Repsol proyecta un parque eólico con 14 aerogeneradores frente a Cabárceno

Se trata del primero de los pasos administrativos de una larga lista de trámites. Debido al tamaño del proyecto, el visto bueno ambiental lo tiene que dar el Ministerio para la Transición Ecológica y no el Gobierno de Cantabria, al superar los 50 MW, el límite que marca la normativa. Según la documentación que ya ha presentado Repsol ante el órgano supervisor, los aerogeneradores tendrían un tamaño de 112 metros de altura y las hélices un rotor de 175 metros de diámetro. Por ahora, no hay una cifra de inversión estimada.

En cualquier caso, todos los aspectos que figuran en el actual proyecto son susceptibles de cambiar para cumplir los requerimientos de la DIA –en caso de que sea positiva, pero condicionada– o en caso de que la empresa promotora decida realizar alguna modificación.

Aunque el entorno de Benavieja no tiene ninguna figura de especial protección, el alcalde de Penagos, José Carlos Lavín, señala que los molinos no solo se verían desde Cabárceno, también cambiarían la panorámica del interior de Cantabria desde lo alto de Peña Cabarga.

El regidor señala que Repsol no es la única compañía que ha pasado por el Ayuntamiento para interesarse por estos terrenos. De hecho, han sido varias las empresas que creen que este lugar es adecuado para la producción de energía eólica. También han sondeado a los particulares propietarios de las fincas donde se instalarían los molinos.

Por el alto grado de interés, Lavín entiende que el proyecto tiene que ser rentable para las compañías eléctricas, aunque tiene más dudas de que lo sea para su municipio y para el resto de ayuntamientos implicados. En el caso de Penagos, recuerda el gran peso que tiene el turismo, por lo que cree que el impacto paisajístico del parque podría ir en perjuicio de la economía local: que no compensara los ingresos que generaría el proyecto para las arcas municipales en forma de impuestos y licencias por permisos de obras. En este sentido, el alcalde independiente se plantea organizar una consulta popular –no sería un referéndum vinculante, porque legalmente tendría que tener permiso del Estado– para conocer la opinión de los vecinos y actuar en consecuencia.

Hay otra pista que da idea del interés de Repsol por el proyecto de Benavieja. A la vez que solicitó la tramitación por la vía ordinaria, la eléctrica hizo lo propio por un procedimiento abreviado que se puso en marcha dentro de un Real-Decreto que el Gobierno central aprobado en el contexto de la crisis de precios de la energía que se produjo a consecuencia de la guerra de Ucrania con medidas para hacer frente a esa situación. El Ministerio, que no se ha pronunciado sobre el fondo del proyecto, sí ha cerrado esta vía de urgencia.