Las reservas de última hora animan las perspectivas del puente del Pilar

Aún con todo, ayer, sábado, las principales localidades turísticas de la comunidad tuvieron una mañana «más animada de lo esperada». Desde Castro Urdiales informan de que «una vez se fueron los nubarrones de primera hora, la gente ha salido a la calle y el centro es un hervidero, con muchas familias paseando entre el Ayuntamiento y el puerto».

En el restaurante castrense El Marinero, Domingo Urquijo comentó, detrás de la barra, que «hoy (por ayer) la cosa va bien, pero para el domingo casi no tenemos reservas. Está todo muy raro, pero no solo porque los madrileños estén confinados, también se ven menos extranjeros que otros años y la gente mayor, aún tiene miedo a salir. Ahora, lo primero que se llena es la terraza. Hoy nos hemos salvado, porque ha abierto el día, pero mañana, miedo me da, por la lluvia».

En Potes, la plaza, las calles interiores y La Cántabra, abarrotada de bares y de tiendas de productos típicos, salvaron el día de ayer gracias «a la agradable mañana que ha quedado», apuntó Wenceslao Rodríguez, propietario del restaurante El Capitán. «Esto no es como otros años, pero no nos debemos quejar, porque hay para todos. En otras circunstancias, estaríamos dando negativas a las múltiples llamadas para reservar, pero en esta ocasión, poco a poco se está llenado todo. Y lo de Madrid, yo aquí no veo que haya afectado mucho». Lo mismo opinaron en el Hotel Bahía, de Santander, «no hemos tenido anulaciones y sí muchas reservas de última hora. Estamos sorprendidos, porque es un no parar. Hoy (por ayer) estamos al 86%, pero mañana baja al 66%».

En cuanto las nubes despejaron el cielo en El Sardinero, el paseo marítimo y los bares de la zona se llenaron. En el Hotel Hoyuela notaron que «no hay la misma alegría que otros años, en este fin de semana, pero la cosa no va mal. Rondamos el 70% de ocupación, aunque mañana cae al 50%. La gente prefiere volver antes a casa, porque todo está muy raro».