El repunte de covid ha causado 264 ingresos en Cantabria desde mayo

El repunte primaveral de covid, que empezó a comienzos de mayo, «está llegando a su pico máximo, toda vez que en la última semana el ritmo de crecimiento ha sido solo del 6%, poco más que la semana previa, en la que también habíamos observado que la incidencia seguía en aumento pero no a la velocidad de las anteriores», señala el jefe de Vigilancia Epidemiológica, Luis Viloria. Y también se aprecia «una estabilización total en los ingresados, rebajándose el promedio diario de personas hospitalizadas de 66 a 49». En total, en estas siete semanas de reaparición del covid (desde principios de mayo), la cifra de ingresados en Cantabria ha sido de 264, una media de cinco cada día, aunque fue a partir de la tercera semana cuando se empezó a notar el impacto hospitalario.

La tasa de incidencia ha pasado de 92,6 a 98,7 casos por cada 100.000 habitantes del 10 al 16 de junio, lo que lleva a Viloria, a pensar que la onda, ya frenada, no tardará en empezar a bajar.

Pero aún así, el nivel de propagación del virus en estos momentos es superior al que tuvo en enero (74 casos por 100.000 habitantes), cuando los cuadros respiratorios se entremezclaban con la epidemia de gripe y de Virus Respiratorio Sincitial (VRS). No obstante, añade, «está muy lejos de la situación que vivimos en agosto de 2023, cuando la incidencia llegó a los 229». Como dato, la semana pasada, los registros de Salud Pública confirmaron 578 positivos de covid, frente a los 542 de la semana anterior, siempre teniendo en cuenta únicamente los que han llegado a acudir al médico, bien a través de los centros de salud y SUAP o de las Urgencias hospitalarias. Es decir, sin contar todos los cuadros catarrales, de fiebre y malestar general que pueden estar ocasionados por el mismo virus aunque no constan en ningún sitio. Es más, Viloria confirma que puede haber afectados que den negativo en los test, pese a tratarse de una infección por covid, «bien porque la carga viral es muy baja o porque, como el proceso vírico dura menos tiempo (3-4 días) al tener más inmunidad, y eso hace que la capacidad de detectarlo también disminuya en el tiempo. Hay muchas enfermedades respiratorias leves a las que no se le ponen etiquetas, porque se tratan de la misma forma, con paracetamol y reposo en casa».

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