Los rastreadores han puesto en cuarentena a 144 personas en menos de tres semanas

Desde que el 11 de mayo Cantabria entró en la fase uno y se reactivó la búsqueda de los rastreadores para detectar los contactos estrechos de los nuevos contagios y cortar las cadenas de transmisión -la clave para evitar los rebrotes durante la 'desescalada'- se han identificado 63 positivos confirmados por PCR, a una media de más de tres diarios. Ayer, se sumaron los siete últimos. Y con cada uno el equipo de rastreo de Salud Pública ha puesto en marcha el engranaje de localización de todas las personas del entorno más próximo de los afectados para tomar las medidas de prevención necesarias durante el tiempo que establece la cuarentena (los 14 días) aunque no se hayan mostrado aún síntomas compatibles con el SARS-CoV-2. Sobre todo, ahora que se sabe que incluso los asintomáticos pueden ser foco de contagio hasta 48 horas antes de tener el más mínimo indicio de virus en su organismo.

La red de rastreadores de Cantabria, integrada por 37 profesionales, y reforzados con otros 10 en esta nueva etapa, ha contactado en este tiempo con 144 personas estrechamente relacionadas con los nuevos diagnosticados como Covid-19, siendo quienes viven en la misma casa los primeros de la lista. La mayoría de los casos detectados proceden del triaje que se remite desde los centros de salud a los puntos de 'coroauto', donde se toman las muestras nasofaríngeas sin apearse del coche, y sólo un tercio de ellos está vinculado a otros enfermos identificados. O, lo que es lo mismo, el grueso de los nuevos positivos desconoce dónde se ha contagiado. Puede haber ocurrido al hacer la compra, al salir a pasear con los niños o el perro, en el trayecto al trabajo o, incluso, en el tiempo de ocio o deporte. Las posibilidades son tan amplias como los momentos de más de 15 minutos sin la protección adecuada compartidos con otras personas a menos de dos metros.

En las últimas semanas se han multiplicado las peticiones de PCR desde Atención Primaria (se han hecho ya más de 4.000) entre pacientes sospechosos, tanto casos nuevos como de pacientes en seguimiento que no habían tenido acceso a las pruebas diagnósticas antes -en este caso, se busca confirmar que el virus ya se ha superado-. En esta nueva etapa de la onda epidémica, en retroceso desde hace un mes, el perfil de los nuevos contagios también se ha diversificado. «Hay todo tipo de situaciones», destaca la directora de Salud Pública, Paloma Navas. En los momentos más duros de la pandemia, las pruebas se limitaron a los enfermos ingresados en los hospitales, las residencias de mayores y los colectivos esenciales, principalmente sanitarios y trabajadores del sector de la dependencia. Entonces, los servicios de urgencias eran el principal foco de detección.

En el resto de los casos con sospecha de Covid-19, bien localizados a través de los médicos de familia o en los teléfonos de emergencias, si eran leves se indicaba directamente el aislamiento en sus casas aunque no hubiera prueba de confirmación del diagnóstico. En el momento en que la infección pasó a ser comunitaria y se entendió que ya era inviable el control de los contactos porque el virus podía estar en cualquier parte, llegó el confinamiento. Con el inicio de la 'desescalada', se recupera ese rastreo. Ahora, que la cifra de hospitalizados se reduce a seis, de ellos uno en UCI, el objetivo es identificar de forma precoz los nuevos contagios para tomar medidas de prevención en su entorno y cortar las cadenas de expansión del virus, y con ello, los temidos repuntes. El principal detector de positivos en esta fase son las consultas de Atención Primaria y la mayoría se trata de casos leves (de ahí que los datos de hospitalizados hayan evolucionado de forma descendente). El último ingreso se notificó el lunes, 25 de mayo. «De momento seguimos una tendencia de descenso, pero la 'desescalada' significa aumento de posibilidad de contagio, así que no se puede asegurar que no tenga efecto. Será una cosa del día a día», añade Navas.

De entrada, en uno de cada tres nuevos positivos el contagio se produce en el entorno familiar. Es por eso que la media de contactos estrechos por cada caso confirmado se sitúa en 2,5, porque la mayoría de las veces se reduce a las personas con las que se convive, dado que en otros ámbitos es ahora teóricamente más difícil la transmisión al extenderse el uso de mascarillas y tenerse en cuenta la distancia de seguridad. No obstante, en esa horquilla ha habido también casos de estudios más amplios. Consta, por ejemplo, un contagio que derivó en 15 contactos estrechos, a los que se puso en cuarentena (una medida diferente al aislamiento que requieren los positivos confirmados, puesto que no implica estar encerrado en una habitación, pero sí procurar no salir de casa y extremar las medidas de higiene).