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Chimenea de La Cantábrica, en El Astillero. D. Pedriza
Restos vivientes de un pasado industrial

Restos vivientes de un pasado industrial

Historia ·

Cantabria cuenta con más de 30 chimeneas dentro de su patrimonio industrial que mantienen viva la historia de las fábricas de la región y la memoria de sus trabajadores

MARÍA CAUSO

Lunes, 20 de julio 2020, 07:31

El avance tecnológico obligó a muchas fábricas a echar el cierre en los años setenta y ochenta. Muchas de estas construcciones presentan a día de hoy un alto estado de abandono y, en ocasiones, por motivos de seguridad, se opta por derribarlas. En la demolición de este tipo de edificios, la chimenea es el último elemento en caer. El último bastión en pie antes de borrar el rastro de un pasado fabril. Sin embargo, la representatividad y particularidad de estos elementos hacen posible su conservación en muchas ocasiones. Cantabria cuenta actualmente con más de un treintena de chimeneas de ladrillo que mantienen viva la historia de fábricas, la memoria de sus trabajadores y la vida pasada de un pueblo.

«Cada vez que eliminan este tipo de elementos, se pierde parte de historia de la ciudad. Muchas chimeneas se pueden conservar y mantener dentro de los entornos», explica Gerardo Cueto, profesor de Geografía en la Universidad de Cantabria y uno de los principales exponentes en arqueología industrial de la región. Precisamente, el patrimonio industrial de Cantabria está de luto tras el derribo la semana pasada de la chimenea de la antigua tejería de Sierrapando, en Torrelavega. Las obras del ramal de continuidad de la autovía A-67 acabaron con esta construcción singular, pero no catalogada. Debido a su valor patrimonial -data del siglo XIX- podría ser reconstruida en una rotonda cercana a modo de escultura. Y es que la ausencia de una figura de protección o inventario amenaza la existencia de estas construcciones que se extienden a lo largo y ancho de toda la región.

ENTRE LAS DESTACADAS

  • La Lechera La antigua fábrica azucarera de Torrelavega y su chimenea de ladrillo comenzaron a echar humo en 1899. Gracias a formar parte del complejo de la Feria de Muestras está en un buen estado de conservación.

  • La Cantábrica Ubicada en El Astillero, es uno de los restos de la antigua refinería que existió en este lugar. Estas chimeneas de ladrillo, junto con otras dos torres del mismo material, cumplieron la función de agitadores y estanque de refrigeración.

  • Solvay La chimenea más alta de Cantabria. Se encuentra dentro de la fábrica que lleva el mismo nombre y, al ser de las más modernas, no es de ladrillo. Está en funcionamiento.

  • Textil Montañesa En La Cavada, en la antigua fábrica textil de La Montañesa, la chimenea del edificio sigue en pie. Su importancia radica en la representatividad que supuso la fábrica para la región.

  • uCentral Eléctrica El Pavón Esta chimenea de grandes dimensiones forma parte de la central eléctrica El Pavón y todo ello supone un patrimonio ligado a la antigua producción de electricidad para la ciudad de Torrelavega.

Chimenea de La Lechera, en Torrelavega. Luis Palomeque

Una de las chimeneas de ladrillo -las más antiguas y tradicionales- mejor conservadas es la existente en el complejo de la feria de muestras de La Lechera, en Torrelavega. Perteneciente a la antigua fábrica azucarera, echó sus primeros humos en el año 1899. Cueto cree que es la chimenea de ladrillo más alta de la región pero la falta de un inventario oficial impide confirmarlo. «Creo que tiene algunos problemas lógicos del paso del tiempo pero siempre que hay alguna rehabilitación del edificio, la chimenea se conserva y se tiene en cuenta». Precisamente esta es una de las ventajas de La Lechera frente a otras construcciones: el formar parte de un complejo que ha transformado su uso favorece su mantenimiento. Ocurre lo mismo con las chimeneas de La Cantábrica, en El Astillero, que dan a conocer los restos de la antigua refinería que existió en este lugar actualmente transformado en un parque público. Esas chimeneas de ladrillo, junto con otras dos torres del mismo material, cumplieron la función de agitadores y estanque de refrigeración.

Volviendo a Torrelavega, su paisaje no se entendería actualmente de no ser por la chimenea de la fábrica de Solvay. Es la más alta de todas las chimeneas de Cantabria y de las más modernas (no está hecha de ladrillo). En la cercana localidad de Villapresente, queda en pie todavía la chimenea de la central eléctrica El Pavón. «Es una zona muy interesante por el patrimonio ligado a una producción de electricidad para Torrelavega. Queda una presa, la fábrica en ruinas y la chimenea de grandes dimensiones. Todo ello forma un conjunto muy interesante», destaca el profesor de la universidad cántabra.

Chimenea de la antigua fábrica Montañesa Textil, en La Cavada.

Aunque en ocasiones pasen desapercibidas, estas construcciones tienen una gran impronta en el paisaje actual y son un ejemplo de que la industria no estuvo únicamente en el entorno de la bahía y Torrelavega. En los pueblos también hubo fábricas de todo tipo. Un ejemplo es la antigua fábrica textil de La Montañesa, en La Cavada. «Su chimenea sigue destacando por la representatividad de la fábrica en la historia industrial de Cantabria, una historia que se inicia a mediados del XIX», indica Cueto, que también es vicepresidente de la Asociación Española de Patrimonio Industrial. De mediados del siglo XX, en los años cuarenta o cincuenta, son las chimeneas de las antiguas fábricas de leche de Ramales de la Victoria y de la fábrica de madera de Villaverde de Pontones. La primera es de grandes dimensiones y representa al sector de la industria lechera, que ha tenido una «labor importante» dentro de la región. La de Pontones destaca por un entorno rural y por su singularidad.

Inventario

«Es importante catalogar para sacar información de lo que esa fábrica significó para la sociedad». Cueto confirma que ha habido intención por parte del Gobierno de Cantabria de crear un inventario de patrimonio industrial. «Ha habido una buena voluntad por parte de la Administración en los últimos años. De hecho, creo que en el presupuesto de 2020 había algo relacionado con este tema, pero la situación ha cambiado por la pandemia de coronavirus».

Chimenea de la fábrica de Solvay. L. Palomeque
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