«Quiero conocer el Instituto de Hidráulica para fomentar la colaboración con Israel»

-¿Es su primera visita a Cantabria?

-Sí, nunca había estado. Ha sido muy difícil viajar con la pandemia, por eso aún no había venido. Desde que me incorporé a la embajada hace justo dos años, siempre he querido conocer todo el territorio español, las diferentes comunidades. Quiero empaparme de la historia y la cultura, que además en España es súper interesante.

-¿Qué objetivos se plantea?

-Quiero analizar en qué proyectos podemos colaborar y estoy muy interesada en el cambio climático, que es uno de los grandes desafíos mundiales. España, además, ha puesto en su agenda áreas tan importantes como la innovación o la digitalización, campos en los que Israel tiene mucho bagaje y tecnología puntera. Es el momento de explorar qué podríamos hacer ambos países de manera conjunta.

-¿Cuál es su agenda?

-No me quedaré mucho en Santander, pero sí tengo prevista una reunión con el rector de la Universidad de Cantabria y voy a visitar el Instituto de Hidráulica. Son dos encuentros muy interesantes para poder conocer de primera mano cuáles pueden ser las vías de colaboración futuras. También me gustaría presentar el proyecto bandera de la embajada de Israel en España, que es enseñanza de temas STEM -acrónimo en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas- para chicas y chicos de Secundaria. El primer proyecto lo hemos puesto en marcha en Madrid y quiero expandirlo a otras comunidades autónomas.

-¿Qué le interesa del Instituto de Hidráulica?

-Me gustaría conocer con qué grupos israelíes colaboran y cuáles serían los temas más interesantes para poder conectarlos con científicos de allí.

-Igual no le da tiempo a hacer turismo. ¿Tiene algún plan?

-Ah sí, por supuesto. Tengo muchos. Quiero ver la exposición del Centro Botín, la de Picasso, antes de que termine. Luego quiero conocer el arte prehistórico en el Museo de la Cueva de Altamira y visitar las localidades de Santillana del Mar y Comillas.

-En su día fue la primera mujer embajadora de su país. ¿Ha tenido que romper muchos techos de cristal?

-La situación de Israel, en los asuntos de género, es similar a la de España. No hay muchas embajadoras todavía, pero espero que en unos años crezca el número. Fui la primera mujer en México, antes en Rumanía, y ahora en España. Y estoy orgullosa de ello.

-Israel ha sido pionero en la vacunación masiva contra el covid. Cuente cómo.

-Sí, se puede decir que hemos sido los pioneros mundiales y ahora España tiene cifras que le colocan a la cabeza de Europa. Estamos viviendo situaciones muy similares. De hecho, las autoridades sanitarias de ambos países empezamos a dialogar cuando ni siquiera existía la vacuna. Y después lo hemos seguido haciendo aunque haya sido a diferentes velocidades según el momento.

-Siempre han ido un paso por delante, ¿cómo lo han logrado?

-Hay una diferencia importante. La población israelí, a diferencia de la aquí, es muy joven. Tenemos un 30% que es menor de 16 años. No pudimos llegar al 70% de la población inmunizada debido a la gran cantidad de jóvenes a los que no era posible administrar la vacuna. Hace poco hemos empezado a hacerlo con el grupo de 12 a 16 años. Incluso estamos viendo la posibilidad de hacerlo con los menores de 12 años, aunque aún es pronto.

-Un cuarto de la población de su país ya ha recibido la tercera dosis. Aquí aún se debate a qué grupos habría que administrársela. ¿Cuál es su opinión?

-Es muy importante poner la tercera dosis. Aunque España está bien ahora, seguro que se decide a hacerlo.

-Aun así, los contagios en Israel están disparados, ¿qué se ha torcido?

-El problema ha sido que han pasado más de seis meses entre la segunda dosis y la decisión de poner la tercera. En este tiempo la protección de cada persona ha bajado. En España, la población todavía está protegida porque no ha pasado este tiempo.

-Tras la fuga de seis presos que excavaron un túnel desde su celda en una cárcel de alta seguridad en Israel, ¿cómo está el conflicto con Palestina?

-Son días sensibles por este motivo, hay mucha tensión. Lo importante es que ahora tenemos en Israel un gobierno muy especial, una coalición muy amplia. Por primera vez hay dentro un partido árabe israelí. La presencia de este grupo ayuda, por un lado, a tener más sensibilidad en temas palestinos, pero no es fiable pensar que vayamos a tener un avance espectacular en las relaciones.

-¿No hay voluntad?

-No es eso. Tampoco en la parte palestina hay un liderazgo sólido. Pero nuestro Gobierno actual no se va a distinguir por hacer provocaciones a Palestina. Ambos lados tenemos que bajar las expectativas.

-Lo de retomar el proceso de paz se antoja complicado, ¿no?

-Sí. Aunque hay otro elemento que esperamos pueda ayudar: los llamados Acuerdos de Abraham con otros países árabes. Esta filosofía nos acerca a Palestina. Cambiará la atmósfera. Estamos viendo, por ejemplo, como las relaciones con Egipto y Jordania están mejorando mucho desde los últimos dos meses.