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Las residencias de mayores de Cantabria no pueden descolgar el cartel de completo. Si a principios de año el equipo de Política Social ya confirmaba la recuperación de la demanda a niveles previos a la pandemia, a lo largo del verano -ya con el ... cambio de mando en el Gobierno regional y la cartera en manos de Begoña Gómez del Río- la situación se ha mantenido en la misma línea. «Están todas llenas, tenemos más problemas para encontrar personal para trabajar que usuarios», declara Rubén Otero, presidente de la Federación de Atención a la Dependencia (FED) en Cantabria, a quien ya no le salen las cuentas de la previsión de nuevas plazas que hacía Julio Soto en su última etapa como director del área. Entonces, cifraba esa ampliación «en 700 plazas en tres años», según la lista de proyectos en curso o en tramitación, convencido de que serían «suficientes para cubrir las necesidades futuras».
Con anterioridad (2022), el estudio realizado desde la misma Consejería había hecho una proyección a más largo plazo que cuantificaba en 1.500 las camas de residencia que harían falta para garantizar la cobertura sociosanitaria de los mayores cántabros de cara a 2027. Pues bien, el mapa de situación a día de hoy está lejos de aquellas previsiones, como apunta Eduardo Rubalcaba, sucesor de Soto en el cargo, ahora llamado director general de Dependencia, Atención Sociosanitaria y Soledad no deseada, sabedor de que «a corto plazo no vamos a poder terminar con la lista de espera».
«Tenemos seis residencias en construcción, unas en fase más avanzada y otras que van más lentas en la tramitación de las licencias municipales, que cuando estén finalizadas -estimamos que las que llevan más retraso estarían para 2025- añadirán 482 plazas a la oferta actual», explica. ¿Bastarán para atender la demanda que acumula el sistema de la dependencia? A su juicio, «sería suficiente para atender las necesidades actuales, porque esa cifra duplica las personas que tenemos ahora en lista de espera para entrar en una residencia en Cantabria, que suponen 242».
En este sentido, recuerda que una de las medidas prioritarias del nuevo equipo será «revisar el sistema de listas de espera para que sea el usuario, y no la administración, quien elija en qué residencia quiere vivir. Eso implicará prescindir de esa lista única que dejaba fuera del sistema al que rechazaba la plaza ofertada (si no aceptaba, se cerraba el expediente)».
Aunque está «encauzada» esa mejora de la red, considera que es «manifiestamente mejorable. Y en ello vamos a trabajar en los próximos meses». De hecho, entre el balance que hace de los proyectos en curso -con autorización previa para iniciar la construcción- al que exponía su antecesor en el puesto, hay cinco que se han quedado atascados por el camino, como la residencia municipal prevista en el entorno del Primero de Mayo, anunciada por primera vez hace once años y cuyo concurso se ha vuelto a quedar desierto. En la lista actualizada no incluye el nuevo director la de Campogiro (120 plazas), ni la del Primero de Mayo de iniciativa privada (otras 120), ni la de Cartes ni la anunciada en el antiguo centro de día de Castro Urdiales, que son las que enumeraba también Soto para redondear la cifra de 700 plazas.
«No es que se hayan caído, algunas eran ideas que se habían transmitido al equipo anterior, pero que no se habían llegado a tramitar», explica Rubalcaba. Entre las que han seguido adelante, destaca que las más avanzadas en la construcción son las iniciadas en Solares (98 plazas), que «se terminará en breve», y en Rubayo (120), «cuyos promotores estiman el fin de las obras para abril de 2024». Además, el centro previsto en Polanco (CAD San Pedro), que está a falta de la licencia municipal, «se empezaría a construir en septiembre y tiene un plazo de ejecución de un año». Es decir, apunta el director, que de esas 482 plazas de nueva creación un total de 270 estarían disponibles para 2024.
242 personas están en lista de espera en Cantabria para acceder a una plaza concertada en una residencia de mayores.
4.418 plazas públicas en residencias hay en la red cántabra, con una ocupación del cien por cien de forma permanente.
Más tardarán las otras tres residencias autorizadas desde la Consejería, que en esta legislatura abarca Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad. Las dos instalaciones previstas en Santander, una en Canalejas, que contará con 87 plazas; y la que se levantará en el antiguo Hotel Ignacia (calle Ataúlfo Argenta), que tendrá 53. En ambos casos, el plazo de ejecución es de 18 meses, igual que la proyectada en Puente San Miguel (CAD Santa Bárbara), que tendrá 64 plazas, lo que sitúa su futura apertura en el horizonte de 2025.
En ese contexto, la presidenta del Gobierno de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, ha planteado añadir una nueva instalación a la lista para completar el mapa de la atención sociosanitaria de Cantabria: el antiguo psiquiátrico de Parayas, una vez descartado por el Ayuntamiento de Camargo acondicionarlo como centro de refugiados, el plan lanzado desde el Ejecutivo central a cuenta de los fondos europeos (30 millones). «Hay un buen número de iniciativas, orientadas a la dependencia, a la discapacidad, a la salud mental y a la soledad no deseada que pueden encajar en las instalaciones de Parayas», subraya Rubalcaba. Sin perder de vista que dada la capacidad del antiguo complejo hospitalario (hasta 300 personas) y el límite de 120 plazas por centro que establece la normativa vigente, cabría incluso combinar más de una iniciativa.
En construcción
Residencia Canalejas (Santander) En construcción con autorización previa, contará con 87 plazas.
Residencial Ignacia (Santander) En el antiguo hotel de la calle Ataúlfo Argenta se construirá una residencia de 53 plazas.
Residencia Solares También en construcción con autorización previa, dispondrá de 98 plazas.
CAD Marina de Cudeyo Ubicado en Rubayo, es la construcción en fase más avanzada (120 plazas).
CAD Santa Bárbara En fase de construcción con autorización previa está este futuro centro de Puente San Miguel (64 plazas).
CAD San Pedro Con autorización previa pero a falta de permiso municipal está la residencia que se levantará en Polanco (60 plazas).
Mientras se analizan esas posibilidades, en la Consejería aspiran a «fomentar e incentivar medidas para que surjan más proyectos que permitan ampliar las plazas concertadas». Aunque desde el sector apuntan que, con la inflación disparada y los intereses al alza, no es fácil plantearse nuevas inversiones si no va ligado a un aumento de los precios por plaza, apunta Rubén Otero desde FED Cantabria. Y él destaca otro «problema tremendo que ya sufrimos ahora y que dificultará la apertura de residencias nuevas: la falta de profesionales para atender a nuestros mayores. Si no empezamos a formar personal, el problema va a ser muy serio», advierte. «Esperamos que con los planes de formación que se van a desarrollar podamos tener profesionales suficientes», responde Rubalcaba.
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