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Además de los parques eólicos, el otro gran proyecto que contribuirá a convertir el centro de la comunidad autónoma en uno de los principales focos de energía renovable del país es la ampliación de la central hidroeléctrica reversible de Aguayo. Repsol, propietaria de la ... planta tras la absorción de Viesgo, ha solicitado a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico extender la concesión para su explotación por 50 años más, hasta 2080. La compañía apunta que este permiso –se da por hecho que llegará un visto bueno– es «esencial» para que sea viable la ampliación de la actual central reversible de bombeo, que hoy cuenta con una potencia de 340 megavatios y capacidad para abastecer a más de 200.000 hogares.
Además de este trámite, Repsol apunta que para poder acometer la ampliación también es necesario que se implanten de manera urgente los mecanismos que remuneren la flexibilidad y la seguridad de suministro al sistema eléctrico, el marco de ayudas que prometió el Gobierno central y que garantizará la viabilidad económica del proyecto. Cuando ocurran ambas cosas, la compañía ya estaría «en disposición de comenzar la construcción de la que sería segunda central de bombeo más grande de España», con 1.360 MW y una inversión de más de 800 millones de euros.
Un desembolso muy relevante que contará con ayuda pública. Aguayo ha sido incluido por la Unión Europea en el listado de Proyectos de Interés Común, lo que implica que la UE le otorga la categoría de proyecto prioritario y estratégico, con lo que puede optar a determinados beneficios para poder agilizar la puesta en servicio del proyecto.
Durante la fase de construcción, que se estima que dure entre cuatro y cinco años, Repsol asegura que los trabajos repercutirán sobre la económica local y comarcal, ya que se crearán mil puestos de trabajo directos e indirectos y se aprovecharán las actuales infraestructuras ya existentes de los embalses, minimizando el impacto en el entorno. La nueva planta multiplica por cuatro su capacidad, pero el funcionamiento será similar al anterior.
La central de Aguayo se compone de dos embalses, Mediajo (el superior) y Alsa, y el paso del agua de uno a otro mueve las turbinas que generan la electricidad. La peculiaridad de esta presa es que puede bombear agua del embalse inferior al superior. Cuando hay picos de generación de energía renovable, el complejo consume electricidad procedente de fuentes verdes (eólica o fotovoltaica, que si no se consumen en el momento se pierde) para subir el agua a Mediajo. Y cuando las renovables no dan abasto, se abren las compuertas y la gravedad hace girar las turbinas, generando nueva energía. Es decir, hace de almacén. Al contrario de lo que ocurre con otras renovables, aquí la producción es previsible.
Repsol, que tiene 233.000 clientes en Cantabria, cuenta con un centro de trabajo con cien empleados en el Pctcan, que alberga el punto de control de generación hidráulica (además de Aguayo, gestiona las central de Urdón, Besaya y Torina). A ello se suman las 52 estaciones de servicio en la región, cinco puntos de recarga de vehículos eléctricos y una red de servicios de GLP y butano. Tiene en tramitación cinco comunidades solares para dar energía renovable a 400 hogares y el pasado año inauguró la primera gasinera (gasolinera de gas) en Camarreal.
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