«Reponer los pretiles o construir otro tipo de guardarraíl mejoraría la seguridad de Lunada»

A nadie se le escapa que existe un problema con la carretera que atraviesa el puerto de Lunada. Un hecho que se volvió a poner de manifiesto durante este pasado fin de semana con el trágico accidente en el que cuatro jóvenes procedentes de Madrid perdieron la vida. Para los vecinos de San Roque de Riomiera –los que más emplean esta recorrido– es incluso una demanda histórica de muchos años para que se realicen obras de mejora y acondicionamiento de la seguridad de una vía que a día de hoy cuenta con medidas insuficientes.

Una de las voces autorizadas para analizar a nivel técnico la situación de la CA-643 es Jara Martínez, decana de la Demarcación en Cantabria del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puerto. «Es cierto que este tipo de carreteras, por la orografía de la zona en la que están, tienen un trazado muy complejo. En términos de lo que es el diseño de la obra, hay que acudir a otro tipo de soluciones para mejorar el nivel de seguridad. O sea, no podemos cambiar el trazado, es el que es, se encuentra cruzando una orografía muy compleja y que dificulta claramente la conducción del conductor», advierte.

El camino que une San Roque de Riomiera con Espinosa de los Monteros a través del Portillo de Lunada fue inicialmente dotado de un sistema de contención de vehículos consistente con un pretil de hormigón continuo, que todavía se conserva en algunos tramos. «Esos pretiles han ido desapareciendo a lo largo del tiempo entre otras causas por el empuje de la nieve en invierno o argayos que han afectado a la sección de la plataforma de la carretera. Reponer los pretiles o construir otro tipo de guardarraíl contribuiría a mejorar la seguridad», afirma Martínez.

La decana puntualiza que para entender la seguridad vial hay que abordarla desde distintos frentes (infraestructura, trazado, conducción) y que las carreteras son tridimensionales. «En ese contexto, pues sí que hay muchas cosas que se podrían hacer desde el punto de vista, por ejemplo, del ancho de la calzada, proporcionar arcenes, otro tipo de elementos como puede ser la iluminación y la señalización, que es muy importante también. Hay que tener una señalización actualizada y eficaz para que los conductores que no sean de la zona puedan conocer las peculiaridades del trazado». En cuanto a la no presencia de los guardarraíles cree «que superponer capas» mejorará la seguridad. «No obstante, el riesgo cero es inalcanzable y tenemos que entender que no podemos garantizar la seguridad absoluta. Siempre hay un mínimo riesgo. El objetivo, desde luego, es minimizar es intentar reducir y prevenir los accidentes en carretera».

Martínez desconoce los motivos particulares por los que en el tramo del accidente no había dispuestos guardarraíles: «Entiendo que no debería ningún problema en incorporar algún tipo de murete en los márgenes de la calzada».

Ante las diferentes voces que han surgido, en las últimas horas, como la del alcalde de Soba que planteaba «cierres puntuales» hasta que se arregle la carretera, la decana cree que hay que apostar por utilizar siempre en la medida de lo posible este tipo de infraestructuras porque el objeto de su construcción es utilizarla. Salvo que haya condiciones meteorológicas muy adversas, cuando la carretera en esta zona esté cubierta de nieve y evidentemente no es transitable y en el momento en el que no es transitable debe ser cerrada. Aunque para Martínez la situación es bastante obvia a vista de todos. «No hay mucho que añadir en el plano técnico, es casi aplicar el sentido común de lo que hay que hacer en esta carretera».

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