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Son las diez de la mañana y en los alrededores de la residencia La Gloria, en Liencres, se respira calma y tranquilidad. De no ser por algunas ventanas entreabiertas -la gran mayoría tenían las persianas bajadas- y algunos ruidos que se escuchaban de varios ... movimientos desde el exterior, el edificio parecería estar cerrado. Sin entradas ni salidas de trabajadores o visitas, sin paseos por el jardín exterior de los usuarios. Nada. El centro -perteneciente al grupo empresarial DomusVi- se ha blindado totalmente tras descubrirse el fin de semana cuatro positivos de coronavirus entre sus usuarios. Este lunes se sumó otro contagiado por covid, que eleva los casos activos a cinco. Esta situación ha obligado a confinar a los 140 residentes del centro en sus respectivas habitaciones y ha prohibido las actividades colectivas en el interior, así como las salidas del edificio.
«Pues que no nos dejan salir. Esto es una cárcel», explica un usuario que dio negativo en la prueba PCR, pero que prefiere no revelar su identidad. «He querido bajar al gimnasio, pero me han parado por el pasillo y me han dicho que volviera a la habitación», añade el residente, que no termina de entender el por qué de tanta restricción. «Al final pagamos todos por unos pocos», añade, lamentando que ya no tenga permitida la salida al exterior ni el uso de los espacios comunes.
Y la norma se está cumpliendo a rajatabla. Apenas una ambulancia para llevar a una usuaria del centro a su tratamiento habitual al hospital y dos camiones cargados con provisiones y material para el edificio fueron los movimientos más destacados de la jornada. También llegó un encargo de medicinas a través del repartidor habitual de la residencia. Aparcó su moto frente a la entrada, llamó al timbre y depositó los medicamentos en la puerta, que posteriormente fueron recogidos por un empleado del centro. Se cumplió todo el protocolo. El repartidor fue la única persona perteneciente al círculo de la residencia de ancianos que habló a este periódico y confirmó que «la situación está controlada». «Cada uno de los residentes está sin poder salir de su habitación para evitar juntarse y propagar los contagios», explicó antes de subir a la moto.
El consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, confirmó esta información y dijo que la residencia de Liencres «está totalmente aislada y no se permiten ni salidas ni entradas en la misma, ni actividades colectivas en su interior, hasta ver cómo evoluciona la situación». Además, ha querido lanzar una recomendación y pide que «los mayores no salgan de las residencias, que es donde radica el mayor peligro de contagio».
En los establecimientos comerciales y de hostelería ubicados a escasos metros del edificio, algunos vecinos y trabajadores confirman haber visto a un equipo de desinfección entrar en las instalaciones y muchos se preguntan qué es lo que realmente está sucediendo dentro. La residencia se ha venido preparando para esto, desde que el primer positivo hiciera saltar todas las alarmas. Durante el fin de semana, al margen de las labores de desinfección, en las instalaciones se han venido realizando pruebas a todos los usuarios y al personal de la residencia, incluyendo a aquellos trabajadores que estaban de vacaciones, a los que se ha pedido que acudan a las instalaciones. «El sábado, yo estaba dando una vuelta y recibí una llamada del centro. Me extrañé, porque ya me imaginaba que no era para nada bueno. Me dijeron que debía volver ese mismo día, que me iban a hacer la prueba. Y así lo hice. Cogí el autobús y me planté allí», comenta el usuario, que terminó dando negativo. El domingo por la mañana, ya con algunos resultados contrastados, se confirmaba que otros tres usuarios se habían contagiado, sumando un total de cuatro positivos. Este lunes se confirmó otro contagiado más (en total hay cinco positivos activos en el edificio) y se terminaron de hacer las pruebas PCR a todo el personal. Habrá que esperar a los datos de este martes de Sanidad para conocer si hay algún trabajador infectado.
Vecinos y turistas que pasearon este lunespor los alrededores de la residencia de Liencres no se mostraron «excesivamente preocupados», pero piden seguir actuando «con cautela» y siguiendo las medidas. Carmen viene de Barcelona y está de vacaciones con su marido. «Brotes hay en todos los sitios. Hay que intentar ser responsables y seguir las normas». Por su parte, José e Iker, vecinos de la localidad, se muestran preocupados por la situación en general. «Nos preocupa el volumen total de casos porque aquí el brote es de solo cuatro y están ya confinados, pero los contagios no paran en todo el país», cuentan.
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