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El repunte de covid del verano ha dejado en Cantabria un balance de veinte mayores fallecidos, los dos últimos la semana pasada en una pequeña residencia de Novales (Alfoz de Lloredo), en la que el virus afectó a sus quince usuarios, la totalidad de ... los residentes. De hecho, ese contagio generalizado, con la muerte en días consecutivos de dos personas de 99 y 81 años, ambas con patologías previas, fue lo que llevó a Sanidad a activar el viernes el protocolo «para no bajar la guardia». Y aunque desde el sector de la dependencia reconocen que les «sorprendió» el aviso, aseguran que la incidencia de casos en estos momentos en los centros es baja, aunque hace tiempo que se dejaron de monitorizar -la web del Icass dejó de ofrecer los datos en tiempo real por centros hace meses-, así que a día de hoy no hay un recuento oficial fiable (tampoco en población general).
Manuel Galán, jefe de servicio de Salud Pública, destaca que «la situación ahora mismo no es para nada preocupante en las residencias de mayores -constan seis hospitalizados-, lo cual no quita que se les recuerden las recomendaciones básicas cuando surge algún caso que nos llame la atención y se hagan pruebas para examinar si circulan nuevas variantes. Pero estamos tranquilos, la situación basal es estable, hemos visto que la evolución ha ido a menos con respecto a semanas anteriores». Ahora bien, «¿durará poco o mucho? Eso no se sabe», añade, teniendo en cuenta que la época dura de infecciones respiratorias llegará con el invierno.
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De ahí que aproveche la ocasión para insistir en la importancia de la vacunación, que este año será combinada de covid y gripe para todos los mayores de 60 años. Para los más frágiles, será la quinta dosis de recuerdo, «pero es fundamental que se ponga, porque es este perfil, el de los pacientes pluripatológicos, el que sufre las complicaciones más graves, no por el virus como único detonante, sino porque complica y descompensa otras patologías de base». De hecho todos los fallecidos con covid durante el verano tenían entre 74 y 99 años y un historial clínico detrás.
Sobre la evolución del brote de Novales, la directora de la residencia afectada, Sandra Pérez, señala que «tenemos a una señora ingresada en Sierrallana, mientras que los otros doce afectados son todos asintomáticos. Y entre los trabajadores, hemos tenido tres bajas». El tamaño del centro (16 plazas) fue uno de los factores que jugó a su favor en los tiempos más críticos de la pandemia, pues «el primer brote no nos llegó hasta el verano de 2021, previamente lo habíamos esquivado. No obstante, esta es la primera vez que tenemos fallecidos».
«Ya sabemos que el virus está ahí y ha venido para quedarse», subraya Rubén Otero, presidente de FED Cantabria, con varias residencias a su cargo, que también normaliza la situación. «Nosotros ahora mismo no tenemos ningún positivo, pero cuando aparece un caso, se tiene el cuidado que hay que tener y ya está. Procuramos que nuestros mayores hagan una vida lo más normal posible, como si estuvieran en su casa. Es más, ya hemos tenido trabajadores con covid a los que no les dan la baja, así que vienen con mascarilla».
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