«El Reina Sofía/Archivo Lafuente trasciende lo local, es importantísimo para España»
José Guirao | Ministro de Cultura ·
El veterano gestor, cuya llegada al ministerio ha sido crucial para el acuerdo del Centro Asociado, destaca la dimensión internacional de la nueva sede
El nuevo ministro de Cultura y Deportes, José Guirao, en su primer acto oficial en Cantabria, firma hoy el convenio para implantar en Santander el Centro Asociado Museo Reina Sofía-Archivo Lafuente, tras casi seis años de negociaciones y choques políticos. El hombre que se ha marcado como objetivo devolver el afecto perdido al sector cultural, maltratado especialmente por la crisis, vive con entusiasmo este acuerdo. El de Lafuente, a su juicio, es uno de los grandes archivos, con clara proyección internacional. El ministro cree que la operación Reina/Archivo trasciende lo local y es importantísima para el Estado.
–Han transcurrido seis años desde que empezó este proceso. ¿Cómo define y valora lo que hoy en Santander se plasma como Centro Asociado Reina Sofía-Archivo Lafuente?
–Mi valoración es enormemente positiva. Es un grandísimo Archivo con un fondo documental realmente impresionante, de calidad internacional. Hay que decir a los santanderinos y a los españoles, en general –porque esta es una cuestión que trasciende a la propia ciudad de Santander y lo local–, que la calidad del fondo es tal que si el Archivo no se hubiera quedado aquí, se hubiera ido fuera de España. Son muchos los interesados y, especialmente, varios museos norteamericanos ya habían mostrado su interés en comprarlo. Hay que agradecer por ello a José María Lafuente que siempre ha querido que el fondo se quedara en España y, en particular, en Santander, y también al Museo Reina Sofía que entendió desde el principio el interés del fondo y, por supuesto, también al Ayuntamiento de Santander que lo hace posible.
–Más allá del convenio que ahora se va a firmar, ¿cuál es la huella, el valor y contenido de la 'marca' Reina Sofía que se implanta en Santander?
–La 'marca' Reina Sofía otorga una cobertura al proyecto a nivel internacional muy notoria dado que es nuestro gran museo de arte contemporáneo en el mundo y con un gran prestigio a la hora de la proyección. Además le aporta también muchas conexiones para hacer proyectos expositivos de carácter internacional y sin esa fusión y asociación el Centro –no es que no pudiera hacerlo–, pero tendría más dificultades para llevar adelante los objetivos. Asimismo, va a aportar que algunas exposiciones del Reina Sofía se puedan hacer aquí en Santander. Pero, a mi juicio, lo más importante que aporta la marca del Museo estriba en el punto de vista de la conservación del fondo. El tipo de material que alberga, desde papel, fotografía, dibujo o determinados documentos es siempre muy delicada, y la aportación del Reina será la supervisión y control que nos asegura la conservación del fondo que es algo esencial.
–Esta es la primera salida física del Museo Nacional de su sede madrileña. ¿Cabe valorar el paso como franquicia o sucursal, nombres que se han barajado durante la operación?
–Sí, es cierto que sale por primera vez. Pero no le llamaría franquicia porque no es una sede sola, como tal, para los fondos del Reina Sofía. La asociación tiene su base fundamental en el Archivo. En este sentido, no entiendo que sea una franquicia sino que la palabra asociación es la más justa. El epicentro de todo el programa es el Archivo y a él se le suman otras cosas, pero el protagonista esencial son los fondos. Así que palabras como franquicia o sucursal no serían las más idóneas.
–Hay una impresión generalizada de que si no es por su conocimiento y la sensibilidad para con el ámbito artístico, demostrada durante su trayectoria, con otro ministro el convenio no hubiera llegado a buen puerto. ¿Qué opina?
–No, no estoy de acuerdo. El proyecto estaba listo para firmar y faltaban algunos retoques absolutamente mínimos por lo cual creo que se hubiera firmado de todos modos con el anterior ministro –me refiero a Méndez de Vigo– que estaba durante ese periodo en el que todo el tema se cerró prácticamente. En mi caso yo he llegado al cargo cuando las cosas estaban ya trabajadas y no se improvisan. Por eso hay que reconocer el trabajo de todos los equipos anteriores, también al director del Museo Reina Sofía que ha estado siempre encima del proyecto y al Ayuntamiento que tuvo el empeño de aceptar este reto. Al cabo ha sido el trabajo de mucha gente y, por mi parte, estoy feliz de poder firmarlo porque creo que trasciende el carácter local, es importantísimo para Santander, pero también para todo el Estado y, además, tiene una clara proyección internacional.
–El convenio se firma con la ausencia del Gobierno cántabro que se descolgó del proyecto. Ahora que comparten el mismo color político, ¿cree que debe engancharse?
–Bueno, creo que eso lo debe decidir el Gobierno regional. Por nuestra parte encantado de que así fuera, pero es una decisión autónoma, no puedo opinar sobre el Gobierno.
–¿Si no se hubiera plasmado la operación, claramente el Reina Sofía se habría llevado el Archivo y quizás se estarían hablando ahora de otra cosa?
–El Archivo hubiera estado ubicado en un sitio u otro, en Madrid o en otro lugar, da igual porque tiene importancia en sí mismo y peso propio. De haber ido allí, al Reina Sofía le habría dado muchísimo porque es un activo de primer nivel y muy raro, puesto que no hay archivos por el mundo de esta calidad, no se prodigan y no es un archivo más. Es muy especial y está hecho con una visión muy inteligente y sensible y eso hay que agradecérselo a Lafuente porque es su obra, y si no lo hubiera hecho así no estaríamos hoy hablando de nada. Pero finalmente es Santander y da brillo al lugar en el que se va a ubicar. Y en este caso el Reina, a su vez, va a poder trabajar para sus exposiciones con los fondos del Archivo y también se enriquece enormemente también.
–Desde su ministerio, ¿hay en perspectivas cuestiones de agenda, con mayor o menor urgencia, que atañen a Cantabria?
–El calendario que tenemos los ministros es que una vez se produzcan las reuniones entre el presidente del Gobierno de España con cada uno de los presidentes autonómicos, a partir de ahí ya entraremos cada departamento a tener encuentros para abordar sus propios temas.
–El Museo de Altamira lleva cuatro años con un programa experimental de visitas aleatorias. ¿Es partidario de mantener ese régimen o potenciarlo?
–Soy partidario de otorgar a la cueva máximas garantías de conservación. Si las máximas, las más extremas medidas, se garantizan a mí no me parece mal que haya visitas puntuales, muy ajustadas a la cueva. Pero siempre y cuando se cumpla la premisa de que lo importante aquí es la conservación. Por eso en su momento se hizo la réplica para asegurar la conservación total de la cueva que es el objetivo principal.
–El Gobierno regional propuso hace un par de años la posibilidad de vender o sortear entradas a nivel internacional para dinamizar el turismo. ¿Vería esta opción con buenos ojos?
–La cuestión de fondo es la conservación de la cueva. Una vez asegurada, qué medidas de proporción turísticas se pueden hacer ya es terreno de plantear lo que considere cada uno. Lo que entro a valorar es que cualquier acción a tener en cuenta solo puede partir de una premisa: la conservación integral y perfecta de la cueva.
–Cantabria es una joya de arte rupestre, pero no acaba de tener una sede digna para su Museo de Prehistoria. El Gobierno y el Ayuntamiento pidieron ayuda al Gobierno central. ¿Estaría dispuesto a ello?
–Desconocía este proceso. Cuando se produzca una propuesta concreta la estudiaremos con todo el cariño y si hay recursos para acometerla pues lo haríamos. Pero desconozco la idea y no me consta una petición. Al final es una cuestión de recursos.
–Santander ha dado pasos significativos y en los próximos años se va a hacer realidad un nuevo triángulo del arte integrado por el Centro Botín, la sede del Santander, en el Paseo de Pereda, y el Centro Asociado. ¿Cómo valora este nuevo paisaje cultural en parte fruto de esa asignatura pendiente de la colaboración público privada?
–Siempre me he posicionado en favor de que la iniciativa privada desarrolle proyectos porque aportan recursos que el Estado en todas sus administraciones muchas veces no tiene o resultan insuficientes; y, por otro lado, se demuestra un interés por la promoción del arte y de la cultura. Este triángulo que se va a establecer allí es magnífico para la ciudad , pero también la suma de todos ellos enriquece y atraerá a más visitantes. El Centro Botín es una gran realidad, la futura sede del Santander es reflejo del gran trabajo que viene realizando la Fundación del Banco, que ha hecho un programa expositivo excelente y doy por seguro que será un gran proyecto. Así que todo suma y ayuda.
–Lleva apenas mes y medio en el cargo. ¿Qué se ha planteado como metas prioritarias?
–La primera meta es conseguir que las secuelas y las heridas que la crisis ha tenido para la cultura se vayan restañando. Las heridas han sido de dos tipos: uno económico, porque todos los presupuestos de cultura a todos los niveles bajaron mucho y ahora hay que intentar recuperar eso poco a poco. No se puede hacer de golpe porque todavía estamos en un periodo de ajuste, todavía estamos con compromisos que cumplir con la UE, pero me gustaría que en estos próximo años los Presupuestos de cultura puedan mejorar paulatinamente para recobrar un nivel de financiación que tuvimos y que ahora no tenemos. Y la otra herida es que ha existido, por parte de algunos sectores, cierta desafección hacia algunas partes de nuestra cultura, me refiero al cine y otros ámbitos. Tenemos que trabajar en un doble sentido: devolverle a la cultura un nivel presupuestario mayor en todos los extractos y, por otro, devolverle el afecto, la consideración, el aprecio y la valoración que merece el sector cultural español que es un sector pujante y de una enorme calidad.
–¿Cree que el Gobierno de Rajoy se obsesionó y cebó con el mundo de la cultura?
–No me gustan las palabras gruesas. Lo que sí es cierto es que una serie de cuestiones como el IVA fueron muy duras para la cultura. Se podían haber ahorrado esas subidas de impuestos. Eso me parece incomprensible desde el punto de vista político. Porcentualmente la cultura tuvo más recortes que otros sectores. No estuvo equilibrado.
–Parte del IVA cultural, la ley de mecenazgo... ¿Se plantea metas concretas?
–Hay poco margen para tratar de lograr determinadas reformas. La ley de Mecenazgo, por ejemplo, no da tiempo a abordarla en esta legislatura. Me gustaría, ante todo, que la relación del ciudadano con la cultura mejorara y donde ha habido desafecto se torne en afecto porque la cultura no la hacen los gobiernos, la apoyan sí, la cultura la hacen los creadores y los ciudadanos con su aprecio o no por lo que desarrollan los artistas.
«Hay que empezar casi de cero para lograr la financiación del Centro Rupestre de la Unesco»
–Desde hace dos años se espera la apertura del Centro de Arte Rupestre CC2 que concedió la Unesco a España, previsto junto a Altamira. ¿Continuará con el proceso?
–Lo que sé del proyecto es que en el presente efectivamente está concedido para su ubicación en Santillana del Mar. Es un tipo de modelo público privado y desde el ministerio se estuvo trabajando con alguna entidad privada que, en principio, estaba interesada pero que luego no cuajó. Ahora habrá que retomar el tema y, seguramente, casi desde cero en lo que se refiere a la financiación privada.
–Pero, ¿hay voluntad de llevarlo adelante?
–Si se consiguen los recursos, claro que sí. Conseguir un centro de la Unesco no es nada sencillo, no es un tiempo de concesión que le debe a todo el mundo, al contrario. Sería estupendo que se pudiera lograr.
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