Ante esta situación, diferente a la existente hace tres semanas, cuando Lora-Tamayo rechazó presentar la dimisión que le había propuesto el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades por «respeto» a su proyecto y a los patronos que lo habían respaldado, el rector ha solicitado «unos días» de plazo para «reflexionar» sobre su continuidad y «valorar» la decisión a tomar. El científico lleva apenas un año al frente de la histórica institución vinculada a Cantabria, tras ser nombrado rector el 24 de noviembre de 2017, con Mariano Rajoy (PP) al frente del Gobierno, en sustitución de César Nombela, que abandonó el cargo al jubilarse.
«Mi postura de no dimitir se debía a que tenía el apoyo unánime del patronato de la Universidad para un plan de cuatro años y un consejo de Gobierno al que había embarcado para llevar a buen puerto ese plan y me sentía leal a ellos. Pero en este momento me queda claro que no tengo el apoyo unánime del patronato. Ahora hablaré con mi Consejo de Gobierno y decidiré», señaló este jueves por la noche Lora-Tamayo a El Diario Montañés, tras una reunión que se extendió durante más de cuatro horas. Una cita que en el punto 7 del orden del día contemplaba el 'Relevo en el Rectorado'.
Pero este asunto no llegó a abordarse: la moción de censura no se llevó a cabo. Las razones son distintas según las versiones aportadas por el todavía rector o fuentes del ministerio que dirige Pedro Duque. «Es imposible hacer una moción de censura porque no hay nada que censurar», asegura con rotundidad Lora-Tamayo. Se refiere a que el patronato dio un respaldo «unánime» a la labor desarrollada por el rector en este primer año de gestión, aprobando sin ninguna objeción los informes académico y económico de 2017 y el informe de gestión de 2018. Cabe reseñar que no acudieron a la reunión algunos patronos, como la vicepresidenta del Gobierno de Cantabria y consejera de Universidades, Rosa Eva Díaz Tezanos; la presidenta de la Escuela Superior de Música Reina Sofía y directora de la Fundación Albéniz, Paloma O'Shea; la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Rosa Menéndez; y la ejecutiva Belén Garijo, responsable de la división de salud del gigante farmacéutico alemán Merck. El propio Pedro Duque acudió a la reunión, que se celebró en la sede de su ministerio, pero se limitó a saludar a los patronos presentes para después abandonar el salón.
El panorama ha variado
Pero la unanimidad del patronato se rompió a la hora de abordar el anteproyecto del presupuesto de 2019. Aquí fue donde «varios» de los 18 miembros de esta comisión expresaron «reticencias» y mostraron «dudas» sobre el proyecto que encabeza Lora-Tamayo. «Se ha puesto de manifiesto que, al ser una composición distinta, al haber nuevos miembros que no pertenecían al anterior, que fue el que aprobó la línea y el plan de trabajo de este rector, el actual patronato no es unánime en apoyar esta línea de trabajo y serían partidarios de otros modelos distintos», explica el todavía máximo responsable de la prestigiosa institución que desarrolla sus cursos de verano en Santander, en el Palacio de La Magdalena.
La decisión del Gobierno de Pedro Sánchez, que nombró la pasada semana a cuatro nuevos miembros del patronato, se ha convertido en clave. No directamente, porque este jueves no se produjo finalmente la moción de censura planteada, que, en teoría, contaba con sus votos a favor, pero sí indirectamente, porque la ausencia de un apoyo unánime a las cuentas y al proyecto puede conducir a Lora-Tamayo a su propia dimisión. Los nuevos patronos son el astrofísico Rafael Rodrigo; la presidenta del CSIC, Rosa Menéndez; la directora del Instituto de Salud Carlos III, Raquel Yotti; y la exconsejera de Educación de la Junta de Andalucía, Adelaida de la Calle. Los cuatro sustituyen, según adelanto ABC, a Federico Morán, Juan María Vázquez Rojas, Elisa Pérez Vera y Nombela, no sólo antecesor al frente del CSIC y de la UIMP de Emilio Lora-Tamayo, sino también su amigo, con trayectorias personales y profesionales paralelas. Investigador visitante en diversos organismos de Toulouse y Grenoble (Francia) y Berkeley (Estados Unidos), el científico desarrolló una prestigiosa carrera antes de llegar a la UIMP: fue uno de los creadores del Instituto de Microelectrónica de Barcelona-Centro Nacional de Microelectrónica, donde dirigió los departamentos de Silicio y de Tecnología de Silicio y Microsistemas, además de ejercer dirección científica y la vicedirección.
Próximos pasos
A la vista de esta falta de unanimidad en el apoyo a su proyecto, el rector ha determinado que se va a «pensar» su continuidad en el cargo, porque «no es la misma situación que había antes». ¿El plazo? «El tiempo que considere necesario para tomar una decisión de este calibre», responde.
Por su parte, fuentes del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades mostraron su «respeto» a la decisión tomada por Lora-Tamayo, aunque matizaron que si la moción de censura no se llevó a cabo no fue «porque no había nada que censurar», como manifestó el propio rector, sino porque él mismo pidió antes de ese punto del orden del día «tiempo» para reflexionar sobre su continuidad en el cargo. Esa decisión fue la que impidió someter a votación su salida. Como es lógico no salió a la palestra el nombre de su posible sucesora, en femenino, porque el Gobierno ha determinado que sea una mujer. De confirmarse, sería la primera que se pone al frente de la UIMP.
Ahora el Ministerio va a esperar a la decisión de Lora-Tamayo y convocará una nueva reunión del patronato, aún sin fecha, donde se debatirán los puntos que este jueves no se cerraron: el anteproyecto del presupuesto de 2019 y el relevo del rector. Si no presenta su dimisión, se llevará a cabo la moción de censura ayer aplazada. Todos los caminos parece que conducen a un único fin: la marcha del que sería el rector más breve de la historia de la UIMP.
Los cambios en el patronato allanan el camino del relevo
El Ministerio que dirige Pedro Duque propuso al patronato de la UIMP el cese de Lora-Tamayo tras negarse el rector a presentar su dimisión, tal y como le habían planteado a principios de este mes. Las razones, según le comunicó directamente Ángeles Heras, Secretaría de Estado de Universidades, Investigación e Innovación, no tenían nada que ver con su gestión, sino con la intención de incorporar a una «mujer» al frente de la institución porque esa era «la línea política del Gobierno». De confirmarse, sería la primera rectora de la historia de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
El prestigioso científico, que fue presidente del CSIC en dos etapas, rechazó presentar su dimisión «por respeto» a la decisión del patronato y de sus colaboradores, que hace menos de un año respaldaron de forma unánime el plan de futuro que esbozó para la UIMP cuando sustituyó en el cargo a César Nombela. Un proyecto a cuatro años que no tenía intención de abandonar. Y menos cuando le pusieron encima de la mesa las razones.
Su decisión puso en una situación comprometida al Ministerio, que obligó a la UIMP a recurrir a un mecanismo extraordinario para poder echarle, una moción de censura en la que debían votar a favor de su destitución tres quintas partes de los miembros del Patronato. Para allanar el camino y garantizarse este resultado, el ministerio dirigido por Pedro Duque renovó la pasada semana el patronato y nombró a cuatro nuevos miembros, que se han convertido en claves en el nuevo periodo que se abre a partir de ahora, el que ha llevado a Lora-Tamayo a plantearse su continuidad tras perder el respaldo unánime del patronato que sí tenía antes de los cambios.
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