«¿Quieres sentir cómo fue el bombardeo de Santander?»

¿Cuántos santanderinos saben que la ciudad nació en el cerro de Somorrostro? ¿O que la ría de Becedo bañaba hasta la zona del actual ayuntamiento? ¿Y que la Legión Cóndor bombardeó la ciudad durante la Guerra Civil? Algunos episodios son recientes y se preservan en la memoria de los mayores, pero otros más lejanos han sido borrados de las calles con el paso de los años y de los desastres. 'Anillo Cultural de Santander' ha recuperado parte de la historia de la ciudad y ofrece un recorrido por ella a través de tres visitas guiadas. Con un bono que cuesta 6 euros se accede al Centro de Interpretación de la Historia de la Ciudad, al Centro Arqueológico de la Muralla Medieval y al Refugio Antiaéreo.

La primera de las tres visitas es a la Catedral, donde se encuentra el Centro de Interpretación de la Historia de la Ciudad. José Luis Arranz, guía turístico, enseña el claustro, la parroquia del Santísimo Cristo y la torre campanario. Situada en el cerro de Somorrostro, la Catedral se erige sobre los restos conocidos más antiguos de la ciudad. «Con el paso de los siglos –cuanta Arranz– se ha ido construyendo encima de lo que había previamente».

Bajo la Catedral están los restos del edificio más antiguo de la ciudad, datado en torno al siglo VIII. Fue una iglesia que acogió los restos de San Emeterio y San Celedonio, llegados de La Rioja ante la posible invasión musulmana. «Sus cráneos los entierran en las termas romanas, situadas bajo el actual Cristo, y allí estuvieron muchos siglos», explica Arranz.

El guía cuenta que la historia de la Catedral y la del cerro de Somorrostro están «directamente vinculadas con la de la ciudad». Él explica que «en Santander se ha ido construyendo encima de lo que había previamente y quedan enterrados muchos secretos». Por ejemplo, ocurre en el claustro gótico del siglo XIV de la Catedral, que se construyó sobre un antiguo barrio medieval, y en el Palacio Episcopal, que se sitúa sobre un hospital medieval que acogía a los peregrinos del camino de Santiago.

En el claustro, una maqueta representa la Santander de 1755, cuando fue distinguida como ciudad. Arranz explica que el mar llegaba hasta el cerro de Somorrostro y el actual paseo Pereda y que la ría de Becedo —ahora calle Calvo Sotelo— llegaba hasta la muralla, que se cerraba por la zona del Ayuntamiento.

La visita también muestra la torre de la Catedral, que resguarda objetos valiosos de la historia de la ciudad y de la diócesis de Santander en tres plantas diferentes. Y como cúlmen, los visitantes acceden al campanario, desde donde observan la ciudad.

En 2014, abrió al público el Refugio Antiaéreo de la Guerra Civil, situado en la plaza del Príncipe. Es el segundo paso del recorrido. Los visitantes pueden revivir la experiencia de los santanderinos cuando tenían que refugiarse de los bombardeos de la Legión Cóndor, que asediaron la ciudad durante 13 meses. El lugar se ha recuperado tal y como era entonces: «La idea es que la gente se ponga en la piel de los santanderinos de 1937. Yo también me agobio, les digo, pero aquí vienen para hacer un viaje al pasado», aclara. «Estaba pensado para unas 70 personas y era el modelo más seguro que había entonces porque, además de soportar bombas de 300 kilos, era antigás», detalla.

El Centro Arqueológico de la Muralla Medieval, situado bajo la plaza de Pedro Velarde, evidencia que esa zona de Santander se ha elevado varios metros con el paso de los siglos. A cuatro metros de profundidad se pueden presenciar estructuras desde el siglo XII. «Todo esto estuvo escondido durante siglos y guarda la historia de la ciudad», comenta Arranz señalando los restos de muralla del siglo XIII que sigue en pie. En aquel momento, midió unos siete metros de altura.

El muro separaba la ciudad del mar y era la entrada marítima a Santander. El guía apunta con el dedo a una rampa y dice: «Por aquel entonces esto servía como aduana y, paradójicamente, justo encima de aquí está Hacienda. Se siguen pagando los impuestos en el mismo sitio», comenta. El humor es un aliciente del recorrido.

Ahora se puede visitar la historia que queda en pie y se puede complementar con el recorrido del Incendio de Santander, mediante una aplicación móvil gratuita, que explica la destrucción en 1941 de una parte importante de la zona más histórica de la ciudad.