Repsol cuenta ya con el certificado del Ministerio para la ampliación de la central de Aguayo

Este martes, 22 de octubre, estaba marcado en rojo el calendario como último día para presentarse a los fondos europeos CEF, una línea de ayudas a la que pueden optar las 166 actuaciones privadas que, como la de Aguayo, son considerado Proyectos de Interés Común para la UE. Para optar a estas subvenciones, era necesario que el proyecto cumpliese con unos requisitos mínimos que demostrasen la «madurez» marcados desde Bruselas. Uno parámetros que quedaban un tanto al aire, ya que a comienzos de este mes de octubre no estaba resulto el permiso solicitado por Repsol para extender la concesión de la explotación por otros 50 años más.

Los temores de la energética y petroquímica y el Gobierno de Cantabria por perder el proyecto eran tales que la propia presidenta regional, María José Sáenz de Buruaga, puso el asunto sobre la mesa en su reunión con Pedro Sánchez a finales de septiembre. Ella misma fue la que instó a que, si no era posible emitir el permiso de explotación hasta 2080 en fecha, fuese el Gobierno de España el que se pronunciase y emitiese un documento en el que se corroborase que el proyecto está lo suficientemente «maduro». Y finalmente así ha sido, según explica el propio alcalde de San Miguel de Aguayo, Eduardo Gutiérrez (PSOE), a quien el Ministerio ha informado de que Repsol ya cuenta con el «certificado de madurez del procedimiento».

Hace poco más de una semana, el Departamento de Teresa Ribera confirmaba a Gutiérrez que continuaba abierto el procedimiento administrativo para la concesión de la explotación a Repsol por 50 años. En ese mensaje enviado al regidor, desde el Gobierno de España se informó de que «previsiblemente, salvo recursos, no se demorará su conclusión, porque está prácticamente resuelta la evaluación». El Diario Montañés solicitó este martes la información al Ministerio, pero hasta el momento desde el departamento no se ha confirmado si el permiso ha sido concedido.

No obstante, con esta certificación, el proyecto puede seguir dando pasos y no peligra la inversión de casi 800 millones de euros -la más importante de todas las que están planteadas en Cantabria a corto y medio plazo- prevista en la actual planta reversible de bombeo, que a día de hoy cuenta con una potencia de 360 megavatios y capacidad para abastecer a más de 200.000 hogares, y que aspira a convertirse en la segunda más grande del país con 1.360 MW, multiplicando por cuatro su capacidad.

La central de Aguayo se compone de dos embalses, Mediajo (el superior) y Alsa, y el paso del agua de uno a otro mueve las turbinas que generan la electricidad. La peculiaridad de esta presa es que también puede bombear agua del embalse inferior al superior. Cuando hay picos de generación de energía renovable, el complejo consume electricidad procedente de fuentes verdes (eólica o fotovoltaica, que si no se consume en el momento se pierde) para subir el agua de Alsa a Mediajo. Y cuando las renovables no dan abasto, se abren las compuertas y la gravedad hace girar las turbinas, generando nueva energía. Es decir, hace de almacén. Al contrario de lo que ocurre con otras renovables, aquí la producción no tiene un carácter variable.