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Desde que Íñigo de la Serna (Bilbao, 1971), dejó su cartera de Fomento tras la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy del Gobierno de España, ningún cántabro ha vuelto a sentarse alrededor de la mesa del Consejo de Ministros. Tampoco han encontrado hueco ... los políticos regionales en el equipo de 22 personas que compone el nuevo Ejecutivo, que Pedro Sánchez ha reclutado en el resto de España.
Desde la llegada de la democracia, hace más de cuarenta años, sólo tres cántabros han alcanzado ese cargo. El primero de ellos fue el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba (Solares, 1951-Majadahonda, 2019). Químico de profesión, tuvo una larga carrera política, durante la que asumió diversos cargos y responsabilidades. Fue ministro de Educación y Ciencia (1992-1993) y ministro de la Presidencia (1993-1996) a la orden de Felipe González.
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Fue diputado por Toledo, Madrid, Cantabria y Cádiz, y también fue nombrado ministro del Interior (2006-2011) durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, al que igualmente sirvió en calidad de ministro Portavoz (2010-2011). Fue, además, portavoz del Grupo Socialista en el Congreso (2004-2006) y secretario general del PSOE (2012-2014).
Pérez Rubalcaba, desde la oposición, coincidió con otra paisana en el Ejecutivo de la nación: Isabel Tocino Biscarolasaga (Santander, 1949), licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, fue ministra de Medio Ambiente (1996-2000) en el primer gobierno de José María Aznar, que así reconoció su valía y fidelidad.
Elegida diputada en las elecciones generales de 1986, la santanderina repitió escaño en las de 1989, 1993 y 1996, año en que se convirtió en la primera ministra de Medio Ambiente en España, un cargo en el que se mantuvo hasta la llegada del nuevo siglo, el año 2000, cuando el PP renovó su victoria en las urnas con mayoría absoluta y formó un nuevo Gobierno en el que ya no tuvo cabida.
Al contrario que Pérez Rubalcaba y Tocino, la trayectoria política de Íñigo de la Serna se desarrolló íntegramente en Cantabria antes de que fuera llamado desde Madrid.
Ingeniero de caminos, De la Serna se forjó en la Administración local, a la que llegó como concejal de Medio Ambiente en 2003. Cuatro años más tarde, era el elegido para suceder a Gonzalo Piñeiro al frente del Ayuntamiento de Santander, empuñando el bastón de alcalde hasta 2016 –entre 2015 y 2016 fue también diputado regional–, cuando Mariano Rajoy le reclamó para hacerse cargo del Ministerio de Fomento.
Fue un mandato fugaz, que concluyó dos años después, cuando el PP, arrinconado por el escándalo de la trama Gürtel, fue desalojado del Gobierno tras la moción de censura presentada por el PSOE.
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