El rector de la Universidad de Cantabria, Ángel Pazos, se presentará a la reelección

Pazos lleva al frente de la institución académica desde marzo de 2016, cuando sucedió en el cargo a José Carlos Gómez Sal (con quien ejerció labores de vicerrector) tras imponerse de forma clara en las urnas a Pablo Coto, decano de la Facultad de Económicas y Empresariales.

El proceso electoral, tal y como marca el reglamento, se debe iniciar entre el 7 y 8 de febrero y el 7 y 8 de marzo y debe de tener una duración máxima de 60 días, por lo que todo apunta a que será en el mes de abril cuando se celebren los comicios. En primera vuelta, porque hay posibilidad de convocar una segunda. La Junta Electoral que se formará entonces será la encargada de definir el calendario.

Aunque las quinielas apuntaban a que sí se presentaría a la reelección para culminar en un segundo mandato los proyectos puestos en marcha durante la actual legislatura, Pazos ha preferido mantener cautela y silencio sobre los tiempos y el sentido de su decisión para que nada interfiriera en el trabajo diario al frente de la institución académica. Mantenía que cuando considerara oportuno que había llegado el momento de comunicar su determinación, lo haría. Y ese día ha sido este martes, después de que el Consejo de Gobierno diera el visto bueno al informe anual de 2019 y al Presupuesto de 2020 diseñado por Pazos y su equipo. «Con esta reunión de hoy se ha cerrado un ciclo y creo que era el momento adecuado de anunciar mi decisión, que es la de presentarme a la reelección», señala el rector.

A la hora de hacer balance de la vigente legislatura, Ángel Pazos (El Ferrol, 1956) destaca dos hitos que marcan presente y futuro de la Universidad de Cantabria. Por un lado, la firma del Contrato-Programa con el Gobierno de Cantabria, que asegura la suficiencia financiera de la institución después de años, al principio de la década, en los que estuvo incluso en riesgo el pago de las nóminas de la plantilla. La aportación del Ejecutivo a la UC ha crecido de forma exponencial durante la pasada y la presente legislatura, primero con Eva Díaz Tezanos y después con Pablo Zuloaga al frente del área de Universidades. De hecho, el dinero destinado para 2020 (en el entorno de los 80 millones de euros) supone la cantidad más alta de la historia. Y por otra parte, la aprobación del Plan Estratégico 2019/2023 que, desde la formación a la empleabilidad, fundamenta a lo largo de siete ejes los pilares sobre los que se debe asentar y crecer la UC en el futuro.

Pero, además de ellos, el rector enumera otra serie de iniciativas de las que se siente «particularmente satisfecho» : en el ámbito de personal, «el haber salido del enorme bloqueo» que, entre la tasa cero de reposición y presupuestos «más reducidos de lo imprescindible», habían paralizado las plantillas. «Estoy feliz de haber iniciado el proceso de desbloqueo, primero con el PDI (Personal Docente e Investigador) y más recientemente con el PAS (Personal de Administración y Servicios).

En cuanto a los estudiantes, Pazos señala que el equipo de Gobierno que dirige ha cumplido tres de las principales prioridades exigidas: ampliar el número de plazos para pagar las tasas; incrementar los espacios de estudio; y pactar con los alumnos un nuevo calendario, más semejante al instaurado en la mayoría de universidades españolas.

En el ámbito de la investigación y la transferencia de conocimiento, celebra por su parte que la UC haya mantenido una posición «enormemente sólida» y sea «puntera» en la captación de fondos procedentes de las empresas. Finalmente, el rector destaca igualmente «la mayor internacionalización» que ha logrado la entidad, plasmada tanto en el aumento de alumnos extranjeros en Cantabria como de estudiantes de la UC en distintos puntos del planeta a través de los distintos programas de intercambio.

Pero a lo largo de estos cuatro años, Pazos también ha vivido momentos complejos. «El más duro», según vuelve a reconocer, fue la sucesión de capítulos sucedidos hace aproximadamente un año cuando recibió una denuncia por prevaricación por parte del profesor asociado Manuel Agüeros, archivada posteriormente por los tribunales al no haber ninguna prueba que sustentara la acusación; y se encontró en su domicilio una carta anónima amenazante y chantajeante, en la que se vertían amenazas contra él y otras personas de la UC si no investigaban una supuesta falsificación de firmas que afectaban al decano Pablo Coto y al profesor de Economía y político, Pedro Casares. «Desde luego fueron los peores momentos como rector a nivel personal. Creo estar preparado, y además me va en el puesto, para lidiar con todos los temas que surgen en la universidad, de todo tipo. Pero uno no está preparado para llegar el día de Nochebuena a casa y encontrarse con un anónimo amenazante donde dicen que te han grabado, que a los pocos días un medio digital publique unas grabaciones editadas y manipuladas, que alguien te denuncie por prevaricación con una grabación que es la misma que saca ese medio...», explicaba en su día a El Diario Montañés.

Fue también el profesor Agüeros el que interpuso la denuncia contra Coto y Casares (entonces secretario general del PSOE en Santander y candidato a la Alcaldía) por una supuesta falsificación de su firma en al menos tres actas de contratación de personal investigador de la Universidad de Cantabria, que, presuntamente, habían beneficiado a un allegado de Casares. Este caso todavía sigue su curso en los juzgados.

Por su parte, respecto al anónimo, en los estudios que realizó la Policía Científica no se pudieron detectar huellas latentes. Y tampoco encontraron micrófonos en el despacho de Pazos.