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Apenas veinticuatro horas después de que el Parlamento de Cantabria aprobase el lunes por unanimidad instar al Gobierno central a que mejore con urgencia la red de Cercanías, Renfe anunció que implantará el nuevo sistema de seguridad en los trenes de FEVE que recorren ... la línea Santander-Liérganes, que supondrá la supresión de 44 de las 212 frecuencias semanales que ofrece actualmente -una quinta parte-. Además, el tiempo de los trayectos aumentará, según sus previsiones, entre 8 y 14 minutos. Tras conocerse la noticia, que ha caído como una bomba entre los usuarios y los trabajadores, el Gobierno regional ha convocado a la Mesa del Ferrocarril para el martes de la semana que viene.
El nuevo sistema de Anuncio de Señales y Frenado Automático, el ya famoso ASFA, es una obligación del Reglamento de Circulación Ferroviaria que las líneas de Ancho Métrico, las de la antigua FEVE, deben tener instaladas como muy tarde el 1 de julio. En la línea Santander-Cabezón de la Sal ya está en funcionamiento, así que sólo faltaba el que une la capital y Liérganes. Renfe lo pondrá en marcha desde este mismo domingo, aunque con graves consecuencias para los viajeros. Para empezar, tiene que suprimir frecuencias. En el comunicado se limitó a decir que «los nuevos horarios quedarán establecidos con la circulación de 72 trenes diarios en días laborables, 64 servicios diarios los sábados y 32 los domingos y festivos».
Lo que no especificó es que esas 168 frecuencias semanales son 44 menos que las que venía prestando hasta ahora. Tampoco informó de los nuevos horarios ni tampoco del motivo por el que se ve abocado a tomar esta drástica decisión. Como Adif no tiene adaptadas por completo ni las vías ni las señales ni las infraestructuras a los nuevos requerimientos digitales -algo que Renfe sí-, las instrucciones que llegan a los trenes y sus maquinistas son mucho más restrictivas. Eso aumenta considerablemente los tiempos de viaje, a lo que hay que sumar que en gran parte del trayecto hay vía única, lo que hace imposible a Renfe mantener el mismo número de frecuencias. Así que tijeretazo al canto.
LAS CONSECUENCIAS
A LA ESPERA DE NOTICIAS
Porque otra de las consecuencias para los usuarios será el considerable aumento del tiempo de los viajes. Según la compañía, entre ocho y 14 minutos: ocho hasta La Cantábrica, 11 hasta Solares y 14 a Liérganes. «Eso es lo que dicen ellos sobre el papel, pero será mucho más. Ya veremos, pero nosotros calculamos que por lo menos cinco minutos más en cada uno de estos tramos», aclaró ayer a El Diario Montañés Manuel Cortines, presidente del comité de empresa de Renfe en Cantabria.
La conexión que más supresiones de trenes sufrirá es la que va hasta La Cantábrica. De las 58 diarias entre semana pasará a 24 y los sábados habrá 12 menos de las 42 de ahora -los domingos ya no había ninguna-. Antes el tren tardaba 16 minutos en llegar y ahora lo hará en 24 (8 más).
La línea que va hasta Solares pierde cuatro frecuencias de lunes a viernes (serán ocho a partir del domingo), dos más los sábados (se queda en dos) y otras dos los domingos y festivos (dos en total). Los usuarios necesitarán 11 minutos más de viaje para completar el mismo recorrido: de los 28 minutos de antes a los 39 de ahora. Donde no habrá recortes es en las frecuencias que salen de Santander y llegan a Liérganes (32 de lunes a viernes y 30 los sábados, domingos y festivos). Eso sí, el tren tardará 14 minutos más: de 40 a 54 minutos.
Pero los temores de los usuarios y los viajeros no se quedan sólo ahí. «El material rodante sigue siendo el mismo», advierte Cortines. Ahora cada vez que un tren se queda averiado -gran parte del trayecto es de vía única- colapsa el servicio, así que con las nuevas frecuencias «el caos está garantizado», denuncian los usuarios. El comité de empresa de Renfe celebró ayer una reunión extraordinaria para valorar el alcance de la decisión y explorar posibles medidas de protesta por la merma en el servicio público que se presta al usuario.
Lo que tampoco comprenden los trabajadores es cómo es posible que esto se produzca después de que todos los grupos políticos con representación en el Parlamento expresasen el lunes su unión para reivindicar al Ministerio la mejora sustancial de las Cercanías.
El Gobierno regional reaccionó tras la decisión de Renfe. La Dirección General de Industria, que dirige Felipe Piña, envió una carta para convocar a los miembros de la Mesa del Ferrocarril a una nueva reunión el próximo martes, a las diez de la mañana. Sólo habrá dos puntos en el orden del día. El análisis de la actual situación de las Cercanías y la lectura de la resolución aprobada en el Parlamento, por un lado, y la presentación del Plan de Choque enviado por las Mesas de Movilidad de Cantabria, en el que está integrado el colectivo de usuarios. A la cita también está convocado Adif, que sorprendentemente dio plantón en el anterior encuentro y ni siquiera excusó su ausencia, pese a ser uno de los responsables de la situación.
El principal partido de la oposición, el PP, arremetió contra el Ejecutivo cántabro porque «no ha tardado ni un día en incumplir el acuerdo». El diputado Roberto Media se lamentó: «Ya está bien de que una vez sí y otra también incumpla y se salte los acuerdos adoptados el Parlamento».
El comité de empresa de Renfe en Cantabria (UGT, Semaf, CCOO, CGT y SF) ha emitido este jueves un comunicado en el que califica de «un nuevo despropósito» de la compañía ferroviaria la supresión de uno de cada tres trenes de las líneas de cercanías por «el apagón analógico o implantación del sistema de seguridad Asfa establecido por una ley de hace ya tres años».
Los sindicatos critican «una falta de previsión injustificable de la Dirección de Renfe, que conocía el contenido de una ley que entró en vigor hace tres años y que estipula la implantación del Asfa para el próximo 1 de julio y durante todo este tiempo no ha hecho nada para solucionar el problema que se venía encima».
El órgano sindical muestra su «repulsa» por la decisión de la compañía ferroviaria e insiste que se enmarca «en una serie de despropósitos en la gestión de la Dirección de Renfe Viajeros que hacen que el servicio prestado a la sociedad sea nefasto y tercermundista».
El comité de empresa de Renfe insta a los partidos políticos de Cantabria «que eviten que las cercanías ferroviarias se degraden todavía más» y recuerda que la medida adoptada implica la supresión del 48% de los trenes entre Santander y La Cantábrica y el 33% de los que circulan entre Santander y Solares.
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