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Rafa Torre Poo
Santander
Miércoles, 14 de junio 2023, 02:00
Los conductores que a diario circulan por la autovía A-67 y cruzan el túnel de Gedo a la altura de Los Corrales llevan varias semanas con la mosca detrás de la oreja. Una señal antes de entrar advierte de que la velocidad está ... controlada por radar, y ya en el interior hay dos cajones muy parecidos a los que utiliza Tráfico para instalar los cinemómetros fijos como, por ejemplo, el de Saltacaballo. Sólo que en estos el límite es de 60 kilómetros por hora en lugar de 80. Los coches al pasar frenan bruscamente pensando que se trata de un dispositivo de control de velocidad, pero no. «Son simples señales de Tráfico que la Demarcación de Carreteras ha instalado en un soporte quizás particular que igual puede dar lugar especulaciones», explicó ayer a El Diario Montañés José Miguel Tolosa, jefe provincial de Tráfico. Es decir, que no fotografían las matrículas y, por tanto, no multan.
El túnel del monte Gedo se encuentra actualmente en obras de mantenimiento. Una actuación compleja para adecuar la instalación a las necesidades actuales y a la normativa europea que ha obligado, entre otras cosas, a cortar uno de los dos carriles. Así que esta circunstancia unida a los 'no radares' provoca retenciones al convertirse la cavidad en un cuello de botella, especialmente los viernes y vísperas de festivos. Es cuando aumenta el tránsito debido a las personas que vienen de la Meseta -Palencia, Burgos, Valladolid...- y tienen en Cantabria su segunda residencia o acuden a pasar el fin de semana en la costa.
El mayor problema lo sufrían los trabajadores del túnel, que veían como los conductores hacían caso omiso a la velocidad máxima permitida. Así que diseñaron unas señales de tráfico que pusieron en unos armarios que se parecen mucho a los de los radares fijos que hay en todas las autovías y autopistas del país.
«Teníamos un problema grave de seguridad. En el tiempo en el que llevan las obras en funcionamiento, se han registrado dos accidentes. Uno de ellos fuerte», subraya Tolosa. «Un vehículo llegó empotrarse contra un 'dúmper' en el carril que está cortado al tráfico», relata. Así que Carreteras decidió bajar la velocidad máxima a 60 kilómetros por hora, y para ello decidió instalar la señal amarilla en un artilugio muy parecido a un radar fijo.
La oscuridad propia del túnel, a pesar de la iluminación artificial, y el hecho de tener que circular con cuidado al disponer únicamente de un carril no permite percatarse de que el cajón, en realidad, está completamente hueco. No tiene ninguna cámara ni ningún objetivo en el interior. Además, Tráfico recuerda que su política es la de «siempre informar» cuando instala un nuevo radar fijo.
Entonces, ¿por qué hay una señal en el exterior de los túneles que advierte de que la velocidad está siendo controlada? Tolosa da la respuesta. «Desde que comenzaron los trabajos, se han colocado, y se seguirá haciendo, radares móviles de la Guardia Civil de Tráfico. El objetivo es que los conductores sean conscientes de que dentro hay gente que se encuentra muy expuesta, sobre todo si no se respetan los límites de velocidad».
Así que los conductores deben tener en cuenta que, aunque los cajones del interior no disparan fotos, sí pueden ser cazados por uno de estos aparatos móviles que se colocan sobre trípodes. De hecho, la Guardia Civil acude «con regularidad» a la zona.
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