![Colas que se formaron ayer en el acceso al Hospital de LIencres para hacerse la prueba del covid-19 .](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202008/07/media/cortadas/57396929--624x415.jpg)
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La cola supera los cien coches. Cada día hay más. A las 11.30 horas, media antes de lo establecido, el puesto de 'coroautos' del Hospital Santa Cruz de Liencres empieza a realizar pruebas PCR a destajo. Es el único habilitado para todo el ... área de Santander. En el aparcamiento delantero del edificio, un único equipo de sanitarios atiende una cola que supera el cruce de la playa de Covachos, unos 800 metros de vehículos parados en el arcén. Y quedan más por llegar.
La prueba dura menos de diez segundos, pero el proceso se alarga al localizar los datos del paciente. Con cada coche dedican entre uno y dos minutos. «Ellos lo hacen lo más rápido que les deja el protocolo. La propia prueba es rápida, pero la cola no. Es en lo que más se tarda», dice una chica a la que le acaban de hacer la segunda PCR mientras apunta con el dedo a la fila de coches.
En cada vehículo hay una historia diferenteE. Algunos están contagiados y es su tercera o cuarta prueba; otros llegan porque han tenido contacto con un positivo o han estado en un lugar donde ha habido un brote, y también están a quienes sus médicos les han enviado por precaución.
«Soy positiva desde hace tres semanas y esta es la tercera prueba que me hacen. Ya he superado los síntomas. Los he pasado todos: la fiebre, el dolor de garganta, el de pecho, la tos... y sigo sin tener ni gusto y ni olfato», comenta una adolescente que viaja en el asiento trasero. La lleva su madre. Cada uno llega a su manera. Les hay que les llevan, como el caso de adolescentes y niños, otros van solos y algunos llegan en pareja. «Estamos aquí porque la semana pasada volvimos de Mojácar y allí estuvimos en una discoteca en la que se ha detectado un brote», comenta una chica, que va de copiloto. A esta pareja no les ha avisado nadie para que se hagan la prueba. Se enteraron por la prensa de que había habido un brote en el local y se confinaron en una casa todos los que fueron al viaje. «Podíamos haber hecho vida normal y contagiar a más gente, en caso de que lo hubiéramos tenido. Afortunadamente, ninguno de nosotros tiene síntomas», afirma con la ventanilla bajada.
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Se ven muchos brazos por fuera del coche. Es una imagen habitual en la cola. Las ventanillas bajadas evitan el ciclo continuo de aire dentro del coche y dificultan la transmisión del coronavirus entre los ocupantes. Entre los que van solos, una mujer cuenta que «ha habido un caso en la empresa y he llamado para venir a hacérmela, por precaución». Otro hombre asegura que ha estado en contacto con dos positivos cuando no lo eran. Aún así comenta: «He venido por iniciativa propia». Nadie le ha mandado ir.
Por precaución llega otra adolescente: «Ayer fui a Urgencias y me detectaron anginas, me dijeron que, por protocolo, me tenía que hacer la prueba y debía venir aquí, pero no me han dado cita». Se tenía que presentar entre las 12.00 y las 14.00 horas; sin embargo, nadie avisó, ni a ella ni a su madre, que es quien la trae, de que perderían una hora y media en la cola, a pesar de haber llegado con 30 minutos de margen.
A la par que decenas de coches abarcan arcenes, cruces y rotondas, los días laborables el sanatorio continúa con sus consultas de Oftalmología y Psiquiatría. Por ese motivo se ha habilitado un carril para todos los casos que no tienen que ver con la PCR. Pero justo en el desvío hacia el hospital hay una zona amarilla en el asfalto que impide parar. Una de las personas que va a consulta queda bloqueada por un coche parado en la zona amarilla. «¡A la gente se la sopla la zona amarilla!», lamenta. «Ya he venido tres veces y las tres me ha pasado lo mismo. ¡Es un descontrol! ¿Dónde están los de movilidad?».
También una mujer que va a consulta se tiene que bajar del taxi en la rotonda. Es imposible pasar y esperar le cuesta dinero. Así que prefiere pagar ya y subir la cuesta a pie. Abajo deja un lío que, a la par que las pruebas, crece con el paso de los días.
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