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Los cántabros y los barquereños tienen la fortuna de que el artista madrileño Juan Díaz se viese cautivado por estos paisajes, playas como las de Merón u Oyambre, pintadas y repintadas siempre diferentes y que él, a través de sus sutilezas que van de la ... nada al todo, nos permite vivirlas y sentirlas con una intensidad especial que hace despertar nuestros sentidos. Considerado por muchos como el mejor acuarelista de nuestro país, Juan Díaz huye de clasificaciones y jerarquías porque lo suyo es transitar en la vida y en el arte, con un empeño especial: sacar a la acuarela del ostracismo.
-La exposición que puede visitarse en San Vicente la titula 'Transitando'. ¿Cómo es el tránsito de Juan Díaz?
-Como se puede suponer es un tránsito por la vida a través de la vida por la pintura, por las diferentes técnicas que he utilizado desde que comencé: por el óleo, el acrílico y la acuarela, tratando de seguir en cada una de ellas una evolución. En la acuarela, por el más puro figurativo, transitando hacia la nada, que nos lleva hacia el todo. Un transitar que va desde el más puro figurativo hasta llegar a la abstracción, donde una simple pincelada o incluso sin ella, te lleva a la emoción, de un color, de un momento vivido, para que el espectador sienta y se deje llevar por ese cuadro.
-¿Qué ofrece en esta muestra?
-Nuestros queridos y amados paisajes de San Vicente de la Barquera, siempre tan inspiradores, junto a otros con los que se completa la exposición, en su mayoría nacidos aquí, en esta tierra tan sugerente. Hace cuarenta años pinté los primeros cuadros de la playa de Merón, poco después me encontraba pintando en Normandía, donde se reunían los impresionistas, y me dije ¿qué hago yo aquí, si los paisajes de San Vicente, en el Parque Natural de Oyambre, nada tienen que envidiarlos? Volví y quién me iba a decir que iba a tener aquí una casa que me permite disfrutarlos durante largas temporadas.
-Playas de Merón, Oyambre... ¿cuantas veces las ha pintado?
-Infinidad de veces, pero siempre es tan sugerente, con la luz tan cambiante, unido al momento físico y emocional hace que cada una y mil veces siempre sea diferente. Aunque paso aquí mucho tiempo, imagino que para los que los vivís en el día a día no podéis aburriros con la contemplación de este paisaje.
-¿Qué es lo que le cautivó de este lugar?
-Fue esa inmensidad que aún seguimos teniendo, sintiendo, no me cansaré nunca de ella. Voy, vengo, por eso tengo mi casa aquí, lo disfruto tanto en verano como el resto de las estaciones del año; quizá el verano es casi más una cuestión social en la que te relacionas con personas que no ves el resto del año. Es ese ruido que hace sentir la necesidad del silencio que podemos vivir el resto del tiempo. Es maravilloso tener esta playa que, con una simple referencia de dos o tres personajes, te permite apreciar toda su inmensidad. La niebla es también un punto importante con el que juego en este paisaje. Las sugerentes formas con que aparece es especial para ver, vivir y sentir.
-¿Cómo las descubrió?
-Gracias a un compañero profesor de la escuela de cerámica, cuya mujer era de ascendencia cántabra. Ellos conocían el lugar, gracias ellos tuve la suerte de conocerlo. Mis visitas se fueron haciendo cada vez más asiduas, Me venía solo en invierno, pintaba durante el día y deseaba que llegase las siete de la tarde, cuando escuchaba las campanas de la iglesia de Santa María, momento que aprovechaba para pasear por el pueblo.
-¿A qué lugares del mundo ha llevado esta mirada especial de nuestras playas?
-Mis cuadros se han paseado por Nueva York, Miami, Bogotá, Caracas, Buenos Aires y en otros lugares del mundo o de España. Es curioso que estando en Nueva York se me acercó una persona que conocía la playa de Gerra, y en Miami me pasó algo parecido, pero aquella persona era de San Vicente y el sorprendido era él al poder ver el paisaje de su tierra allí. El hecho de poder pasearlo por el mundo muestra que la pintura debe tener una visión global, universal, sin límites de fronteras.
-¿Qué piropo artístico sobre sus obras es el que más le ha gustado?
-Me han dicho muchos, pero yo siempre respondo que es la criba de la historia la que debe decir o situar a cada uno; siempre digo que no soy el número uno, no creo en los maestros ni en la jerarquía, únicamente creo en ser un eslabón mas en el proceso de la creación. Lejos de los que me dicen que soy el número uno de la acuarela en España, yo simplemente creo y quiero ser un eslabón mas en el proceso de creación.
-Lo suyo parece un compromiso, una lucha para sacar la acuarela del ostracismo. ¿Lo está consiguiendo?
-Para mí es una lucha sin cuartel. Tras haber tocado las diferentes técnicas, quiero que la acuarela no sea una pintura de género, sino una pintura como tal, sacarla de ese ostracismo. Para ello, en cada exposición procuro mostrar algo nuevo, ya sea en formatos o conceptos. En esta exposición lo hago a través de las sutilezas como parte de ese tránsito de la nada hacia el todo, viendo el vacío como una parte del todo.
-¿Qué proyectos tiene?
-Los proyectos próximos son diferentes exposiciones con la galería Kreisler de Madrid, que me representa y con la que tengo previsto acudir a diferentes ferias y preparar una nueva exposición individual, siguiendo con la evolución que ha sido constante desde que comencé en la acuarela en esa búsqueda de lo esencial.
-Un día decidió dejar un trabajo seguro en Iberia por algo arriesgado como es el arte. ¿Se considera un privilegiado de poder vivir de lo que le gusta?
-Soy un privilegiado, pero no siempre fue así, tuve que esperar un tiempo. La satisfacción personal la sentí desde el primer momento porque podía expresarme con la pintura.
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