vamos a poner nuestro granito de arena.
–¿Teme que el descenso de la natalidad y de matrículas en la educación obligatoria acabe afectando a la UC? ¿El impulso a la FP puede ser competencia?
–Hasta ahora nosotros estamos defendiéndonos bien. En las cifras de este año tenemos un 3% más de alumnos de nueva entrada, pero ¿cómo debemos intentar compensar esa bajada de la natalidad? En la medida de lo posible, luchando por atraer más estudiantes y atendiendo más a la formación permanente a lo largo de la vida. Las universidades europeas se están planteando ya que no solo tienen que pensar en la chica o chico de 18 años, sino también en el de 30, en el trabajador que requiere un curso nuevo de especialización y adaptación, y en la persona de 65. Yo soy responsable de todo lo que es enseñanza en la CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas) y ahora estamos trabajando mucho con el Gobierno central porque nos damos cuenta de que la formación permanente es clave para la formación de la gente y para las empresas, que demandan más cursos de perfeccionamiento o actualización.
En el tema de la FP, yo soy amigo de la competencia, es buena. El nuevo decreto de organización de las enseñanzas universitarias que se publicó el pasado año, da carta de naturaleza por primera vez a la enseñanza dual universitaria. Es decir, da capacidad a a UC de que tenga un grado en el que el 40% de sus horas, de sus prácticas y créditos sean en una empresa. Es un reto que tenemos y me gustaría que, antes de acabar el mandato, la UC pudiera, si no tenerlo en marcha, haber empezado a pensar en el diseño de un título dual, y de esa manera no entraremos en esa guerra de competencia entre FP y universidad.
La formación permanente es un nicho enorme, en todos los sentidos: de captación de estudiantes, de trabajo, de recursos y de conexión con la sociedad. Porque entonces no tendremos como únicos interlocutores a los jóvenes, sino que también seguirán interesados en lo que pasa en la UC los padres de 45, la gente de 35, y las personas 60. Y eso será un banderín de enganche para que toda la sociedad esté pensando en lo que hace la UC.
Ángel pazos
Rector de la Universidad de Cantabria
-Con la futura Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) también se pretende mejorar la contratación en la universidad. ¿Eso ayudará a estabilizar las plantillas de la UC?
-No sabemos todavía cómo va a quedar la LOSU, porque está en las Cortes. Ha pasado la fase de enmiendas a las totalidad, pero ahora tiene todo el recorrido de aprobación y es difícil todavía saber cómo va a quedar.
La LOSU tiene cosas favorables. Una es que define un incremento de la financiación. Lo que nos preocupa a los rectores es que ese incremento lo define una ley estatal, lo cual está muy bien, pero la competencia universitaria está transferida a las comunidades autónomas. Espero que el Gobierno central hable con las comunidades autónomas y les pase los recursos, lo que se necesite.
En cuanto a profesorado, la LOSU establece algunas medidas de estabilización que son positivas, y otras que son más discutibles. Yo no entraría en detalle porque no está cerrada. Y al lado de esto, hablando de personal, la reforma laboral también ha afectado a los contratados por proyectos de la investigación. Esa gente ahora tiene que tener un contrato indefinido y estamos trabajando para cumplir esa norma. Quizá, a veces, hemos dicho que ha sido un poco precipitado, porque la investigación es una labor que no es similar a otros trabajos del mercado normal. En la mayoría de los proyectos, cuando se contrata a un investigador, casi siempre es con el dinero de un proyecto que dura tres años. Por tanto, esos contratos serán indefinidos, pero contando con que una vez que se acabe el dinero que alimenta el proyecto, para que esa persona siga, tiene que haber otro. Nos hubiera gustado que hubiera habido un periodo de adaptación más amplio.
-La UC suele saltar a a los titulares por asuntos de investigación , proyectos, rankings..., pero a veces lo hace por controversias como la que ha llegado al Parlamento de la mano de Vox sobre la plaza del director general de Universidades. ¿Afectan a su credibilidad?
-En primer lugar, es bueno dejar a la Universidad fuera de la legítima lucha entre partidos y más en un momento prelectoral, y, en segundo, todo el procedimiento de las plazas está absolutamente reglado, es transparente, y tiene además unas exigencias para que las personas puedan participar en él -algunas, incluso, de obtención de acreditaciones nacionales-. Y es un procedimiento que acaba en una decisión que toma el Consejo de Gobierno de la UC sin ninguna injerencia de otras instituciones. Es decir, quien decide de todas estas plazas nuevas es el Consejo de Gobierno. Estamos tranquilos, creo que no va a afectar a nuestra credibilidad y creo que es importante, y más ahora, que en las contiendas entre partidos, legítimas y necesarias, no se utilice a la universidad.
-Las elecciones están a la vuelta de la esquina. ¿Eso suma más incertidumbre a la hora de cerrar algún proyecto o negociación?
-Cuando se acercan unas elecciones siempre digo varias cosas: la universidad es neutral y mantiene una neutralidad a prueba de bomba. El otro día, en la apertura de curso, dije que me alegraba de ver a todos los portavoces de todos los grupos políticos, a los concejales... La UC no tiene más partido que Cantabria, España, Europa, el conocimiento, la ciencia. Pido que se deje a la Universidad fuera de la contienda y, en general, debo reconocer que se la ha dejado. Seremos neutrales y el gobierno o ayuntamiento que se forme será el que decidan los ciudadanos, y serán mi gobierno y mis ayuntamientos. Y me entenderé con toda lealtad. ¿Se pueden ralentizar cosas? Probablemente sí porque en el mes de marzo no va a estar nadie, a un es de las elecciones, discutiendo un proyecto. Pero nos queda cerrar el presupuesto del año que viene y lo haremos bien, seguro. Y seguiremos con las iniciativas que tenemos, no espero un parón especial.
La UC se creó hace 50 años y celebrará su aniversario a lo largo del curso, con un acto central el 16 de marzo en reconocimiento de las personas e instituciones clave en esta andadura. Estos meses habrá actividades institucionales, deportivas y culturales –a final de año, por ejemplo, se inaugurará una exposición en el Paraninfo que será «itinerante»–. Habrá contribuciones escritas: un libro del doctor en Historia Juan Luis Fernández y una serie monográfica que recogerá experiencias más personales de profesores o alumnos, y entre ambas publicaciones se dará un «buen repaso» a la historia de la institución. Pero «no queremos celebrar el 50º aniversario solo diciendo lo que hemos hecho, sino planteándonos la pregunta: ¿Y ahora qué? Porque esto es solo el principio», dice el rector.
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