Sergio Peña | Portavoz de las Mesas de Movilidad

«Nuestra red de Cercanías es muy buena, el problema es que lleva 40 años abandonada»

–Más allá del revuelo por el retraso en la llegada de los nuevos trenes por el fallo en el contrato, ¿las Cercanías funcionan hoy mejor o peor que hace un año?

–Como usuarios observamos que son ciertas las inversiones en estaciones, en sistema de información y en la plataforma de la vía. Hay una mayor atención a las reivindicaciones, aunque puede que sea por las fechas electorales que se acercan. Hace tiempo Adif y Renfe ni se sentaban, en la última reunión de la Mesa del Ferrocarril han estado y también dos consejeros. Lo que es dramático es que hayamos estado 30 años hablando del AVE mientras las Cercanías estaban olvidadas.

–¿Está siendo útil este foro para plantear los múltiples fallos que existen en el servicio?

–Sí lo ha sido. Nosotros ponemos datos de las cosas que no funcionan y lo que pedimos a Renfe es que dé datos sobre las inversiones concretas y los calendarios de ejecución. Esta Mesa del Ferrocarril, por orden del Parlamento, se tiene que reunir cada tres meses. El último encuentro hasta el miércoles fue en julio. Y esta reunión solo se ha hecho por nuestra insistencia y por el escándalo del contrato de Renfe. Ahora ya no les quedaba otra que mostrar esta actitud de diálogo.

–Adif y Renfe afirman que entre lo ya invertido y lo comprometido Cantabria va a recibir 970 millones para actuaciones ferroviarias. ¿Les encajan las cifras?

–Sí nos las creemos, pero el problema es que gran parte de la inversión está yendo al AVE. De nada sirve aumentar la inversión en el sector ferroviario si estamos celebrando logros en Palencia. Los usuarios necesitamos unas Cercanías de calidad en Cantabria, porque con mucha menos inversión pueden dar una respuesta a la gran mayoría de la población, que es la que las utiliza.

–¿Cuáles son las actuaciones más urgentes? ¿Qué reclaman?

–Lo que pedimos es que se compense a los usuarios ante esa chapuza con los nuevos trenes. Y que se aplique el Plan de Choque que ya se presentó en la Mesa del Ferrocarril el año pasado. Que se aplique y que no tengamos que pedir lo mismo cada vez que nos sentamos. En ese plan hay actuaciones pequeñas en estaciones y servicios. Pedimos que hasta que no lleguen los nuevos trenes se compense al usuario manteniendo la gratuidad. Si el servicio es de mala calidad y encima hay que volver a pagar, entonces la pérdida de usuarios será brutal. Luego nos achacan que no invierten porque no hay usuarios.

–Renfe relativiza las incidencias y afirma que en 2022 hubo 595 episodios de retrasos o cancelaciones en más de 53.000 viajes realizados. Es decir, que la puntualidad fue del 98,2%.

–Ese dato, en la práctica, significa jugar a la lotería una vez al día. Jugarte que el tren que vas a coger pueda tener un retraso o una cancelación. Restar importancia a esas 595 incidencias es reírse de los usuarios. Porque ya no son solo esas incidencias de tiempos, es montarse en un tren con goteras, es llegar a una estación una persona mayor y que la máquina para sacar el billete no funcione, que llegue una persona en silla de ruedas y tenga que darse la vuelta porque la puerta para personas con movilidad reducida lleve siete meses sin funcionar como ha pasado en algunos trenes… El problema no es que haya averías que todos podemos entender, el problema es que no hay un seguimiento de las averías para resolverlas.

–Este escándalo de los trenes que no entran por los túneles quizás haga que el Ministerio escuche algunas de estas demandas para compensar el agravio…

–Intentamos ser prácticos y nos centramos en lograr objetivos. Tener este foco ahora en el transporte ferroviario tiene que tener consecuencias en una mejor atención y en una compensación a los usuarios. Hay una red de ferrocarril muy buena en Cantabria, con una malla muy transversal, pero lleva 40 años abandonada.

–¿Qué espera de la reunión de este lunes entre Revilla y la ministra Sánchez en Madrid?

–Que dejen a un lado el circo político y que la ministra dé unos calendarios claros de actuaciones. Pero no nos sirve de nada forzar actuaciones que se hagan sin debate. Esperemos que Cantabria no aproveche ahora para pedir soterramientos o AVE. Que no se aproveche esta chapuza para hacer otras mayores. Que no se gaste por gastar. Antes de anunciar dinero hay que pensar muy mucho lo que hace falta.

–Renfe presume de que, tras años de pérdida de viajeros, las cifras de 2022 fueron positivas.

–La gratuidad de los bonos ha traído a mucha población a conocer el tren. Es que, si no hay incidencias, el tren es sin duda el transporte más cómodo para desplazarse. Un usuario que toma la iniciativa de probar el tren por esta gratuidad, si se encuentra este servicio y todas las carencias, no vuelve ya nunca. Sí reconocemos el aumento de usuarios, pero pedimos que se desglose por líneas. Las líneas que más problemas dan caen en picado. Funciona mucho mejor la red de Renfe que la de Feve. A día de hoy, los problemas se concentran en la de Feve porque las unidades son más viejas. Primero hace falta un servicio de calidad y luego la gratuidad. Así, cuando haya que pagar, quienes hayan probado seguirán yendo en tren al trabajo, a clase o al médico.

–Más allá del tren, ¿cómo funciona el resto de transporte público en Cantabria?

–Ha estado dejado de la mano de Dios siempre. Tú llegas a una estación de autobús y no tienes ni idea de a qué hora va a pasar porque no hay un mísero horario. En una estación como la de Torrelavega ni hay atención presencial. La falta de un Consorcio de Transportes es algo impensable en cualquier territorio. Todas las autonomías lo tienen para regular el transporte de tren y autobús, para que se puedan coordinar y dar un mejor servicio. Aunque ahora anuncian que lo crearán, es vergonzoso que no exista este consorcio y estén pidiendo la transferencia de las Cercanías. Sí es bueno que se avance en la comarcalización del autobús en el Besaya. Y sí estamos satisfechos con el Plan de Movilidad Ciclista y su diseño, pero no estamos satisfechos con los tiempos. Va creciendo, pero muy lentamente.