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Ciudadanos Cantabria se mueve entre una noticia mala y otra buena, entre la fractura interna que acabó con la influencia decisiva del partido en las dos principales instituciones de Cantabria, y el crecimiento que los sondeos le auguran en toda España, especialmente a raíz ... del conflicto en Cataluña. Sobre esa idea optimista se cimenta la reconstrucción de la formación naranja en esta comunidad autónoma para dar la batalla en las elecciones de 2019.
No es frecuente que un partido recién estrenado en Cantabria se hiciese con la clave de la gobernabilidad en el Ejecutivo regional PRC/PSOE y en el Ayuntamiento de Santander del PP con sólo dos escaños en cada una de las dos instancias. Tampoco se explica fácilmente que Ciudadanos haya dilapidado ese capital político apenas alcanzado ecuador de la legislatura, como no sea por el virus de la división que ha contaminado a la mayor parte de los partidos cántabros.
El caso es que el grupo que ha abandonado el partido, bajo la etiqueta de OLA Cantabria y liderado por el diputado Juan Ramón Carrancio, se ha llevado en la mochila los votos decisivos, que hacen valer a despecho de las acusaciones de transfuguismo que les llueven de todos lados. Lo mismo los dos concejales santanderinos que primero han apoyado desde el partido naranja a Íñigo de la Serna y luego a su sucesora, Gema Igual, que el propio Carrancio, el ‘diputado 18’ del Gobierno de coalición que preside Miguel Ángel Revilla. Es un ‘aquí te pillo, aquí te mato’. El Presupuesto del año preelectoral de 2018 que ahora se tramita es la gran oportunidad para sacar rendimiento a su voto. Después irá perdiendo valor hasta que la aventura llegue a su fin en las elecciones de 2019.
El único diputado de Ciudadanos en la Cámara, Rubén Gómez, intenta compensar la pérdida de peso político con una intensa dedicación a la actividad parlamentaria, que le reconocen hasta los grupos adversarios. El tono es ahora mucho más crítico con el Gobierno y con su presidente de lo que fue hasta hace sólo unos meses cuando el partido naranja llegó a un acuerdo que propició la aprobación de los actuales Presupuestos 2017.
Gómez también está volcado en la paciente reconstrucción del partido con el resto de dirigentes. Calculan que la fuga de militantes en seis de las nueve agrupaciones, las que controlaba Carrancio, ya se ha compensado con nuevas incorporaciones. El objetivo del próximo año y medio es ampliar la estructura regional para poder presentar listas electorales en no menos de 25 municipios, los más poblados de la región.
En 2015 bastó el tirón de Albert Rivera para que Ciudadanos entrase en el Parlamento cántabro y en la Corporación de Santander. Ahora se trata de añadir a ese reclamo básico un plus de liderazgo regional y de presencia del partido en los municipios para crecer en las urnas. Los volátiles sondeos sitúan ahora al partido naranja como tercer partido, por delante de Podemos y con casi 60 diputados en el Congreso. Los dirigentes cántabros creen que la tendencia positiva se va a consolidar y que en mayo de 2019 podrán doblar con creces los dos escaños logrados en los anteriores comicios y volver a ser una fuerza decisiva.
Para concretar los carteles electorales todavía queda tiempo, pero tampoco sobran las opciones. El conocido actor Félix Álvarez es el portavoz autonómico designado por Rivera, ocupa un escaño en el Congreso y demostró ser un candidato fiable en las últimas elecciones generales. A expensas de lo que ocurra en la incierta política nacional, Álvarez bien puede ser el candidato autonómico en 2019, que será elegido en primarias. En el ámbito municipal, los órganos de dirección del partido se reservan la potestad de controlar las candidaturas para evitar en lo posible operaciones de riesgo.
Una de las recientes incorporaciones a Ciudadanos, después de largas conversaciones que se remontan a los primeros tiempos del partido naranja en Cantabria, es la del abogado santanderino Rafael Sebrango, que hasta ahora se había movido en la periferia de la política, desde La Unión a Por Cantabria Sí. En 2015, Sebrango secundó la lista autonómica de esta última formación que lideró Blanca Rosa Gómez Morante. No hay contactos de momento con la exalcaldesa socialista de Torrelavega, pero es otra opción por explorar.
Ciudadanos admite la posibilidad de pescar en los ríos revueltos del PP y del PSOE. Votos y quizá también algún candidato valioso, por ejemplo alguno de esos alcaldes populares que no sintonizan con su nueva presidenta, María José Sáenz Buruaga. Pero, claro, con mucha cautela. Sin imposiciones ni vínculos con el pasado reciente, con la antelación suficiente, no como último recurso ni a través de incorporaciones en aluvión como grupo de poder. O sea, de uno en uno y con el (nuevo) carnet en la boca.
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