Si bien todos los indicadores han tenido durante esta legislatura un mejor comportamiento en Cantabria que en el conjunto del país, incluido el del paro, ... que se ha reducido sensiblemente, la actividad en el sector industrial se ha visto marcada estos cuatro años por un empeoramiento en la calidad del empleo puesto de relieve con los inusuales niveles de temporalidad con los que este segmento ha cerrado su ciclo.
Considerada como el motor económico de la comunidad autónoma, la industria, que sigue sangrando por las heridas abiertas por la reforma laboral llevada a cabo en 2012, no ha debilitado su musculatura pero tampoco la ha fortalecido lo suficiente como para garantizarse la estabilidad en un futuro incierto condicionado por varios factores: la incertidumbre de los mercados, la lenta adaptación a las nuevas tecnologías, los costes energéticos... De manera que a la pregunta de ¿cómo hemos cambiado? podría decirse que, en este sector concreto, no lo deseable.
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Partido Popular:
Lo primero, por creérselo porque Cantabria es una región muy industrial y, lo segundo, por reforzar su papel como motor de desarrollo, potenciar la modernización y consolidación del tejido industrial actual y posibilitar la implantación de nuevas empresas de base tecnológica de alto valor añadido, con especial atención al Besaya, Campoo, bahía de Santander y zona oriental.
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PRC:
El futuro pasa por fortalecer el potencial de crecimiento demostrado en los últimos años y atraer nuevas inversiones. El proyecto de las minas de zinc en la comarca del Besaya es un buen exponente del camino a seguir. Tenemos que apostar también por sectores vinculados a la innovación, la investigación y el conocimiento.
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PSOE:
El futuro pasa por asumir el modelo de transición energética y ecológica como el nuevo motor de desarrollo de la región. Es un modelo trasversal que incluye medidas sobre energías renovables, agricultura ecológica, consumo sostenible, turismo ecológico, desarrollo rural, investigación aplicada al modelo de transición, etcétera.
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Podemos:
El futuro pasa por desarrollar un plan de transformación del modelo productivo que aglutine todos los sectores, ejecutar una estrategia de especialización inteligente en sectores de alta intensidad en tecnología y empleo e implementar un plan autonómico de I+D+i para cumplir con los objetivos de la Unión Europea.
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Ciudadanos:
Nosotros estamos convencidos de que el futuro industrial de Cantabria pasa, sin duda, por facilitar la instalación de nuevas empresas, sobre todo de las empresas que tengan un alto valor tecnológico. El futuro de la industria regional es, precisamente, ganar el futuro. Y en esa idea trabaja y trabajará nuestro partido.
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Vox:
El futuro pasa por incentivar el trabajo de los empresarios. La misión de un Gobierno autonómico es eliminar cualquier traba que surja e incentivar su trabajo. Nosotros vamos a promover la licencia 'express' para que cualquier empresa no tenga que esperar más de un mes entre la solicitud de la licencia y el inicio de las obras.
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), desde el comienzo de la legislatura, el valor medio anual del Índice de Producción Industrial (IPRI) de Cantabria, que es el que mide la evolución mensual de la actividad productiva de las ramas industriales excluyendo a la construcción, ha experimentado un incremento de un 14,7%, lo que supone casi diez puntos más que la media nacional (un 5,3%). El aumento es considerable si se compara con la legislatura anterior, cuando, sobrevenida la reforma, el IPRI retrocedió un 8%.
Igualmente, y conforme a las cifras que maneja esa misma fuente, desde el comienzo de la legislatura, el valor medio anual del Índice de Precios Industriales de Cantabria, que es el que mide la evolución de los precios de venta de los productos industriales a salida de fábrica, ha reflejado un aumento de 5,9%, lo que significa casi dos puntos más que la media española (un 4,1%). Al finalizar el ejercicio de 2018, la variación positiva observada a lo largo del año por el IPRI duplicaba la experimentada por este indicador a nivel nacional.
Buenos comportamientos han tenido también el Índice de Entrada de Pedidos (IEP) y el Índice de Cifra de Negocios Empresarial (ICNE), pero no así los indicadores de empleo, que mejoran en cantidad pero empeoran en calidad.
Según la última Encuesta de Población Activa (EPA) hecha pública, el sector de la industria empleaba a 33.898 trabajadores en la región durante el primer trimestre de 2015 y ocupaba a 36.386 en el mismo periodo de 2019, lo que supone un aumento de un 7,6%. Una estupenda noticia si no fuera porque esos 33.898 trabajadores que se toman como referencia para entender el crecimiento observado al cierre de las dos últimas legislaturas (2015 y 2019) se corresponden con el techo de destrucción de empleo provocado por la devastadora crisis económica.
Además, ese aumento de los índices de empleo ha venido acompañado por un inusual incremento de las tasas de contratación temporal que han volteado la posición laboral del sector industrial cántabro, que si hasta 2013 nunca había superado el 90% de contratos eventuales, a partir de ese año pasó a arrojar los niveles de temporalidad contractual más altos hasta colocarse por encima del 95%.
Es decir, que al mismo tiempo que vio subir el empleo, la industria cántabra vio bajar su calidad. Ello en un ciclo legislativo en el que también detectó una drástica reducción de suelo disponible.
Problemas de suelo
Admite el Gobierno de Cantabria que existe un problema de suelo a disposición a corto plazo y que las mayores demandas de terrenos se vienen produciendo en la zona central de la región. Para poder atenderlas, dice sobre esto el Ejecutivo, hay hoy en marcha dos iniciativas. Una, el parque Tecnológico Empresarial Bisalia, en Las Excavadas, en Torrelavega. Y la otra, el área estratégica de El Llano de La Pasiega, en Piélagos.
En este aspecto, además, la Administración autonómica resalta el impulso que se ha pretendido dar a la comarca del Besaya con la constitución de una mesa especial desplegada dentro de la Mesa General de Diálogo Social así como la elaboración del Plan de Acción Besaya 16/18 para revitalizar industrialmente una zona en la que los indicadores de paro y afiliación a la Seguridad Social son más favorables incluso que los regionales.
Con esos proyectos en ciernes, el Gobierno de Cantabria se propone dotar de una mayor potencia a los motores de la industria regional, que cada mañana ponen en marcha empresas como Sidenor, Sniace, Solvay o la antigua Robert Bosch, SEG Automotive.
Importantes cambios
En todas ellas se han producido importantes cambios esta legislatura. Cambios encaminados a mejorar el nivel productivo de las compañías que, en determinados casos, han supuesto incluso amplias renovaciones en los consejos de administración cuando no la entrada de nuevos propietarios.
Así, la multinacional brasileña Gerdau anunció en mayo de 2016 la venta de Sidenor a Clerbil S.L., un grupo inversor encabezado por el vizcaíno José Antonio Jainaga, que pagó 155 millones de euros por hacerse con la empresa de aceros especiales, aunque el importe de la transacción podrá incrementarse hasta en otros 45 millones al cabo de cinco años, dependiendo del desarrollo futuro del negocio.
Unos meses después, en octubre, la fábrica torrelaveguense Sniace anunciaba la reapertura de su planta de celulosa tras tres años de parón y una complicada andadura rodeada de obstáculos que, salvados, desembocó en el reinicio de la actividad y, con ella, la incorporación de 227 trabajadores a la citada planta y el cierre de su primer pedido: 3.000 toneladas con destino a China. Justo un año después, en diciembre de 2017, Sniace reabría también su planta dedicada a la producción de viscosa, Viscocel, clausurada durante un lustro.
En el hall de aquellas navidades, la empresa química belga Solvay se vio abocada a la paralización de la producción de la planta de cloro que posee en sus instalaciones de Barreda al contravenir la normativa ambiental europea, una medida por la que la compañía calculó que 52 trabajadores tendrían que abandonar el Grupo.
El último de los grandes cambios se produjo sólo unos días más tarde, el 1 de enero de 2018, cuando la planta de Robert Bosch en Treto pasaba a convertirse a todos los efectos en SEG Automotive consumándose de esa manera la entrada de un nuevo accionariado y la apertura de una nueva etapa.
Legislatura 2011-2015
1.- Índice de Producción Industrial. El valor medio anual del IPI, que mide la evolución mensual de la actividad productiva, había retrocedido casi un 8% al terminar la legislatura.
2.- Índice de Precios Industriales. El valor medio anual del IPRI, que mide la evolución de los precios de venta de los productos industriales a salida de fábrica, había descendido una media de un -0,5%.
3.- Empleabilidad. El sector industrial empleaba en la región a un total de 33.898 trabajadores el primer trimestre de 2015, de acuerdo con las cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA).
4.- Temporalidad. El sector industrial de Cantabria arrojaba en el año 2015 una tasa de contratación temporal de un 96,2% superando con claridad a la del resto de los sectores productivos de la región.
Legislatura 2015-2019
1.- Índice de Producción Industrial. El valor medio anual del IPI, que mide la evolución mensual de la actividad productiva, subió un 14,7%, diez puntos más que la media nacional (5,3%).
2.- Índice de Precios Industriales. El valor medio anual del IPRI, que mide la evolución de los precios de venta de los productos a salida de fábrica, subió un 5,9%, un 1,8% más que la media del país (4,1%).
3.- Empleabilidad. El sector industrial empleaba en la región a un total de 36.386 trabajadores el primer trimestre de 2019, lo que supuso un 7,6% más que en el mismo periodo del año 2015.
4.- Temporalidad. El sector industrial de Cantabria arrojaba en el año 2019 una tasa de contratación temporal de un 95,04% manteniendo los índices prácticamente invariables con respecto a 2015.
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