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Son conscientes de que los casos pueden aumentar en los próximos días, como están subiendo fuera de sus instalaciones, pero el mensaje general es que la situación dentro de las residencias de mayores de Cantabria está «controlada». «Ni por asomo como hace un año ... o dos». Un escenario que no se debe sólo a la vacunación y a la menor gravedad de los casos sino a «meses de trabajo y rigurosas medidas de protección», insisten. Y como su realidad es también un reflejo de la realidad exterior, las mayores dificultades, más que sanitarias, vienen motivadas por las cuarentenas o las bajas del personal, que «como en cualquier otro sector», obligan a reorganizar turnos y vacaciones, pero con un problema añadido, destaca Rubén Otero, presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia, que «se trata de un sector con un empleo mal valorado que durante la pandemia ha perdido muchos profesionales hacia otros ámbitos, como el de la salud, mejor pagados».
Los últimos datos facilitados por el Instituto Cántabro de Servicios Sociales (Icass), a fecha del miércoles, recogen 186 positivos dentro de todas las residencias de mayores y centros de atención a la dependencia de Cantabria, de ellos 109 entre el personal (hay en torno a 5.000 trabajadores en este sector) y 77 entre los residentes, diez de ellos hospitalizados.
«En esta sexta ola no tenemos dificultades clínicas en pacientes pero sí para conseguir personal». Vanesa Muñoz, Directora Médica del centro hospitalario Padre Menni reconoce que los residentes contagiados no están teniendo problemas graves, «y que así siga», ruega. Pero la cifra de trabajadores con covid asciende a 16, lo que supone «un gran esfuerzo laboral». «Estamos doblando turnos y buscando la manera de cubrir las ausencias».
Vanesa Muñoz | Padre Menni
Hasta el momento, las bajas de profesionales no se han alargado más de la cuarentena obligatoria pero han tenido que contratar gente temporal para esos días. Aun así, Muñoz asegura que se encuentran «muy tranquilos» en lo que respecta a los usuarios ya que «no están teniendo complicaciones». A partir del lunes prevé que «se podrán sumar cinco o seis empleados más», algo «que ayudará mucho». Y «tranquilos» también se encuentran actualmente en la Residencia de la Hoz, en Isla, tras reducirse el número de positivos por covid de 25 a uno. Una de las trabajadoras de Gerencia del centro explica que hicieron dos cribados y que el único residente contagiado a día de hoy está aislado, «pero se encuentra perfectamente, asintomático». Mientras, esperan el resultado de la muestra de la última trabajadora contagiada.
Ruben Otero | FED Cantabria
Reconoce que desde el principio de la sexta ola «han sabido tener la situación bajo control» ya que en general «todos los residentes han sido asintomáticos y los empleados han tenido síntomas leves». Eso sí, ha pedido prudencia en las visitas de los familiares porque «no queremos que el virus vuelva a entrar».
Gema de la Concha | San Cándido
Y «prudencia, prudencia, prudencia y precaución» es lo que reclama Otero. Nada de medidas adicionales, «que bastante hemos restringido ya», y sobre todo que se valore la importancia de este sector, se reconozca económicamente la tarea que desempeñan y se evalúe cuánto personal es necesario para prestar el mejor servicio a nuestros mayores. Por su parte, Gema de la Concha, al frente de la residencia San Cándido, de Santander, y presidenta de la asociación Lares, insiste en que la situación en estos centros es un reflejo de lo que ocurre fuera y no hay un porcentaje mayor de casos que en otros ámbitos. Eso sí, asegura que, «después de lo que hemos vivido, la experiencia es un grado».
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